CAPITULO 11 NO ESTAN SOLOS.

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Kate siguió contándole a Ana cómo era su madre.

— Tú sabes que empezamos andar desde el primer día de Universidad, tu madre nos mandaba a seguir en una patrulla, por lo que nuestra primera vez fue en tú casa, tú no estabas, tu madre nos vigilaba pero todavía no sabía porque, lo hicimos muy rápido, yo esperaba mi primera vez más romántico, pero cuando terminamos, bajamos a la sala de tu casa y empezábamos hacer los trabajos de la escuela, todo era rápido y casi siempre llegaba tu mamá viéndonos hacer tarea, yo creo que por eso no quería que tu hermano y yo estuviéramos solos en tu casa, hasta los condones que utilizaba tu hermano, los echaba por el inodoro ya que me decía que si nos cachaba tu mamá, nos metería a la cárcel y yo siempre le creía.

Ya a últimas fechas solo me cuidaba con mi periodo, para despistar a tu madre nos subíamos al tranvía y nos íbamos a un hotel a disfrutar nuestro amor, eso hubiera querido desde un principio, sé que tu hermano me amaba, gracias a la mentira de la grabación es que no se metía con nosotros tu madre. ¿Por qué huí? Porque después del funeral de tu hermano, tu madre se acercó disque a darme el pésame, desde ese momento mi grabación ya no surtía efecto, me dijo que tenía las horas contadas, por haberle quitado a su hombre y eso se pagaba con mi vida.

Una semana antes de la graduación le dije a tu hermano que estaba embarazada, me prometió no decir nada a nadie hasta que nos casáramos, sentimos un presentimiento y sin avisarle a nadie, al día siguiente nos casamos, tu hermano pagó para que fuera ese mismo día, le dijimos al juez que yo tenía tres meses de embarazo, llevé los estudios de laboratorio y de inmediato nos casó, con esa acta fue suficiente para que mis hijos lleven el apellido Steele, tengo dos actas con mi identidad falsa y la verdadera e igual mis hijos.

Por azares del destino, llegué al aeropuerto de aquí de Georgia todavía embarazada, estaba tratando de saber qué hacía, por suerte yo tenía los ahorros que hicimos tu hermano y yo para casarnos por la iglesia, los tomé para venirme aquí, porque mis padres al enterarse me corrieron de la casa, un amigo me sacó la documentación falsa desde Portland, se supone que yo vivo ahí, así fue como me pude trasladar sin que tu madre supiera para donde me moví, tenía terror de que me matara, sobre todo si se daba cuenta de mi embarazo.

En eso estaba cuando oí un grito de un señor que pedía auxilio, su hijo de seis años tenía mucho vómito y diarrea acuosa, apestaba horrible, fiebre y dolor abdominal, aun así me acerqué y le dije que era médico, lo primero que hice fue llamar al 911, les comenté que era doctora y que por los síntomas, el niño necesitaba hospitalización.

Pedí hielos para ir mermando la fiebre, también solicité un suero oral, para darle poco a poco en su boca y no se deshidratara, también solicité a los presentes ropa limpia y papel de baño para limpiar al pequeño, lo desvestí para limpiarlo y lo cubrí con mi suéter en lo que llegaba la ambulancia, en cuánto llegó la ambulancia el niño ya no tenía tanta fiebre, no podía diagnosticar su enfermedad, eran necesarios los análisis clínicos que fue lo que les instruí a los paramédicos, firmé la hoja de auxilio sin darme cuenta puse mi verdadero nombre, cuando el padre del niño me preguntó cómo me llamaba, recordé el nombre nuevo que me dieron, se llevaron al niño en la ambulancia y el señor me dio su tarjeta.

En el hospital el padre del niño vió mi verdadero nombre y cedula profesional, estuve cerca del aeropuerto buscando trabajo, por lo que le fue rápido localizarme el padre del niño, me dijo que le tuviera confianza y con recelo le expuse mi verdadera situación, me comentó que su hijo se salvó a tiempo por la ayuda que le presté, los resultados dieron que el niño tenía Rotavirus, tu sabes que si un niño deshidratado no recibe la atención necesaria, puede morir, aunque no sabía que tenía, pero la fiebre y la diarrea era alguna infección, sabiendo el diagnóstico le comenté que estuviera al pendiente de que el niño recibiera dos o tres dosis de la vacuna, dependiendo de la marca, le comenté ya con más confianza que farmacéuticas eran las mejores, caras pero seguras, e iba a tener mejor protección su hijo.

Desde ahí el me contrató en el hotel, no podía ser camarera por mi embarazo, de mesera era mucho mejor, ya que él me dijo que recibiría mejores propinas por mi estado, y si, una compañera del restaurante me dijo que este departamento con una recámara estaba desocupado, todavía tenía dinero de los ahorros, pagué un año de arrendamiento, pero trabajé arduo para pagar mi alumbramiento, sobre todo sabiendo que tendría dos hijos.

— No estás sola Kate, mucho menos mis sobrinos, sé que te va bien con las propinas, pero no mereces esto, hablaré con Paul y entraras a un buen hospital aquí en Savannah, en mi teléfono pondré el nombre de Eréndira López, cualquier cosa eres una recepcionista de este hotel, recuerda, desde hoy cuentas conmigo para todo, no tengas miedo, yo me encargo de mi madre, pronto lo verás, lo que le hizo a mi hermano no tiene nombre, esa no es una madre, es una perra, solo espero que mi padre nunca se haya enterado de todo lo que le hizo a mi hermano, pero ahora tengo mis dudas ya que él nunca hizo nada por buscarla, estoy presintiendo que mi hermano le contó o el escucho alguna discusión con mi hermano, así como tú te enteraste por casualidad.

Desde mañana alquilo un auto, pasaré a recoger a mis sobrinos y paso por ti al hotel, nos divertiremos todos juntos, no hay peros, solo avísale a la chica que los cuida que vendré por ellos y te esperamos a la salida del hotel, todos estos días que estaré en Savannah. 

En el hotel donde estaba hospedada Ana había alberca, se juró enseñarles a nadar a sus sobrinos aun siendo bebés, les compró ropa nueva, estuvo viendo el alquiler de una mejor vivienda para su cuñada y sobrinos, estaba segura que Paul recomendaría a Kate, ya que había pasado el exámen para el hospital donde trabajaban, la vivienda que encontró no era un departamento, era una casa pequeña de un solo piso, con jardín y tres recámaras, Ana hizo la mudanza a la nueva casa, ella pagó tres meses de adelanto, en cuánto llegara a Seattle haría efectiva la herencia que le dejó su padre, le daría la mitad a Kate para la renta de la casa y esté más desahogada en sus gastos.

A parte de enseñarles a nadar, llevó a Kate y a sus sobrinos al Jardín botánico, disfrutaron de las magníficas figuras de personas, frutas y animales, donde más disfrutaron fue en el Children Museum, donde sus sobrinos fueron de compras, fueron bomberos, granjeros y muchos otros oficios más de acuerdo a la edad de los niños, no solo se divirtieron los niños, Ana y Kate parecían niñas pequeñas, algo muy emotivo para las dos fue recordar a Alan, cuando fueron al salón de la fama de fut bol americano universitario, su pasión por coleccionar balones de todos los deportes, era algo valioso para Alan, ahora Ana ya sabía dónde iban a quedar esas reliquias familiares.

Ana recogía a sus sobrinos en la estancia, los llevaba a un parque en lo que salìa Kate del trabajo, Ana estaba muy feliz conviviendo con sus sobrinos, ellos ya se estaban acostumbrando a su presencia, les prometió venir para su cumpleaños, el día 13 de diciembre. Un día antes de irse Ana de Savannah, decidió cancelar la habitación del hotel, ahora había una pequeña casa que disfrutar al lado de su cuñada y sobrinos, también contrató a una persona con buenos antecedentes para que fuera por los niños y los cuidara en lo que llegara Kate de trabajar, Kate pidió permiso para estar con Ana y acompañarla al aeropuerto, no importaba que le descontaran ese día de trabajo, valía la pena. Ana juró castigar a su madre por lo que le hizo a su hermano, es como si se lo hubieran hecho a ella, ahora ya tendría un lugar para vacacionar con su nueva familia.

HASTA QUE TE CONOCIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora