Córdoba, 27 de diciembre, 01:26 am. Con el cuerpo en la cama y la conciencia perdida.
Qué jodidas son las noches en las que me acuerdo de ti y no tengo a nadie a mi la do para que me recuerde el por qué cojones no te he vuelto a hablar ya cuando sé lo que te necesito. Supongo que para mi mente eres como una droga y que es por eso por lo que aún reclama tu presencia, unos días con más ansias, otros conn algunas menos.
Es jodido te lo aseguro, ver como el mundo se va a la mierda cada vez que recuerdo que no estás a mi lado, cada vez que tengo que contenerme las ganas de decirte que te quiero y que contigo batía los récords de enamorarme cuando nos quedábamos callados y, no sé cómo, hablábamos sin cansarnos de cualquier cosa.
No éramos perfectos y ambos lo sabíamos, pero qué bonito lo hacíamos todo cuando se trataba de nosotros, qué bonito era hacerte sonreir y qué bonito es saber que ni tú ni yo podremos repetir lo mismo con otras personas, porque no sabemos ser sin mí ni sin ti, por mucho que nos esforcemos en darle la vuelta a la tortilla.
Puedo asegurarte que de aquellas 36 preguntas me sobraban 37 para saber si estaba enamorada de ti. Siempre me sobraron.
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Las cosas que nunca te dije
PoesíaReconstrucción moderna de lo que algún día debí decirte y me callé... pero... para eso estoy aquí.
