¿Quién eres?

DIEZ

Tiempo actual

Apenas salgo del ascensor se abalanzan todos contra mí.

–Firme esto, firme aquello, lea esto.

Miro de reojo a Mildred, se ve aliviada con mi llegada, deben haberla estado atosigando a pesar de que solo demore unas horas, en realidad creo que estaba preocupada por mí. En quince años siempre he llegado a tiempo y no he faltado una sola vez. Me fijo en el ascensor y veo que ha descendido de aquí hasta el piso de abajo.

– ¿Ha venido alguien a ver los registros? –pregunto a Mildred mientras me apoyo en su mostrador para firmar los papeles.

–Sí –dice con una sonrisa–, una linda jovencita ha venido a ver los registros del "Freedom".

Me quedo congelado, dejando a medio terminar la firma.

– ¿El "Freedom"? –susurro–, necesito ver el cuaderno de registros ya.

Dejo de lado los papeles y ante mi reacción casi caen esparcidos por el suelo.

–Sigue sobre el mostrador, no lo he guardado –Mildred lo señala.

Miro hacia donde apunta y lo veo ahí asentado, abierto, busco con la vista la última línea escrita.

– ¡Oh, Dios mío! –reacciono ante la sorpresa–, ¡Mildred!

Todos los presentes me miran con los ojos abiertos.

–Mildred, es Ana –digo con los ojos y la boca muy abiertos a la vez que muevo exageradamente las manos.

Me mira extrañada y cuando parece entender palidece y se deja caer en la silla.

–No puede ser –me mira asombrada, pareciera que en cualquier momento se va a echar a llorar.

–Pero no entiendo –digo confuso–, ha firmado como Ana Garza y nos consta que no utiliza ese nombre... –trato de buscar más acerca de ella–. No ha puesto nada más, solo el nombre y el principio de su número.

Compruebo la pluma y veo que no pinta. Empiezo a reír como loco hasta que la panza me duele, mis ejecutivos me miran preocupados.

– ¡Cielos! –digo tratando de recuperar la compostura–, el único día que llego tarde ella viene y la pluma no pinta.

Termino la frase gritando y aventando la pluma al piso.

Me disculpo quedamente para terminar de atender a los ejecutivos y sus pendientes, una vez todos se han ido hablo con Mildred.

–Llama a seguridad.

Ella lo hace rápido.

–Cuando usted llegó, ella estaba bajando en el ascensor.

Me quedo helado de nuevo, un minuto antes... Qué diferente pudo haber sido todo.

–Mildred –digo gravemente–, quiero que canceles todas mis reuniones que sean fuera de la ciudad. Llama a mi tío inmediatamente.

–Sí señor, ¿cuáles reuniones quiere que cancele?

– ¡Todas! –digo abriendo los brazos y caminando hacia mi oficina–, cancela todas mis reuniones de aquí en adelante. Ana aún debe volver, hay un registro más aquí que necesitará, no sé cuánto tiempo tardará en llegar a él, pero esta vez sí estaré aquí cuando venga.

*

Mientras el elevador va bajando hace bastantes paradas, cuando llegué era muy temprano y no había tanta actividad como ahora. Hay mucho ajetreo, por lo que tardo más en bajar que lo que he tardado en subir.

Cuando salgo del ascensor camino lentamente a la salida, cada vez más lento y eventualmente me detengo. Miro detrás de mí al elevador de nuevo. ¿Debería volver a subir? No veo razón para hacerlo más que para hablar con el señor Jorge, él debe conocer los registros de su colección, tal vez podría ayudarme.

¿Qué estás pensando Ana?

He venido a ver lo que necesitaba y ya es hora de irme. Aunque si regreso tal vez pueda terminar de llenar mis datos o hablar con el señor Jorge...

¿Sigues insistiendo?

¿Qué estoy pensando? Debe estar ocupado haciendo cosas importantes. A parte no se fijaría en mí por nada del mundo, no tengo nada de extraordinario.

Me encamino de nuevo a la salida y algo llama mi atención. Veo a cuatro tipos fornidos, bien trajeados y con lentes oscuros, en el costado derecho de su manga se lee "Seguridad". Están muy juntos y caminan rápido, entran todos al elevador y veo que se dirigen al piso del que yo estoy viniendo.

Creo que será mejor no volver a subir, seguramente los empleados están atosigando demasiado a Mildred. Será mejor guardar distancia, podría ponerse feo.