- Estoy jodida. —Dijo Hailey restregando su cabezo
- ¿Que pasa? —Preguntó Ander mirando con pena a Hailey
- Ya lo sabe, Ander, mi papá ya lo sabe. —Contestó comenzando a temblar— Ya estoy muerta.
- ¿Pasa algo con tu padre, Hailey? —Preguntó Azucena acercándose a la aterrada chica
- Yo me tengo que ir. —Dijo Hailey tomando su mochila, ignorando así a Azucena— Me cojo el riesgo de llegar tarde y que sea todo peor.
- ¿Quieres que vaya contigo? —Preguntó Ander siguiendo a Hailey a la puerta
- Ni se te ocurra. —Contestó volteando rápidamente hacia el chico, quedando a centímetros de sus labios— No me perdonaría si te hiciese algo a ti.
- No entiendo nada, Hailey. —Dijo tomando de los brazos— ¿Que tan grave puede hacer tu papá?
- Créeme, mucho. —Contestó con miedo— Te explicaré todo pero, ahora no, déjame ir, por favor.
La chica salió de un golpe, dejando a Ander con más preguntas de lo habitual. Dirigió su mirada a su madre, Azucena, quien había quedado igual de anonadada que el. Pero este no tenia ni fuerzas para continuar con la discusión, así que se limitó a mirar con mala cara a su madre y se encerró en su cuarto por lo que quedaba de tarde.
Mientras, Hailey ya se acercaba a su casa. Había pasado mucho tiempo en el cual aterraba la llegada a su casa. Sentía un frío en sus manos, un temblor en sus piernas y manos, su respiración no podía controlarse.
Se bajó del carro y comenzó a entrar a su casa. Al abrir la puerta, se encontró de frente con el mismísimo diablo, con su padre. Este la tomo del brazo, con mucha fuerza, y la golpeó directamente en la cara. Y con ese golpe no le bastó, siguió haciéndolo hasta que la chica comenzase a botar sangre. La dejó caer al suelo, y este se sentó en el sofá cercano a la entrada.
- En tu cuarto había cinco paquetes, cinco. —Dijo Gustavo sacando los paquetes de porros, analizándolos— Dame una buena razón para que no te tenga que hacer nada.
- No te tengo que dar explicaciones ni justificaciones. —Contestó Hailey llevando su mano a su cachete, el cual estaba rojo
- Ten cuidado como me hablas, Hailey. —Dijo acercándose a la chica, tomándola de la barbilla— Te recuerdo que soy tu padre, y aún que te guste o no, tengo el control de la casa.
- Serás mi padre, pero no eres mi dueño. —Contestó sin mirar a los ojos a Gustavo— Tendrás el control de esta casa según tú, pero no tienes control de mi vida.
- ¡Silencio! —Gritó golpeando nuevamente a la chica, dejándola en el suelo— ¿Ya ves porque me gusta que te juntes con Carlos? Porque tus amiguetes solo te ponen en mi contra.
- ¡Hailey! —Gritó Eduardo, detrás de el venia Esteban
- Se me escapo de las manos. —Explicó Esteban intentando agarrar a Eduardo
- Me tienen hasta los cojones ambos. —Gritó tomando a Eduardo del brazo, tirándolo hacia Hailey— ¡Quietos ya! —Gritó sacando una pistola que llevaba escondida debajo de su ropa
- No te muevas. —Pidió Eduardo sosteniendo a Hailey
-Saben, voy a aprovechar esto para darles una noticia. —Dijo Gustavo mientras reía— Adivinen, quienes serán lo primeros empleados del nuevo burdel. ¡Ustedes! —Dijo y se puso al nivel de los chicos, pasando la pistola por la barbilla de Hailey— Si ambos hubiesen seguido la reglas, me hubiesen escuchado y si... no hubiesen prendido fuego, esto no pasaría.
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MURDER | ÉLITE
Фанфик── MURDER | ELITE "La vida está llena de máscaras, postureos, espejos tapando la realidad. Es solo cuestión de tiempo que la verdad se sepa, que haya un desespero tan grande que se necesite decir la verdad de un modo u otro. Aunque a veces, el dese...