El amigo invisible

51 0 0
                                    

Anoche volví a soñar contigo. Esta vez era 31 de Diciembre y justo al terminar las campanadas recibía un mensaje tuyo felicitándome el año y diciéndome la pena que te daba que no pudiéramos pasarlo juntos, pero justo entonces alguien tocaba a la puerta y eras tú. Yo estaba anonadada, feliz de verte y tenerte conmigo un día tan especial, así que te abrazaba súper fuerte y te miraba a los ojos sonriendo, sabiendo que era lo siguiente que quería hacer... pero entonces me desperté. Otra vez.

Creo que todos hemos soñado alguna vez (durmiendo o incluso despiertos) con encontrar una persona que se deje la piel por nosotros, que se quede 10 minutos más no porque pueda pero sí porque quiere, que no se rinda y que siga sorprendiéndonos como poco de vez en cuando para enseñarle al mundo que el romanticismo aún no se ha perdido.

Creo sinceramente, que todos hemos soñado alguna vez con encontrar a alguien que nos traiga el desayuno a la cama, que haga alguna locura por nosotros como recorrer cientos de kilómetros por vernos o hacer una pintada dedicada en alguna pared. No sé, parecen estupideces, ¿verdad? pero todos hemo soñado con encontrar a alguien que realmente piense que merecemos eso y más, que todo se queda corto pero merece la pena por vernos sonreír. Yo misma mientras escribo esto sonrío sólo de pensarlo, pero es extremadamente complicado encontrar a alguien así. De hecho, la única vez que yo me topé con algo parecido a lo que acabo de describir me engañó varias veces con otras personas.

Aún así debo decir, que todavía no he dejado de creer en el amor, que aunque a veces he llegado a pensar que igual no quedan personas así, sé que las hay porque yo soy una de ellas, que yo he escrito carta, he regalado rosas y he hecho cenas favoritas. Yo misma he sabido describir exactamente la forma de hacer algo concreto de una persona por el hecho de fijarme más de la cuenta en los pequeños detalles que conforman su persona, pero que son precisamente los que la hacen ser ella. Y, ¿por qué no iba yo a encontrar a alguien así?

Podría haber dejado de hacer todas estas cosas, de prestar tanta atención, e imponerme la excusa de que con el tiempo me han hecho mucho daño y he perdido la ilusión, pero no, porque por mucho daño que a ti te hagan en un pasado, por mucho que te pisen o que intenten hacerlo, esa nueva persona no tiene la culpa de todo eso, y no merece dejar de recibir algo que probablemente merezca porque otras personas no lo hayan sabido valorar.

¿Sabéis? podría conformarme con menos, de verdad que sí. Podría conformarme con quedarme con alguien que me diga que me quiere aunque no me lo demuestre, que me pinte pajaritos que se borren solo con soplar un poco más fuerte de lo normal, pero no quiero, no puedo, porque merezco más que eso.

Algún día te pondré cara, mientras tanto, no dejes de aparecer en mis sueños.

Seguiré esperando. Feliz año.

Nuncatuya.

Las cosas que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora