CAPÌTULO 16 RECABANDO PRUEBAS

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Christian no esperó tanto, la atrajo hasta su cuerpo, se sentó en el sillón y la colocó en su regazo como a una niña, sobaba su brazo y la besaba, el beso era tierno y lento, solo lo dejaban para respirar y empezar de nuevo, de momento se quedó atónito cuando Ana le dijo:

— Mi madre es una delincuente.

— ¿Qué dices? Eso es muy delicado para demostrarlo.

— Lo sé, lo sé, acompáñame a mi recámara.

— ¿Vamos muy de prisa no amor? No traigo condones.

— Te amo por ocurrente pervertido, el día que quiera te lo diré directamente a los ojos, ni modo, tus intenciones fallaron.

Ana tomó de la mano a Christian y casi arrastras lo subió, tomó su alhajero y buscó la llave del cajón del escritorio de su padre, en cuanto la encontró dijo Bingo y se la mostró a Christian, el recordó la plática que tuvo con José y su esposa, esa llave abría el cajón donde estaba el testamento de su padre. 

Nuevamente Ana tomó la mano de Christian para llevarlo al cuarto de su padre, abrió de inmediato el cajón y sacó todos los documentos que ahí estaban, se sentaron en la cama, Ana le dio risa la cara de desconcierto de su novio, pero aún no perdía la picardía que tenía Ana, lo miró y para ponerlo más nervioso le dijo:

— Ven, vamos a acostarnos en la cama de mi padre. —Christian abrió los ojos como platos. — Amor, nos recargaremos en la cabecera y me ayudarás a buscar entre todo esto, algo que pueda culpar a mi madre.

— Me estas poniendo nervioso con tus ofrecimientos amor, pero te amo, estoy conociendo la faceta de investigadora de mi linda novia, no sé qué buscas pero para eso estoy aquí.

— El último testamento lo leeremos hasta el final, tengo que repartirlo en dos cuando sepa que me dejó mi padre.

Nuevamente Christian la miró desconcertado, dividirlo en dos, no entendía el significado de eso. Entre los dos miraron los documentos, los leían uno por uno, tenían algunas horas para encontrar algo, por los títulos de los documentos fueron separando, testamento, escrituras de algunas propiedades, Ana hacía gestos muy chistosos, no sabía que su padre tuviera otros bienes, Christian reía cada vez que veía a su novia hacerlos y le daba un beso de recompensa, estaban muy entretenidos cuando de momento encontraron unas cartas amarradas con un moño rojo. 

Las cartas venían enumeradas, el remitente decía Carla May Wilkes, California Institución for Women CIW, Chino, California, Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California, destinatario Raymond Steele.

— ¿Mi madre estuvo en prisión?

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— ¿Mi madre estuvo en prisión?

— Pues asì parece, quien te haya dicho que tu madre era una delincuente, tenía razón.

— Separamos todo y pongo a un lado lo que voy ocupar.

— ¿Recuerdas que documentos te pidió mi padre?

— Si, aquí están las actas de nacimiento, acta de matrimonio, acta de defunción separadas, te voy entregando los documentos que me pidió tu padre, los demás los vemos con más calma hasta las diez de la noche, quiero bajar a prepárate de cenar y mañana seguimos con los demás, ¿te parece?

Entre los dos estuvieron separando los documentos, las cartas las leerían hasta el día siguiente, por ese día se dedicaron a separar los documentos, lo que no se encontró fue una identificación de su madre, en la recámara de su hermano tenía la cartilla militar al igual que la de su padre, la de Ana era su titulación, aunque estaba también la de su hermano, Ana decidió que era mejor presentar la cartilla militar, por lo que no le quedaba de otra llamar a su madre, para pedirle una identificación.

Bajaron a cenar, entre los dos prepararon unos emparedados, se hicieron un jugo de naranja, después estuvieron besándose, no querían despedirse pero tenían que trabajar al día siguiente, Christian estaba curioso de saber de qué era delincuente la madre de Ana, sobre todo por el empleo que desempeñaba una oficial de policía, no entendía, a menos que la hayan acusado injustamente de algún delito, pero si alguien le confirmó a Ana que era una delincuente, probablemente seguiría haciendo de sus fechorías con su cargo como oficial.

Christian llegó a su casa, sus padres sonrieron al verlo llegar, por ende sabían que ahora su tiempo libre era su novia, sin embargo, no podía contarle a su padre lo que descubrió con su novia, pero lo notaron pensativo, su padre lo abrazó y le dijo:

— ¿Se trata de tu novia? Cuéntanos, de todos modos ella me entregará algunos documentos, si es lo que estoy pensando, su madre puede quitarle lo que tiene, pero si su padre dejó todo en regla no puede preocuparse.

— No quiero romper su confianza papá, deja que mañana investigue que es lo que hizo su madre, solo te puedo adelantar que su madre estuvo en prisión, quiero imaginar que Ana te va a pedir que investigues como abogado sobre el delito que cometió su madre.

— Mira hijo, he investigado a tu novia, es correcta, nunca ha tenido problemas con la justicia, es una eminencia en medicina, tiene tantos premios como zapatos, ha de haber descubierto que su madre estuvo en la cárcel y querrá saber por qué salió y es ahora oficial de policía, te soy sincero, ni ella ni su hermano, mucho menos el padre tienen antecedentes penales, pero también confirme que un doctor que también conoce tu madre, tiene una restricción de por vida para acercarse a Ana y otras señoritas.

— De eso si estoy enterado, ella misma me lo dijo y sus amigos también, los doctores José y Mía que son como sus hermanos, pero porque la investigaste, no tenías confianza en ella.

— En ella sí tenlo por seguro, pero su nerviosismo del sábado me creo inseguridad, ahora sé que ella puede estar en peligro, estoy investigando a su madre, me llamó la atención la plática de tu novia, nunca mencionó a su madre en los momentos más importantes de su vida.

— Papá, hace un rato acomodando los documentos que te entregará, encontramos cartas que fueron recibidas desde la cárcel, igual ahí viene algo que te ayude a la investigación, no sé si Ana te hará entrega de las cartas.

HASTA QUE TE CONOCIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora