Crónica de una muerte anunciada. Parte 2.

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Córdoba. Sábado 28 de Marzo. 16:33 pm. En cuarentena sentimental.

¿Sabes? Me gusta siempre poner al principio de cada carta que escribo la fecha, hora y lugar, para hacer saber a esa persona cuando lo lea que justo en ese momento estaba pensando en ella, pero en esta ocasión no vale para nada, porque siempre pienso en ti.

Quiero empezar diciéndote las cosas que echo de menos desde que no estás, a sabiendas de que así lo único que hago es recordarlas y saber a ciencia cierta que las seguiré echando de menos por mucho tiempo.

Echo de menos que me peles las mandarinas por la noche aunque te diga que no quiero y me las termine comiendo igual solo porque las has pelado tú.

Echo de menos que me saques de quicio porque aparcas donde te da la gana y termines haciendome caso buscando un aparcamiento en condiciones.

Echo de menos que me recojas en la estación de autobús.

Echo de menos verte llegar desde la ventana de mi habitación, que me abraces por la espalda en el balcón, que me traigas el té por la mañana o que no hagas la cama hasta que yo llego para que te ayude

Echo de menos meterte mano en la cocina, en el salón, en la ducha... y que me cojas del culo cuando vamos por la calle como si tuviéramos 14 años

Echo de menos cambiarte el volumen de la tele para ponerlo en numero par, pasear contigo por Sevilla y ponerme de los nervios porque está llena de gente

Echo de menos que me tengas el vino y las frambuesas preparadas en el piso, y que me preguntes si he cogido las llaves, la cartera, las llaves del coche y tu móvil

Echo de menos discutir contigo por no levantarme de la cama y que me tapes con las enaguas cuando estamos en el sofá

Echo de menos los abrazos y besos de bienvenida y despedida

Echo de menos tocarte la barba y el pelo

Echo de menos arreglarme para ir a comprar al mercadona y que no sepamos a quien han mirado más de los dos

Echo de menos mirarte mientras duermes cuando me despierto antes que tú

Echo de menos que me despiertes dandome besitos y abrazos

Echo de menos que me preguntes si he comido, si he cenado, si he desayunado... y me saques de quicio con ello

Echo de menos probarme todos tus vaqueros para comprobar que tienes menos talla que yo, y robarte las zapatillas de casa, y cantar contigo en el coche, y reñirte porque me preguntas 70 veces las cosas

Echo de menos que me des lo buenos dias y las buenas noches

Echo de menos discutir 3 horas hasta que nos ponemos de acuerdo para pedir la comida

Echo de menos comerme todo lo que pedimos frío porque se nos van las horas hablando o haciendo el imbecil

Echo de menos escucharte cuando te quejas del mundo, de tu jefe o de cualquier cosa de la vida

Echo de menos quitarte el lado de la cama

Echo de menos que te preocupes por mí

Echo de menos reirme de tu estatura

Echo de menos que me quites los zapatos y me traigas el pijama cuando llegamos al piso

Echo de menos que me dejes la maquinilla para raparte los pelos de la nuca

Echo de menos que me dejes una nota de buenos días y otra con una foto nuestra antes de irte a trabajar

Echo de menos el kh7 en el sillón

Las cosas que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora