CAPITULO 13 CONOCIÉNDOSE

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Christian quedó satisfecho de lo que comentaron sobre la seguridad de Ana, sin embargo no iba a bajar la guardia por los comentarios que escuchó en el hospital, si fue capaz de acercarse en el funeral del padre, puede buscar otro medio para provocarle un daño. 

Christian no sabía que Ana tuviera un hermano gemelo, no estaba al corriente de la vida de su novia, solo lo que escuchó en el hospital y la plática que tuvieron esa noche con sus amigos los doctores, su madre de Christian es un poco hermética sobre los compañeros de su trabajo, pero ahora era diferente, porque Ana era su novia, sin embargo supo que había más que muertos y una madre policía ¿Por qué su madre no vive con ella? Esperaba que Ana le contara por ella misma su niñez, adolescencia y como estudiante, él estaba muy entusiasmado en contarle todo sobre él y su familia, sus amigos y por ende sobre Leila.

Después de la casa de sus amigos de Ana, Christian llevó a Ana a su casa, ellos no medían el tiempo platicando.

— Pues como has oído, ocho de mi generación obtuvimos un puesto en el hospital, desafortunadamente mi hermano y su novia no pudieron completar ese sueño, solo conoces a José y Mía, te falta conocer a Elizabeth, Jack, Ethan, a mi hermano lo conocerás en fotos al igual que a mi ex cuñada Katherine, Ana le mostró las fotografías de su hermano cuando iban a la Universidad, miró a Kate atentamente, por lo que Christian le comentó:

— La novia de tu hermano es vecina de mi amigo y socio Elliot, él siempre estuvo enamorado de ella sabes, ahora entiendo porque nunca le hizo caso, lo saludaba y platicaban, fueron grandes amigos pero Elliot nunca se le declaró, quien iba imaginar que me iba a enamorar de la hermana del rival de mi amigo.

— Somos de la misma generación entonces, porque nunca te vi, realmente conocíamos a la mayoría de la generación, no recuerdo haberte visto.

— No es presunción Ana, nosotros estudiamos en Harvard la carrera de medicina.

— No me has comentado que especialidad tienes, además ahora que salió el tema de Kate, sé que eres doctor.

— Somos pediatras Elliot y yo, tenemos un consultorio en el centro de la ciudad, aunque hay hospitales siempre se ofrece una urgencia médica, sobre todo de niños, no nos quejamos, ahora que estuve hospitalizado mi amigo se encargó de mis consultas, adquirimos clientes constantes, tenemos tres años con el negocio, mitad y mitad compramos todo, a excepción de que mis padres me regalaron el terrero de ese consultorio, fue más fácil adaptarlo a nuestras necesidades, porque además hacemos cirugías si es necesario.

— Que hermosa profesión escogimos, los niños son adorables, ahora que estuve en Georgia y conviví con....... Los niños de la señora Eréndira, pude ver que hay que tener mucho cuidado con ellos, sobre todo cuando son pequeños, van a cumplir cuatro años en diciembre, me gustaría que me acompañaras si puedes a su festejo, fui invitada especial y hasta me dicen tía, les prometí llevarles algunas cosas.

— Tu enamoras hasta unos gemelos de tres años, veme como me traes loco con tu belleza.

Ana le invitó a quedarse en su casa, en especial en su recámara, ella dormiría en la que era de su padre, ya era muy noche para que se fuera, a Christian le agradó mucho la idea, sabía que no iba a pasar nada entre ellos aunque era lo que más deseaba. Christian llamó a sus padres para avisarles que se quedaría a dormir en casa de Ana, pero que no se imaginaran cosas que no iban a pasar.

Christian le platicó a Ana quien era Leila Williams, una amiga y vecina desde la infancia, ella se había enamorado de él, Christian le confesó que realmente era muy bella, pero no sentía la química que siente por Ana, eso le molestaba mucho a Leila, lo peor era que cuando él se fue a Harvard y solo se venía en vacaciones, ella se juntó con gente toxica, tomaba, se drogaba, tenía sexo con cualquier desconocido, claro que en sus cinco sentidos jamás lo hacía, era otra persona sin alcohol o drogas, no por eso Christian le retiró su amistad.

El día del accidente, venían de un evento de motos donde habían participado, Christian cuenta que Leila se perdió un momento de su lado, pero alcanzó a ver que un fulano le daba algo en las manos y ella le entregaba dinero, al querer acercarse ella corrió hacia los baños de mujeres, la esperó a que saliera para que le dijera que era lo que le dio el joven, pero ella cambió su tono de voz, su postura dominante y fue cuando Christian se percató que estaba drogada, Christian de inmediato le dijo que se fueran a su casa, ella lo abrazó y le quitó las llaves del auto que Christian tenía en su chamarra.

Él le decía que no podía manejar en ese estado, Ella se subió al auto y encendió el motor, Christian se sentó de copiloto, pero no quería que manejara Leila, por lo que quiso quitar las llaves del auto, Christian no supo de dónde sacó unas esposas policiales y lo amarró al volante, ella hizo lo mismo, aferrada a Christian, Leila le declaró nuevamente su amor, el por lo consiguiente le volvió a decir que la quería como una hermana, eso enfureció a Leila y aceleró el auto, no escuchaba lo que le decía Christian que bajara la velocidad, con su otra mano Christian intentó quitar nuevamente las llaves, pero de momento se estrelló el auto y voló, dando vueltas sobre el pavimento de la carretera, por fortuna los autos que vieron la coalición se orillaron para evitar ser embestidos, lo demás Ana lo vivió.

Ana le indicó que le daba pena no ofrecerle nada de cenar, ya que no dejó nada en el refrigerador y acompañó a Christian hasta su recámara, sacó su pijama, Ana le dijo que lo esperara un momento, con mucho dolor abrió la recamara de su hermano, tomó una de sus pijamas de dos piezas por el frio, unas lágrimas corrieron por sus ojos al acercarse a la fotografía de su hermano, y dijo:

Ana le indicó que le daba pena no ofrecerle nada de cenar, ya que no dejó nada en el refrigerador y acompañó a Christian hasta su recámara, sacó su pijama,  Ana le dijo que lo esperara un momento, con mucho dolor abrió la recamara de su hermano, t...

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— Saldrá a la luz todo lo que te hizo mi madre, velaré por Kate y tus hijos, lo juro por tu memoria, te amo querido hermano.

Salió de la recámara de su hermano para entregarle a Christian la pijama, le dijo que era de su hermano, al parecer eran de la misma talla. Ana se fue a la recámara de su padre, no podía dormir todavía, prendió la lámpara del buró, quiso abrir el cajón donde estaba el testamento, pero recordó que la llave estaba en su alhajero, donde están sus dijes, pulseras, anillos, collares, aretes, cadenas de oro y plata, era hermosa su caja.

Ana solo durmió cuatro horas, recordó que tenía un invitado especial, tenía mucho tiempo que no tocaba su bicicleta y caminadora en su recámara, cuando entrara a trabajar, haría su serie de ejercicios y dormiría sus ocho horas diarias, era su reto nuevamente. Bajó a la cocina a poner café, solo tenía huevos, el jamón, tocino y queso se los había compartido a los chicos que se llevaron los instrumentos hospitalarios, realmente no tenía despensa por lo de su viaje. 

Colocó las cucharas para el café, puso la azucarera y dos platos pequeños, bajó de su alacena un par de tazas y las situó en los platos, recordó que tenía una caja de galletas surtidas, cuando dio la espalda para tomar las galletas, sintió unos brazos rodearla y besarle la mejilla, una voz varonil diciendo:

— Buenos días querida novia.

— Buenos días amor, te gusta que te diga así o prefieres solo Christian.

HASTA QUE TE CONOCIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora