CAPÍTULO 24 SABOR DE AMOR

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Christian estaba pensando en los hijos de Kate, constaba el gran parecido con Ana y su hermano Alan, eran unos pequeños clones, se figuraba si fueran niñas, serían unas mini Anas, igual de hermosas que su tía, los niños realmente cuando crezcan serán unos galanes como el hermano de su novia, en su mente venían las fotos de Ana y su hermano y los niños, le gustaría tener unos hijos tan hermosos como Raymond y Theodore Steele, pero que fueran niñas, si su cuñada tuvo gemelos, genéticamente Ana y él pueden tener gemelos.

Christian estaba acostumbrado a estar con niños en el consultorio, juega con algunos para que le tengan confianza, pero el estar con los sobrinos de Ana, era como si estuviera viendo la niñez de su novia, se la imaginaba así de inquieta e inteligente como sus sobrinos. Ana, lo interrumpió en sus pensamientos, diciéndole que ya estaba preparado el baño, cuando entró al baño, se quedó de una pieza al contemplar a Ana de espaldas con su camisa de vestir a media espalda y desnuda.

 El agua estaba caliente muy aceptable para los dos, iban a descansar con ese vapor que salìa del agua, Christian fue el primero en colocar shampoo en una esponja, talló el cuerpo de Ana, empezó por su cuello, brazos, axilas, Christian le pidió a ...

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El agua estaba caliente muy aceptable para los dos, iban a descansar con ese vapor que salìa del agua, Christian fue el primero en colocar shampoo en una esponja, talló el cuerpo de Ana, empezó por su cuello, brazos, axilas, Christian le pidió a Ana que se parara para tener acceso a enjabonar todo su cuerpo, ambos se pararon y el siguió enjabonando, ella subió su pierna en la bañera para darle acceso a limpiar sus pies, pantorrillas y muslos, no había nada de inhibición en ninguno de los dos, pero cuando llego a su sexo, ella sintió como vibraba todo su cuerpo, cambió su otra pierna del otra lado de la bañera, Christian enjabonó los pies, siguiendo las pantorrillas y muslos, llegó nuevamente a su sexo para excitarla.

La abrazó así enjabonada y la besó, la esponja seguía en su sexo, Christian empezó a tallar la esponja en el sexo de Ana, hasta que la hizo correr en un gran orgasmo, Ana se aferró al torso de Christian enterrándole las uñas por el placer, ya que la respiración de Ana fue mermando, Ana bajó su mano y tomó la esponja, la lavó con el agua de la tina, con la mirada de Christian expectante, ella vació el líquido jabonoso a la esponja, e hizo lo mismo, talló primero la cara de Christian dejándolo con mucha espuma en la cara, ella le dijo que parecía Santa Claus, rieron, pero esa esponja viajó muy despacio a todo el cuerpo de Christian, cuello, cara, axilas, torso, espalda, piernas, muslos, pies, por último se centró en enjabonar el vello púbico, hasta centrarse a lavar su pene, Christian sentía mucho placer, se escuchaban sus gemidos, colocó sus manos en las clavículas de Ana para sostenerse, después de masajear el pene de Christian, Ana vertió agua en el pene, observando que no quedara nada de jabón, de inmediato metió el pene en su boca, adentro y afuera, adentro y afuera, no podía alejarla de él, Christian pretendió parar pero ya era demasiado tarde, el obtuvo la mejor felación que haya tenido en su vida, solo que, para no lastimar a Ana con su fuerza, se detuvo del azulejo del baño.

Como el agua seguía caliente, se sentaron en la tina, Ana le daba la espalda a Christian, por lo que con sus manos, Christian vertió agua al cabello de Ana, para después darle masaje en el cuero cabelludo con el shampoo de hierbas de ella, Ana dio la vuelta en cunclillas, tomó el shampoo de Christian e hizo lo mismo, pero Ana descubrió que al darle masaje en el cabello, Christian se excitaba, un bulto la hizo descubrir tan maravilloso descubrimiento. 

Aun con su músculo muy excitado, Christian le pidió a Ana que quitara el tapón de la tina, mientras ella lo hacía, Christian tomó la regadera de mano, empezó a quitar el exceso de jabón en el cabello de su linda novia.

Después él enjaguó su cabello, ya estaba de pie en la tina y con la misma regadera de mano, recomenzó a bañar a Ana quitándole el exceso de jabón en su cuerpo, no era mucho en realidad, pero para sentirse más limpios, Ana abrió la lluvia de la regadera, ambos se metieron en ella, abrazados y besándose.

Christian tomó una toalla mediana para el cabello de Ana, ya que la envolvió en su larga cabellera, le extendió otra toalla más larga, para que secara su cuerpo, mientras Ana secaba su cuerpo, él tomó otra toalla y empezó a secar primero su cabello, después siguió con cara, cuello, brazos, tronco, piernas, la misma toalla la coloco en su espada y con los brazos movió la tela para secar espalda alta y baja, para después subir un pie al borde de la tina, para secarse un pie, dedo por dedo y colocar una de sus sandalias de descanso, salió de la tina y colocó la otra pierna en el mismo borde de la bañera para hacer el mismo tratamiento para su otro pie.

Ya en la recámara, Christian y Ana se colocaron un aceite para el cuerpo, Ana ya tenía preparado en la cama la ropa interior de los dos, a excepción del brazier de Ana, ya que ella no utiliza ninguno para dormir, habían pedido servicio de café y algunos panecillos, estos se encontraban en la entrada de la habitación en un carrito para comidas, ya con pijama los dos, salieron a deleitarse de ese rico café con variedades de panecillos pequeños, Ana seguía con la toalla en el cabello, terminando de cenar, fueron a lavarse la boca, ahí fue cuando Ana quitó la toalla de su cabello y empezó a peinar. 

Christian le hizo la seña que él lo haría, por ello, Ana subió a la cama y en cunclillas dándole la espalda a Christian, él empezó a peinarle su linda y larga cabellera.

Ana le comentó que iría al baño a utilizar la secadora por un rato, sobre todo que se sequen las puntas, que es lo más tardado, Ana salió a regañadientes de la cama, estaba feliz que Christian se tomara la molestia de bañarla y peinarla, consentirla tanto, pensó ella que un matrimonio se hace todo con apoyo de ambos, platicar, convivir y sobre todo amarse placenteramente, Ana no se imaginaba que en todo matrimonio hay desavenencias, no todo es color rosa ni dulce, algún día lo experimentaría personalmente, pero todavía falta para que ella lo pueda comprender.

Ya con el cabello seco y hacerse una trenza, regresó a la cama, viendo cómo Christian estaba en los brazos de Morfeo, hizo a un lado las sabanas y se recostó en su pecho abrazándolo con su mano izquierda, trataba de no dormir y observar a su novio, le embelesada verlo así, tranquilo y guapo, dejó un beso en sus labios, recorrió con su mano todo el contorno de la cara de Christian, disfrutaba mucho estar con él, regresando a Seattle es lo que más va extrañar, sin saber a qué hora quedó perdidamente dormida.

Lo bueno fue que no quedó con Kate para ir por los niños y llevarlos a la escuela, despertaron hasta las diez de la mañana, no tenían prisa, Ana también descubrió que Christian no baña su cabello diario, bañaron su cuerpo solamente y salieron tranquilos a desayunar, regresaron a su habitación ya que tenían planeado ir a la playa, antes de ir por los sobrinos de Ana, ella escogió un bikini de color amarillo.

Christian nunca imaginó sentir tantos celos, solo de ver que muchos hombres posaban la mirada en Ana, por lo que no tuvo más remedio en colocarle la toalla alrededor de la cintura, Ana sonrió, pero esa toalla no duraría mucho tiempo en su cuerpo, ya que el mar la estaba esperando para refrescar su cuerpo, ahí no habría miradas, con todo su pesar, Christian colocó la toalla en la arena y se dispusieron a meterse a nadar al mar.

Christian nunca imaginó sentir tantos celos, solo de ver que muchos hombres posaban la mirada en Ana, por lo que no tuvo más remedio en colocarle la toalla alrededor de la cintura, Ana sonrió, pero esa toalla no duraría mucho tiempo en su cuerpo, ...

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