Me va a doler

102 6 0
                                    

Juro que a partir de hoy no voy a hacerte daño.
No otra vez.
Ni queriendo, ni sin querer.
Pueden matarme las ganas de llamarte para preguntarte qué tal estás, las ganas de morderte la boca y dejarme llevar sin pensar en nada de lo que pueda pasar. Dejar atrás los kilómetros, las diferencias, las expectativas. Cambiar de una puta vez los signos de interrogación por los de exclamación… pero de qué, de qué va a servir afirmar algo que aún no está escrito. A mi futuro no le sacian tus “voy a cambiar”, ni las notificaciones a las 2 de la mañana diciendo que me echas de menos. Quién me dice a mí que esa persona eres tú y no tu careta de carnaval. Y ahora me dirás que no me fío de ti, pero se me hace complicado cariño, cuando me juraste amor eterno y caducaste incluso antes de comprobar la fecha. Quizás sí que era mejor jurar en otro puerto, siempre te lo dije, pero te encaprichaste de mí… y ya sabemos lo que duran los caprichos. Olvídame de la forma contraria a la que yo no voy a olvidarte a ti. Pero no me olvides del verbo “volver”, que te lo cambio por un “quédate” y no quiero. Porque juro que a partir de hoy no voy a hacerte daño.
No otra vez.
Ni queriendo ni sin querer.

No me arrepiento de inventarme quinientas historias para hacerte huir, ni de decirte que te voy a olvidar hoy aunque tenga que repetírmelo a mí misma cada noche para ver si mañana lo intento cumplir. Que por intentarlo que no quede, que lo importante es participar y lo jodido perder(te) por la razón aunque el cora pida que te quedes.
Y aunque no lo creas me va a doler, ya me ha dolido, ver situaciones que no tenía que saber. Y me callo, y me muerdo la boca y me mata la culpa de no saber quererte bien y hacerte caer en la tentación de lo fugaz, de lo que un día tienes y al otro se va, de lo que ya no cuidas ni quieres cuidar por miedo a que te vuelvan a romper los sentimientos cuando por fin te habías quitado la coraza. Pero todos pasamos por esa etapa alguna vez, algunos incluso varias, llámame kamikaze por estrellar mi corazón y hacerlo pedazos. En estas situaciones nunca me gustó usar aquello que empieza por C. Ah, no, no me refería al casco, pero también.

Sé feliz, y no me guardes rencor por hacer lo mejor para los dos, ni me odies por quererte más de lo que debería. No todos tenemos la misma forma de demostrar amor, pero para verlo, hay que entenderlo y observar de una forma muy especial. Algún día comprenderás todo esto…. Y quizás yo ya no.

Pero aunque no lo creas: te quiero

Y aunque te digan lo contrario: no te olvido

Y aunque te haga pensar que no: sigo aquí.

Y contra todo pronóstico, tus ojos seguirán pareciéndome el paisaje más bonito que ver al despertar, y mis mejores buenos días seguirán siendo un beso y un abrazo tuyos.

Me va a doler…

Las cosas que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora