DOCE

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Tiempo actual

Tengo la horrible sensación de que el tiempo está avanzando con demasiada lentitud. Pareciera que hace horas llegué a la oficina, pero apenas es hora del almuerzo.

No me doy cuenta de lo rápido que estoy comiendo hasta que mi plato queda limpio. Observo la comida de Vanessa, está casi intacta aún.

–Tienes que tratar de calmarte, amor –dice tomando un sorbo de jugo–. Entiende que si Alberto no se ha comunicado aún es porque está ocupado.

La miro con fastidio, eso lo sé. Lo que no entiendo es cómo no le da importancia a que probablemente encontramos a Ana. Ha pasado casi una semana desde que ella vino y él no me ha llamado aún.

–Come más despacio –alega de nuevo aunque puede ver mi plato vacío.

Al ver su insistencia decido tomarle la palabra y dejo de lado el tenedor.

–Perdón. No me he dado cuenta. Estoy un poco ansioso.

Vane ríe.

– ¿Un poco?

–Los días se me están haciendo eternos –susurro mientras cierro los ojos y me aprieto el puente de la nariz.

Sostengo esa posición por unos minutos, suele ayudar cuando necesito relajarme.

–Bueno, ¿ya has pensado qué le vas a decir cuando te llame por fin? –me mira con ternura.

Lanzo un suspiro y niego con la cabeza.

–Pues este es un buen momento para pensarlo –agrega contenta.

Me quedo pensando unos segundos, cuando me llega una idea la suelto.

–Supongo que –digo no muy convencido–... Trataré de hacerle entender lo importante que es Ana en estos momentos y que deberíamos darle prioridad ahora que la tenemos cerca.

–Prioridad sobre qué –añade Vane imitando la voz de mi tío lo cual me saca una sonrisa.

–Sonaste igual que él.

Ella ríe y yo hago otro tanto.

–Bueno, ya –retoma el rumbo de la plática–. Lo importante aquí es que tienes que decidir lo que pasará a continuación.

La miro sin entender muy bien.

–Decide –me mira seriamente–. ¿Vas a encontrarla o vas a dejar que ella te encuentre?

No respondo, entiendo lo que quiere decir. Desafortunadamente Ana se presentó en un momento decisivo y lleno de tensión en nuestras vidas.

Mi tío Alberto ha estado en Estambul cerca de quince días revisando las inversiones que tenemos y buscando nuevos negocios. No tiene necesidad de hacer ese viaje personalmente, pero ha insistido, no confía en nadie más que en él mismo para tomar las decisiones más acertadas para su empresa.

Aún le tomará algunas semanas antes de volver. Según él, esto es una preparación para mí, ya que en seis meses seré el nuevo rostro de JAGG. Tremenda responsabilidad.

Empecé a trabajar a los nueve años, desde los trece he sido parte de esta empresa oficialmente. Después de lo ocurrido con mis padres mi tío me cobijó, me brindó un hogar y un futuro. Me enseñó el valor del trabajo duro y dedicado; al mismo tiempo que me tomó bajo su protección me asignó un puesto, responsabilidades, me dio un lugar en la compañía, me capacitó e instruyó de manera completa y estricta.

Hemos trabajado hombro con hombro todos estos años, ahora él ya no quiere trabajar más, así que ha decidido dejarme todo y liberarse "oficialmente". Por lo cual, desde que terminé la preparatoria me ha dejado a cargo de la empresa; pude estudiar la universidad, ser el mejor de mi clase y ver JAGG al mismo tiempo. Por lo que él confía, y yo también, en que podré hacerlo mucho mejor ahora que he terminado mis estudios y soy un poco mayor, además tengo a Vanessa a mi lado.

Pero en verdad este incidente me ha sacado mucho de concentración. Necesitaré la ayuda de Alberto si quiero mantener a flote la empresa, al mismo tiempo encontrar a Ana y no volverme loco en el proceso.

*

El año pasado empecé a fotografiar las lápidas del cementerio general de mi ciudad como parte de un proyecto de voluntariado. Existe una aplicación que permite subir esa información a una plataforma web a la cual puede tener acceso cualquier persona que cree una cuenta en dicha aplicación. Facilita enormemente la tarea de encontrar a nuestros antepasados.

Ocasionalmente vuelvo a ir y continúo ya que es un gran trabajo. Muchas veces han ido más voluntarios, aun así, apenas llevamos la mitad del total de lápidas. Animé a algunos compañeros y estuvieron entusiasmados ante la idea de ayudarme a terminar el cementerio.

Quizá pueda invitar a todo mi grupo al final del semestre, una vez entregado el proyecto de la señorita Ventura, después de que se hayan dado cuenta de lo difícil que es encontrar a un antepasado no dudo que quieran contribuir para que sea más fácil para otras personas la investigación genealógica.

Al regresar a casa de la escuela me siento muy desgastada.

Almuerzo sin muchas ganas, después subo a mi habitación para terminar mis pendientes.

Una vez libre de tareas decido tomar una pequeña siesta, resulta no ser una muy buena idea ya que me quedo completamente dormida.

Despierto cuando ya es de noche, me siento más cansada que cuando me dormí. Me doy un baño, bajo a comer algo, juego un rato con los trillizos y vuelvo a dormir.

Durante la semana no tuve mucho tiempo para investigar ya que estoy atiborrada de tarea. Lo bueno es que el sábado pasado fui a JAGG, me he quitado un peso de encima.

El siguiente fin de semana llega rápido, se me fue la semana entera haciendo tarea, así que utilizo este sábado para descansar en casa y olvidarme de todo.

El domingo transcurre perfecto, nos levantamos tarde, comemos fuera, vemos una película, el clima es fresco y con leve brisa.

Cuando regresamos a casa mamá se va a descansar un rato. Voy a mi habitación también, decido prender el ordenador para seguir con mi investigación ahora que estoy fresca y relajada.

Repaso un poco mis apuntes, leo la lista de nombres, reviso mi pequeño árbol que va tomando forma poco a poco.

La semana pasada encontré en JAGG una foto de María Corona... Debería ser María Herrera, ¿ella habrá usado su nombre real alguna vez como yo? Probaré buscar de todas las maneras posibles, espero tener éxito.

De nuevo investigaré en internet, a ver qué sale.

Las opciones que aparecen ante María Corona no son muchas: su fe de bautizo (que ya había visto antes) y dos cartones de inmigración, el que ya conocía (con datos indexados, el original está en JAGG) y uno adicional (puedo acceder a él y tiene fotografía). Probablemente sea todo lo que encontraré, ya que aún no han pasado cien años de su nacimiento.

Reviso el nuevo cartón de inmigración, parece ser que viajó ella sola esta vez, a los dieciséis de regreso a casa. Diez años después. ¿Para qué volver si no le quedaba nada?

Dejo la computadora y voy a la cama, me acuesto boca arriba y miro al techo, no pienso en nada. Miro hacia mi escritorio, tengo todo lo que necesito para encontrar a María, pero aun así no será suficiente para hallarla si sigue con vida.

Me froto los ojos y trato de pensar un poco más.

Por fin me levanto y voy por el directorio telefónico, está en la mesita donde tenemos el teléfono, al lado de la televisión.

Lo sé, lo sé, quién tiene un directorio telefónico en estos días, pues nosotros.

Los trillizos y papá están jugando un entretenido videojuego donde tienen que matarse el uno al otro, me quedo un rato mirando y luego regreso a mi habitación con el regordete libro entre las manos.

Hago a un lado todas las cosas que tengo en el escritorio, abro el libro, busco la letra "A" y empiezo a leer.

Abad Abad Berenice.

Abad Abarca Aaron de Jesús.

Esta será una larga noche.

¿Quién eres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora