CINCUENTA Y OCHO

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Tiempo actual

Los días pasaron demasiado rápido, entre tareas, proyectos y exámenes el tiempo se fue volando. Y aquí estoy, lunes por la noche sumamente desesperada terminando mis pendientes, eligiendo la ropa que llevaré mañana; no es que esté nerviosa por salir con Daniel, estoy más preocupada por la impresión que pueda darle a Jorge.

Me da asco pensar tan superficialmente, pero bueno.

No me acuesto tan tarde. Dejo todo lo que necesitaré para mañana perfectamente acomodado, ya que iremos directo a JAGG saliendo de clase.

*

Finalmente llegó el día, Ana y Jorge van a conocerse.

Él no tiene idea de lo que le espera. Sabe que Daniel y yo finalmente concluimos con la investigación, por lo que se la queremos mostrar, pero no sabe que Ana estará presente, será una sorpresa... esperemos que sea agradable.

No ha sido fácil convencerlo, estamos a días de la firma del acta, tiene mil y un pendientes por hacer pero ha accedido de buena gana, le encanta la historia y le encanto yo, por tanto eso le hace querer un poquito a Daniel. Además, ha visto el esfuerzo que dedicó al proyecto estos meses, le entusiasma que quiera mostrarle el trabajo final a él primero.

Aliso mi vestido y me acomodo el cabello antes de entrar a la oficina.

–Cariño, no se te olvide que Daniel vendrá después de la escuela, comeremos todos juntos.

Me mira con preocupación.

–Mmm... espero que sea posible –responde sin quitar la vista los papeles que tiene en el escritorio–. Me llamaron de la firma, tengo que ir personalmente a llevar unos documentos. Dijeron que es urgente.

¡No!

–Pero, amor, ¿recuerdas que no querías dejar la oficina por nada del mundo mientras fuera horario laboral?

Suspira con tristeza.

–Sí, pero estos meses no ha pasado nada, Vanne. Quizá deba enfocarme en lo más importante por ahora, ya habrá tiempo para buscar a Ana... después.

Me acerco y me siento en el escritorio frente a él. Lo tomo de las manos.

–Ok, ok. Esta vez no se trata de Ana –aunque por primera vez sí se trata de ella–. Es por Danilo, sabes lo mucho que se ha esforzado en este proyecto y quiere que veas la versión final antes que nadie... Además, parece que traerá a su chica.

Sus labios dibujan una sonrisa discreta.

–Podríamos reagendarlo, ¿te parece viernes por la tarde? Si quiere que yo lo vea primero puede ser antes de la cena con tu familia.

Lo miro enojada, es hora de hacer una escena.

–De acuerdo, no te preocupes –dejo sus manos de lado y me levanto–. La verdad no creo que se asombre cuando le diga que no puedes. Quizá ya hasta lo tuviera contemplado, te conoce al igual que todos. Te encanta cancelar compromisos que no son importantes para ti. Descuida, yo le aviso para que tu no tengas que verlo decepcionado.

Le doy la espalda y camino rápido hacia la puerta.

–Vanessa, espera –ha caído–. No lo hago a propósito... Ah, está bien, llevaré los papeles ahora mismo y estaré de regreso antes de que lleguen.

–Gracias amor –brinco hacia él y le doy un gran beso.

Salgo de la oficina justo antes de que las lágrimas afloren.

Me encierro en mi cubículo para tratar de calmar mis emociones. La luz matutina entra por los cristales dibujando sombras largas sobre la alfombra.

¿Quién eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora