Tiempo actual
La melodía del jazz me atrapa por un momento, golpeo el lápiz contra el escritorio siguiendo el ritmo de la música. He tratado en vano de concentrarme en la tarea pero no puedo dejar de pensar en lo que me ha dicho Daniel, ¿de verdad le parezco tan bonita? ¿Realmente lo habrá dicho en serio?
Me despejo de esos pensamientos, ahora mi único deber es terminar la tarea, después podré analizar sus palabras y quizá responder su mensaje. ¿Qué debería escribirle?
Regreso a lo mío, reviso dónde me quedé y continuo sobre la misma línea, tarareo por lo bajo un fragmento de la melodía y después de un momento me vuelvo a quedar en blanco.
Me desparramo en la silla y llevo las manos a la cabeza con frustración. ¿Por qué no puedo dejar de pensar en él?, en mi mente se repite de nuevo, una y otra vez la misma escena.
Nosotros dos parados en medio de la calle, uno frente al otro y lo escucho repetir a cada instante...
–Ana, eres la chica más hermosa que conozco.
¿Por qué dijo eso y después me dejó sola? De verdad que los hombres hacen cosas muy raras.
Bueno, ahora sí, pondré todo mi empeño para terminar la tarea, no más distracciones.
Después de dos minutos de absoluta concentración, Alex entra corriendo al cuarto para decirme que la cena está lista. La tarea tendrá que esperar, la comida siempre va primero.
*
1943
Los colores vistosos y la mezcla de olores hacían que Fernando y María recordaran que no estaban para nada cerca de casa. El pueblo era totalmente distinto a otro que hubieran visto antes y la gente también. Por lo poco que habían observado sabían que las clases sociales estaban igual de marcadas pero las personas no se veían tan amables como en otros pueblos donde habían estado últimamente.
Caminaron alegremente por las calles adoquinadas, los cascos de los caballos resonaban con ritmo, el cual parecía marcar el paso de todo el que pudiera escucharlo.
Encontraron una pequeña posada que se veía limpia en la cual decidieron quedarse, además de que el precio les pareció accesible. Dejaron sus cosas en la pequeña habitación que les ofrecieron, donde solo había una hamaca descuidada y una manta sin color extendida en el piso. María aguantaba las ganas de quejarse, sabía que no podían pagar más y que solo estarían ahí por un breve momento, aún guardaba en su corazón la esperanza de encontrar a su padre.
Antes de explorar el lugar se asearon y cambiaron la ropa. María guardó bien el dinero en uno de sus zapatitos, Fernando hizo otro tanto pero debajo de su sombrero.
Tras estar listos salieron de nuevo y fueron a sentarse bajo la fresca sombra de los grandes árboles que adornaban la plaza principal. Era un pueblo antiguo, poco poblado y de muchos colores.
–Se nos acaba el dinero, Fernando –susurró María preocupada mientras se acomodaba en la banca–. Tenemos que buscar la manera de obtener más.
La miró asombrado, si ella pronunciaba esas palabras era porque estaba más que decidida a quedarse en ese lugar y a hacer todo lo que estuviera a su alcance para encontrar a su padre, así le costara toda la vida.
Ella no pensaba diferente, estaba dispuesta a todo con tal de saber con exactitud lo que le había pasado realmente a su familia y dónde estaba su padre. Sabía que Fernando le estaba ocultando algo, lo cual la enojaba un poco pero de igual manera le agradecía que no le contara más cosas desagradables de las personas que amaba. Aunque eso implicara que ella tendría que averiguar lo que realmente había sucedido.
–De acuerdo –contestó Fernando–. Entonces, ¿propones que busquemos trabajo? o ¿te enseño a hacer dinero fácil?
La mirada pícara que le dedicó la hizo reír.
–No, no. No empieces –suspiró–. Tratemos de buscar trabajo, aunque creo que será más fácil para ti.
–No seas tan negativa, eres muy lista. Estoy seguro que aprenderás rápido cualquier actividad que te propongas hacer.
Lo miró agradecida, y por un momento sus ojos se mantuvieron así, solamente mirándose pero diciéndose todo sin emitir sonido.
–María...
–Fernando, dime una cosa –interrumpió ella desviando la mirada–. ¿Qué te dijo realmente el señor de la tienda acerca de mi padre?
Él se turbó un instante. La muchacha en verdad era lista, sin embargo no parecía estar reclamándole, sinceridad era lo que estaba buscando, no falsas esperanzas.
–María, lo siento mucho –Fernando habló sin tapujos–. No quería hacerte sentir más mal. Perdóname, por favor.
Ella asintió con agradecimiento y Fernando procedió a narrarle lo que en realidad le había contado aquel mercader.
Al escuchar la declaración permaneció trémula por un momento.
–Bueno, supongo que será imposible encontrar a una persona que ha desaparecido hace más de diez años y por la cual nadie parece preocuparse –cerró los ojos reprimiendo las lágrimas–. Te agradezco por decirme la verdad.
Él asintió sonriendo pesadamente, a pesar de haber tomado de buena manera la verdadera historia se le veía apesadumbrada pero a la vez aliviada.
–Alegra esa cara, Fernando –dijo ella tratando de sonreír–. Desaparecido no es igual a muerto, ¿verdad?
Él se estremeció un poco, si esa era su manera de animarse a sí misma, era muy perturbadora.
–Es cierto, pero... –él dudó– no quiero arruinar el momento, pero no tengas muchas esperanzas de encontrarlo cuerdo, o vivo.
Ella dio un respingo.
–Estoy consciente de eso. Pero aún no me daré por vencida, me queda más familia, ¿recuerdas la carta de mi padre...? ¿De Jorge?
–Bueno, él mencionó a tus abuelos –comentó desconfiado–, pero no sabemos qué quería decirnos de ellos, y por las cosas que hemos escuchado no creo que se alegren mucho de verte.
María rio, obviamente sabía que Jorge advertía en la carta que ni se le ocurriera acercarse a ellos, pero en esos momentos de desesperación no tenía a nadie más a quien acudir. Era seguro sería una locura ir hasta la hacienda y presentarse como su nieta, pero tenía otros planes.
–Ya lo sé, no planeo presentarme como su nieta, no soy tan estúpida ¿sabes?
Fernando negó con la cabeza y rio por lo bajo.
–Vámonos niña, hay que ganarnos el pan de hoy.
*
Holaaa, espero que disfruten el capítulo :D Les recuerdo que tenemos página y grupo de fb, dense una vuelta por mi tablero de anuncios donde encontrarán los links.
Lávense las manos y quédense en casa.
Besos.
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¿Quién eres?
Non-FictionEsta historia narra la vida de muchas personas, pero a la vez cuenta la historia de una sola. Decidida, Ana empieza una inocente búsqueda de sus antepasados, sin embargo, en el camino descubrirá historias asombrosas, acontecimientos tristes, cosas...