Hoy comienza de pronto el otoño, y con él me vienen de golpe todos tus recuerdos a la mente. Por qué la cuesta se acentúa tanto cuando no estás. Hoy ya hace frío. Hoy ya la gente pasea con el paraguas en la mano, con abrigos y camisetas de manga larga, algunos ya llevan pañuelos alrededor del cuello y gorros de lana, como queriendo intentar que el otoño entre aún más de golpe de lo que ya lo ha hecho, al menos para mí.
Hoy la lluvia ya me trae tus caricias a la mente, hoy ya el movimiento menos intenso de la ciudad y ese olor característico a tierra mojada me recuerdan a hogar. Hoy ya te quiero aquí. Hoy ya se intensifican mis ganas de comerte a besos bajo la manta. Hoy ya echo aún más de menos tus abrazos. Hoy ya tengo tu nombre grabado en mi mente y se repite una y otra vez. Hoy ya echo de menos tu coche aparcado en la puerta de mi casa, y los paseos por las calles del barrio buscando un cajero mientras esquivamos a personas que huyen de las gotas que caen sobre la ciudad, por temor a que deshagan también sus disfraces. Pero a mí se me detiene el tiempo, y yo me quedo aquí, contigo, muchas veces sin ti. Hoy ya me sabes a felicidad.
Hoy ya me apetece decirte al oído todo aquello que nunca te dije, hoy ya quiero besayunarte los labios una y otra vez. Hoy ya las películas se me hacen eternas porque siempre las termino, en primero del singular, porque en el plural nunca sabemos el final.
Hoy ya echo de menos cada momento contigo y cada centímetro de tu piel.
Hoy ya te quiero. Pero juro que mañana no.
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Las cosas que nunca te dije
PoésieReconstrucción moderna de lo que algún día debí decirte y me callé... pero... para eso estoy aquí.
