VEINTITRÉS

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Tiempo actual

Después de la exhaustiva entrevista de los trillizos solo quiero ir a mi cuarto y dormir. Me doy un baño, acomodo un poco las cosas que tengo el escritorio y cuando estoy a punto de acostarme suena el celular. Lo reviso. Es un whats de Dani.

Dani: Ey.

¿Qué crees? –escribe.

Ana: Holi.

Dime –respondo.

Dani: Apenas te has ido y ha llegado Vanessa.

Ana: ¿Qué?

¿No mientes?

Raios >.<

Dani: Ja, ja, ja; ya se.

Si hubieras aguantado tan solo una broma incomoda más sobre nosotros la hubieras visto ;)

Ana: :P Ja, ja.

Qué gracioso.

Dani: Lo siento, es broma XD.

Ana: Lo sé :).

Dani: Me divertí hoy.

Veo que sigue escribiendo después de un rato, luego envía.

Dani: Contigo.

Me sonrojo del otro lado de la pantalla, me acomodo en la cama y una vez que estoy bien tapadita y acostada sigo escribiendo.

Ana: Yo también me divertí.

Mucho.

Dani: Qué bueno que pudiste venir.

Ana: Gracias por invitarme.

La pasé muy bien.

Dani: Es lo menos que podía hacer después de todo lo que me has ayudado.

Ya sabes.

No es muy fácil trabajar conmigo.

Ana: Ja, ja, ja.

Ni lo menciones.

Para eso son los amigos.

Dani: :)

Ok, momento incomodo en el que ya no sé qué decir y todo puede pasar, concéntrate Ana.

Dani: ¿Tienes algún plan para mañana?

Oh cielos.

Ana: No sé.

Esperaba que se me ocurriera algo para hacer.

Dani: Ok.

No te rindas Dani.

Ana: ¿Por qué preguntabas?

Dani: Nada más :).

Ana: Oki.

Te rendiste.

Dani: La verdad es que quería agradecerte por todo lo que me has ayudado con la cena de hoy.

Ana: Ja, ja, ja; gracias :').

Acepto tu ofrenda.

Dani: Pero creo que no ha salido tan cómodo para ti.

Je, je, je.

Ana: Ja, ja, ja, ja; naaaa.

Ntp, ha estado bien.

Dani: Me gustaría invitarte mañana a pasear en el zoológico si quieres.

Solo conmigo.

Me quedo leyendo las palabras que ha escrito, las leo una y otra vez, una y otra vez.

– ¡Mamá! –le grito mientras voy corriendo a buscarla.

*

–Casi me matas de la desesperación anoche –dice Dani una vez que llega junto a mí–, pensé que no ibas a responder nunca.

–Estas exagerando –entorno los ojos, despreocupada–, solo tardé media hora en responder.

– ¿Eso se te hace poco?

Ambos reímos.

La verdad es que no sabía qué hacer, aunque no lo crean nunca en mi vida había tenido una cita antes, o sea, de salir con alguien del sexo opuesto. Solos.

Así que cuando él me dijo, fui corriendo a preguntarle a mi mamá qué debía hacer. Para empezar, me dijo que no debía contestar pronto y luego calmarme. Fue toda una aventura.

¿Me creerían si les dijera que tampoco pude dormir muy bien anoche pensando en hoy?

Pero ya. Aquí estamos y voy a divertirme.

– ¿Qué quieres hacer primero? –pregunta con esa sonrisa tan sincera que tiene.

–Démosle de comer a las palomas.

Pasamos una mañana fantástica: estuvimos en el zoológico, luego hemos dado un recorrido en bicicleta por el parque, bailamos un rato en la plaza, fuimos a ver una exposición en el museo.

Hemos hablado de todo y a la vez de nada, siento que había un vacío en mí que no sabía que existía y ha empezado a llenarse con Daniel. Un espacio similar al que se va llenando con las cosas nuevas que descubro de mi familia.

Es un poco extraño diría yo, a lo largo de mi vida he tenido varios amigos y amigas, compañeros de la escuela y vecinos. Ninguno ha llegado a ser tan cercano para mí. Eso no me pone triste como a otras personas, por el contrario, me hace feliz llevarme con todos. Ahora siento que he encontrado un mejor amigo, lo sé porque me siento diferente cuando pasamos tiempo juntos.

Cuando el calor del mediodía se empieza a hacer un poco sofocante decidimos que es momento de irnos. Me ha acompañado hasta la puerta de la casa. Desafortunadamente los trillizos están afuera ayudando a papá a lavar el coche.

– ¡Ya llegó Ana! –grita Gabriel.

– ¡Trajo a un hombre! –grita Alex.

– ¡Mamá, mira esto! –alerta Hugo.

Dani ya ha adquirido su característico color rojo.

–Hola Daniel, buenas tardes –lo saluda mi papá–, ¿cómo les fue?

–Buenas tardes, señor –dice mientras le estrecha la mano–, la verdad fue todo bastante tranquilo.

Mamá se asoma por la puerta, trae en la mano una espátula. Ha dejado la comida sola en la cocina nada más para mirar a Daniel.

– ¿Quieres quedarte a comer? –le pregunta acercándose a nosotros.

¿Qué cosa ha dicho?

–Si no tienes ningún inconveniente –apoya papá encogiéndose de hombros.

–Mucho gusto –se presenta mamá.

–Que tal señora, es muy amable al invitarme per....

–Claro, estás invitado siempre y cuando a Ana no le moleste.

Ahora todos me miran fijamente.

–Pues no me molesta, pero no sé si Dani tenga algo que....

–Entonces no hay problema, ven hijo, pasa –dice mamá mientras lo arrastra al interior de la casa.

–Estamos a mano –me susurra, mientras los trillizos lo asaltan con sus preguntas.

*

Les pido mil disculpas por la larga ausencia,

muchísimas gracias por su paciencia.

(Hasta rimó)

Disfruten estos capítulos :D

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