CAPITULO 40 HASTA QUE TE CONOCI

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Ana y Christian se mudaron a su nueva casa, ya los cuatrillizos cumplieron año y medio, además Kate se embarazo y tuvo una niña que le llamaron Ava que significa "la que da vida", nació tres meses después que los cuatrillizos, la noticia es que nuevamente está embarazada y será niña, aun o tienen el nombre que llevará, pero al igual que Ana, se operará de inmediato, Elliot es un padre dedicado a su trabajo y familia, al igual que Christian, en estos momentos están en la fiesta de inauguración de la casa de Ana y Christian.

Brazos sobran para cuidar a Phoebe, Pamela, Damián, Dante y Ava, hay adultos de sobra para cuidarlos, aunque los gemelos también necesitan cuidados, en unos meses cumplirá seis años e irán al colegio, acostumbrados a ir a la guardería y kínder, pero la escuela primaria tiene más dedicación para cada uno.

A la fiesta están varios compañeros de Grace y Ana, ahora también de Kate, sin embargo la mayoría son familia, los padres de Kate, de Elliot, de Christian y la madre de Ana, más los niños y jóvenes de las familias ahí reunidas, era un bullicio descomunal, sobre todo cuando los cuatrillizos tenían apetencia, eran muy glotones, pero en las noches no daban lata, que eso les agradaba a Ana y Christian, ya que daban rienda suelta para amarse.

Christian tuvo que comprar una camioneta, llevar diario a los niños a la guardería y después a Ana al hospital, era necesario un auto más grande, con asientos cien por ciento seguros para bebés, las sillas adquiridas les servirán hasta que cumplan cinco años, se adapta el cinturón de seguridad de acuerdo del tamaño del niño. 

En casa de la abuela Carla, mandaron hacer cuatro recámaras más por los nietos, serían ocho en total, cuatro de Ana y Christian y cuatro de Kate y Elliot.

En noviembre festejaban el cumpleaños de los cuatrillizos, en febrero el aniversario de bodas de Ana y Christian junto con el cumpleaños de Ava, en marzo el aniversario de Kate y Elliot no pasaba desapercibido, más los cumpleaños de los adultos.

La tumba que supuestamente tenía los nombre de Raymond, Alan y Ana Steele, la donaron, se hicieron boletos para los pacientes de la clínica-hospital de Christian y Elliot, asimismo entre los del hospital donde trabajaba Ana, Grace y Kate, la rifa sería el día de acción de gracias de ese año, obviamente tuvieron que registrar la rifa a la secretaria de juegos y sorteos, no pagarían impuestos ya que son para asistencia social.

Entre Ana y Christian no había muchos problemas o pleitos de pareja, a excepción de principio cuando estaban recién nacidos los cuatrillizos, donde compartir tiempo de pareja en cuarentena, era muy tensa la situación para ambos, de momentos se gritaban, jamás insultaban, o no se hablaban para evitar llegar a mayores problemas, ahora cuando lo recuerdan les causa muchas risas, que bueno que ya no pasaran por ese proceso.

Sus familias jamás se enteraban de esos arranques de enojos, entre ellos lidiaban sus problemas, solo se contenían las ganas de gritarse cuando llegaba Carla o Grace, para ayudarles a bañar a los niños y convivir con ellos. Ahora cuando hay algo que no les parece o quieren sugerir, hablan durante la noche que están dormidos los cuatrillizos.

Llegó la rifa de la perpetuidad del panteón, conforme marca la ley, estuvieron representantes del hospital General de Seattle y por ende Christian y Elliot, la técnica que se utilizó fue, sacar veinticinco boletos, y el boleto ganador sería el boleto veinticinco, ya que ese día se festejaba el día de acción de gracias, el 25 de noviembre, por lo que el ganador pertenecía a los pacientes de la clínica-hospital de Christian y Elliot, que ellos mismos entregarían el premio al ganador.

Eran principios de Diciembre, los niños todavía asistían a sus clases, solo faltaban dos semanas para que salieran de vacaciones, por lo que Ana y Kate, pedían vacaciones como todos los que tenían hijos, los solteros o de nuevo ingreso se quedaban de guardia, como siempre, Christian llevó a los niños a la guardería, después dejó a Ana en el hospital, como era temprano, pasaron a la cafetería que estaba frente del hospital, aunque ya habían desayunado en casa, Ana tenía antojo de panqueques de arándanos que preparaban ahí, estos se los comería a la hora del almuerzo.

Christian con una sonrisa de enamorado, le dijo que si no supiera que estaba operada, esos antojos se parecían cuando estaba embarazada, Ana sabía que no, pero al dejar de amamantar a sus bebés se volvió más glotona, hacía ejercio en su bicicleta y caminadora a diario, por eso no le preocupaba comer entre comidas, le dieron a Ana sus panqueques para llevar y Christian pidió un capuchino para llevar.

Se despidieron en la entrada del hospital como siempre, todos los pacientes, médicos, enfermeras y visitantes, los veían comerse a besos antes de despedirse, ese matrimonio era el más perfecto decían todos, había más y más, pero ese era el más visto por todos a diario. Ana entró a su área saludando a todos con una gran sonrisa, hasta Grace se iba a tomar su café con los médicos de turno, después hacían sus labores eficientemente.

La doctora Steele acababa de dar el rol a todos sus pacientes, cuando les avisaron que había llegado un accidentado en una ambulancia, los primeros en ir con la camilla para que los paramédicos de la ambulancia les dieran los por menores, eran José y Mía, ellos siempre recibían a los que llegaban en una ambulancia, al ver de quien se trataba no lo podían creer, por lo que José colocó de inmediato la camilla del hospital y corrió lo más pronto posible, en lo que le avisaban a la doctora Steele, que el accidentado era su esposo Christian Grey.

Mía entró a la oficina de Ana, pálida y casi sin aliento le dijo a su jefa:

— Ana, el paciente que llegó en la ambulancia es Christian tu esposo.

— ¿Qué dices? No puede ser, ya deberìa de estar en su trabajo, vamos ya.

— Ana, el reporte de los para médicos de la ambulancia, dicen que un camión lo embistió cuando estaba estacionado su auto, él estaba bajando del auto cuando el camión embistió el auto y de paso a Christian.

— ¿Dónde está?

— Lo llevaron a laboratorio y rayos X

— ¿Ya le avisaron a Grace?

— Si doctora Steele.

— Los nervios de Ana estaban al mil, no podía creer que su esposo estuviera en esos momentos en el hospital, recordó cuando lo asistió hace tres años en su turno, solo empezó a desvariar y caminar hasta la cama donde lo atendió por primera vez, diciendo:

— HASTA QUE TE CONOCI, supe lo que era el verdadero amor; HASTA QUE TE CONOCÌ pude aguantar el dolor de la muerte de mi padre; HASTA QUE TE CONOCÌ supe que era la felicidad; HASTA QUE TE CONOCI supe la dicha de convivir en pareja; HASTA QUE TE CONOCI, supe lo que es ser esposa y madre; HASTA QUE TE CONOCI, tuve el privilegio de conocer a mi verdadera madre; HASTA QUE TE CONOCI, no quiero perderte, no quiero perderte, CHRISTIAAAAAAN. 

FIN.

HASTA QUE TE CONOCIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora