eight: why are you doing this?

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A los labios conectarse, estos comenzaron a contar una pequeña historia. Aunque no duró mucho y que ambos se separaron unos segundos después de iniciar el beso. Se convirtió en un pequeño juego, besos pequeños iban y venían. Hasta que Hailey sostuvo el pecho de Ander y río un poco.

- Sígueme. —Pidió Hailey, agarrando del cuello de la camisa a Ander

Ander tomó su mochila, la llevó a su espalda y siguió a Hailey. Quien ya estaba comenzó a bajar las escaleras para salir de ese monumento extraño. Llegaron a una especie de banco, ambos soltaron sus mochilas y se sentaron uno al lado del otro.

La chica volvió a tomar a Ander del cuello de su camisa, acercándolo así a sus labios. El chico tomó del cuello nuevamente a Hailey, solo que esta vez lo sostenía con un poco más de fuerza. Este beso ya era más intenso, era un beso largo y apasionado. Era como si ambos estuviesen esperándolo por mucho tiempo, los dos estaban muy desesperados.

Hailey bajo una de sus manos, la pasó por todo el pecho del chico para luego comenzar a meterla debajo del pantalón de Ander. Este tomó su mano rápidamente para luego romper el beso.

- ¿Segura? —Preguntó Ander sin quitarle la mirada a Hailey, mientras sostenía su mano— ¿No te vas a arrepentir después?

- Deja de preocuparte tanto, tío. —Contestó Hailey riendo un poco— Lo que Carlos no sepa, será mejor para el. Y para mi.

El viento comenzaba a soplar fuertemente, pero esto no detenía a los chicos. Ambos volvieron a besarse, sin bajar la intensidad del beso. Por cada segundo que pasaba, más intento se hacía el mismo.

La chica se trepó encima de Ander, quedando así sentada encima de él. Ander pasaba sus manos por toda su cintura y espalda, acercándola y presionándola más hacia el. Haciendo que Hailey se moviese cada vez un poco más sensual. La chica paseaba sus manos por el cabello de Ander, separándose en pequeños momentos para soltar pequeños jadeos por el placer que sentía.

Ander llevó sus manos a caderas de Hailey, y comenzó a meter las mismas lentamente por el abrigo de la chica. Hailey ya comenzaba a sentir algo muy extraño, se sentía observada y no por Ander. Así que, al momento de ella darse cuenta de eso y al momento en que sintió las manos de Ander contra su piel se detuvo rápidamente. Y se sentó junto a él, buscando oxígeno.

- ¿Que pasó? —Preguntó Ander mirando muy extrañado a Hailey

- No lo se... —Contestó Hailey mirando hacia todos lados— Esto no está bien.

- ¿Como que no? —Preguntó sentándose derecho— Si lo estabas disfrutando.

- No por ti. —Contestó tapando la boca de Ander— Es un sitio público.

- ¿Te vas a ir así? —Preguntó viendo cómo Hailey tomaba su mochila para irse

- Lo siento. —Contestó siendo sostenida del brazo por Ander— No se que me pasó.

- No te disculpes. —Dijo poniéndose de frente a Hailey, dejando un beso en la frente de Hailey— Hablaremos de esto en otro momento.

La chica sonrió para luego irse rápidamente, dejando a Ander muy pensativo. Estaba pensando en lo que acaba de pasar, se estaba llenando de mil preguntas de solo repetir en su mente la que estuvo a punto de pasar.

Luego comenzó a sentir una mirada, y no estaba equivocado. Guzmán estaba observándolo, detrás de un árbol más arriba. Había visto todo lo que acababa de pasar, y también se hacia mil preguntas. Acababa de ver a sus dos mejores amigos besándose, a punto de follar. Sabiendo que Hailey tenía pareja, ¿cual era la razón? Se preguntaba Guzmán.


AL DÍA SIGUIENTE.
Ander caminaba por los pasillos, y más que nunca, andaba pensando en Hailey. No podía sacar de su cabeza la imagen de ella sobre el, sus besos, sus caricias, sus movimientos. Pasaba por completo de la gente, solo quería seguir repitiendo ese momento en su cabeza. Aunque, eso no sería posible.

- Ander. —Llamó Guzmán llevando su mano al hombro de Ander— ¿Que hay? ¿Que tal el entrenamiento de ayer?

- Bien, bien. —Mintió Ander, claramente no había ido a entrenar— Mi padre me está metiendo mucha caña, pero bien.

- Oye. —Llamó— Sabes que me puedes contar lo que quieras.

- Claro. —Contestó con una sonrisa de oreja a oreja— Ya lo se.

- Digo. —Dijo notando como Hailey pasaba por delante de ambos y viendo cómo Ander la miraba— Como somos amigos de toda la vida.

- Si. —Contestó distraído por Hailey— Me voy a entrenar.

Ander se alejó de Guzmán, dejando a este muy insatisfecho. Pensaba que Ander le diría algo respecto a lo que vio ayer. Pero si noto como este paso por el lado de Hailey, y cómo este la examinó de una manera que nunca había visto antes. El rubio se acercó a Hailey, estaba dispuesto en buscar y encontrar una respuesta.

-Ley. —Llamó Guzmán tomando a Hailey de su brazo

- ¿Que mierda pasa, Guzmán? —Preguntó Hailey viendo cómo Guzmán la arrastraba a un salón vacío— ¿En que estás pensando?

- ¿Que lío tienes con Ander? —Preguntó cerrando el salón

- Es mi amigo. —Contestó un poco extrañada y nerviosa

- No me digas. —Dijo algo mosqueado ya— No sabía que los mejores amigos se besaban hasta casi terminar follando.

- ¿Como? —Preguntó abriendo los ojos rápidamente— ¿Nos viste?

- Estaban a unos cuantos minutos del restaurante. —Contestó cruzando sus brazos— Claro que los vi.

- No puedes decir nada. —Pidió tomando a Guzmán de los hombros— Te lo ruego.

- Asi que, ¿se las estás pegando a Carlos? —Preguntó alzando sus cejas, mientras cruzaba sus brazos— No te puedo creer.

- No te hagas el santito, Guzmán. —Contestó— Al menos yo no estoy jugando con el.

- ¿Que dijiste? —Preguntó mirando rápidamente a Hailey

- Lo que escuchaste, Guzmán. —Contestó— Los escuche a ti y a Lu hablando sobre bajarle "los humos" a Nadia. Nunca pensé que caerían tan bajo, sinceramente.

- Eso fue idea de Lu, no mía. —Intento justificar

- Pero sin embargo, le seguiste la corriente. —Contestó— No me juzgues sin antes haberte mirado al espejo.

- Esta bien, perdón, ¿si? —Dijo restregando sus ojos— Es solo que, ambos son mis mejores amigos y me molesta que no me digan las cosas.

- Si aún no te hemos dicho nada, es porque aún no hay nada. —Contestó con un poco de dolor— Aún.

- ¿Porque lo dices? —Preguntó algo confundido

- Aun no es tiempo. —Contestó acercándose a la salida— No es seguro contarte todavía.

MURDER | ÉLITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora