twenty seven: the pressure is rising

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- En contra de los hombres femeninos y aquellos que defendían los derechos de las mujeres. Pasado el tiempo, esos hombres que defendían los derechos de las mujeres, y principalmente las mujeres, se apropiaron de la palabra. Empezando por la pionera y sufragista Hubertine Auclert. De esta manera, a lo largo del tiempo, la palabra ha perdido su estigma... —Se detuvo repentinamente, estirando su brazo hacia Samuel— Samuel, el teléfono.

- Perdonad, era mi madre.

- Asi compartimos con toda la clase lo importante... ¿Me das el teléfono?

- Era mi madre.

- Conoces las normas, Samuel. Me da igual, dame el teléfono.

- Me estaba preguntando que a qué hora hora salgo.

- Nadia, lee, por favor. —Pidió Martín dándole el teléfono a la trigueña— Venga, lee.

- "Marina no tiene sida, animal. Es VIH...

- ¡Deja de leer! —Ordenó Guzmán— ¿Que como pasa?

- Guzmán, tranquilo. —Pidió Hailey intentando sostener con fuerza a Guzmán, sabía perfectamente que el no quería que nadie se enterase— Tranquilízate.

- ¿Y tú porque le dejas leerlo?

- Primero, me hablas con respeto. Segundo, conocéis las normas. No se pueden utilizar móviles estaba en todo mi derecho.

- Marina, ¿tienes VIH?

- Nadia, por favor, no es asunto tuyo. —Regañó Hailey defendiendo a su amiga, para luego ver que la chica dio un golpe en la mesa y se levantó— Marina, no tienes que decir nada.

- Por favor. —Pidió Guzmán— No hagas nada.

- Guzmán, déjalo. Por favor. —Suspira— Me contagie hace un año y algo, más o menos. Y supongo que... esto dará muchísimo de que hablar y eso, así que para que habléis sabiendo, os digo de verdad que no tenéis que preocuparse por mi. Tomo mi medicación, me hago mis análisis cada cuatro meses y el virus que tengo es undetectable en la sangre, así que... significa que no os podría contagiar.

- Gracias Marina. Hace falta mucho valor para contar esto. —Dijo Martín, haciendo que Nadia bajase la mirada y se quejase— ¿No crees que ha sido valiente, Nadia?

- Prefiero no opinar. —Dijo— Lo último que me gustaría es hacer daño.

- Esperaba más de ti, Nadia. —Reclamó Hailey, llena de rabia por lo que estaba observando— De verdad, no pensaba que serías así.

(...)

Carla se encontraba en el salón terminando sus apuntes. Estaba muy concentrada en no dañar su escritura, siempre estaba pendiente que todo estuviese perfecto, como a ella le gustaba. Hasta que comenzó a sentir que la observaban, y al levantar su mirada, se encontró con Carlos. El chico daba vueltas en la puerta, miraba a los lados, hacia Carla. Estaba un poco desesperado, se encontraba sin saber que hacer.

- ¿Que quieres, Carlos? —Preguntó Carla un poco chocante, no tenía interés en lo absoluto de interactuar con el chico

- ¿Puedo sentarme?

- No. —Contestó— Pero puedes hablarme desde donde estás parado.

- Necesito que hables con Hailey, hazla entrar en razón. —Pidió restregando su cabello— Ella me necesita, y yo la necesito. No se que hacer sin ella en mi vida, me estoy volviendo loco sin tenerla a mi lado.

MURDER | ÉLITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora