Me voy

190 12 0
                                    

Me voy. Y no porque me hayas echado, no porque hasta nuestros silencios gritasen a coro la muerte de aquello que, sabíamos, había expirado ya cual producto del supermercado con fecha de caducidad vencida. No por las peleas por cualquier tontería, ni por los ataques de celos, ni porque tú ya no fueses tú o yo ya no fuese yo.

Me voy porque no aguanto recordar que fuimos felices y ya no, porque ya no encuentro nuestras ganas de buscarnos, ni las llamadas de más de 24 horas oyéndote dormir porque nos negábamos a colgar, porque queríamos batir el récord en la película de amor más larga de la historia... y lo conseguimos, una canción de amor de cinco días que después pasó a incluirse en las listas de melancolía.

Me voy porque tú no te vas de mí, porque te quiero, porque tú si sabes irte sin mí, pero yo no... no sé sin ti. "Todo es poco sin ti, poco puedo hacer sin ti y todo es negro sin ti".

Y también me voy porque en realidad ya no me mereces, porque ya no merezco más esta situación. Me voy porque ya no quedan velas que encender cuando vienes a dormir, ni el café instantáneo que te hacías nada más despertarte aunque te gustase más el de cafetera, pero no tenía cafetera. Me voy porque falta un cepillo de dientes en el baño que baile con el mío y le haga compañía, porque no queda desodorante de la marca Axe que era el que gastabas tú, porque ya no huele a Gotitas de Oro de Nenuco mi almohada, ni mi ropa, ni nada. Ya nada huele a ti, excepto los recuerdos.

Y me voy porque no aguanto más esta soledad a tu lado, aunque ahora estoy sola conmigo misma y creo que me aguanto menos aún. Igual el problema no eras sólo tú, ahí te doy la razón, nunca te la quité en realidad.

Me voy, amor, con la esperanza, con la jodida esperanza, de que el destino decida juntarnos más tarde o más temprano en alguna calle de cualquier ciudad. O en algún bar. Sé que te encontraré en un bar con cualquier cerveza en la mano, menos la Cruzcampo, recuerdo como odias la Cruzcampo. Y entonces volverá a pararse mi corazón, o explotará directamente como la última vez que te vi: Tú saliendo del instituto con un pantalón corto y una de esas camisetas anchas que te quedan tan bien, con esas prisas porque seguro llegabas tarde a no sé qué sitio, pero tú siempre llegas tarde, esta no iba a ser la excepción. Y yo medio metro detrás, intentando no igualar tu paso, procurando que no me vieras las ganas de besarte y correr tras de ti y no soltarte en la vida, y decirte que la cama se me hace un abismo sin ti, esperando que te fueses y no te girases, aunque algo dentro de mí gritase desgarrándome la piel que te dieras media vuelta y todo volviera a empezar.

Pero bueno, las dos sabemos cómo acabó aquello porque ahora no sé dónde estarás tú, pero si sé dónde estoy yo... y por eso me voy.

Las cosas que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora