EPÌLOGO

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La doctora Steele fue sedada, no estaba en condiciones de ver a su esposo, asì estuvo dos días, ya que cuando despertaba empezaba a delirar nuevamente, hasta el tercer día pudo controlar sus nervios, para que la dejaran ver a su esposo en estado de coma, el golpe que tuvo en la cabeza contra el pavimento, no dejaba ver la realidad del golpe, hasta que se desinflame el cerebro, al igual cuando lo conoció estaba en la misma cama, con los mismos cuidados que los demás pacientes, Grace salìa de su guardia y lo cuidaba sin dormir, los cuatrillizos estaban cuidados en las tardes por los padres de Kate, por las noches por la señora Carla.

Ya más serena, agarró valor para salir de la cama del hospital donde estaba, sus compañeros la iban a llevar donde estaba Christian, él no tenía ningún rasguño en la cara, pero si estaba hinchada, no tenía las costillas rotas como la última vez que estuvo ahí, sin embargo el golpe de la cabeza era el problema, lo mantenían en estado de cómo hasta que baje la hinchazón del cerebro, para poder valorar el daño causado por el golpe.

La doctora Steele empezó a utilizar su actitud profesional, todos la miraban cautelosos, tenía que revisar a sus pacientes, regresó a la habitación que le habían asignado, viò que tenía una maleta con ropa, se metió a bañar, se cambió, secó su cabello y peinó, ya arreglada fue a su oficina, tomó una de sus batas y se la colocó, salió directo hacer su rondín como siempre, todos estaban atónitos, sobre todo porque no decía nada, a excepción cuando pedía la condición de cada enfermo, terminó he hizo sus reportes, de inmediato se fue donde estaba su esposo.

No se movía de ese lugar, hasta que llegó Grace para preguntarle cómo se sentía, ella le contestó que bien, cuidaría a Christian hasta que salga de turno, pero hará sus obligaciones, José entró para entregarle a la doctora Steele su hoja de alta, ella sonrió y lo abrazó dándole las gracias, él sabía el porqué, ya que él estaba a cargo de urgencias en su ausencia, sobre todo por los cuidados que le han dado a su esposo.

— Antes de salir del hospital, hizo su recorrido como siempre, José le diò los por menores de todos los pacientes, ella llevaría el control ahora. Terminó el recorrido, y como en antaño se paró ante el Cristal de la habitación que ocupaba su esposo, lo miró por varios minutos y entró para despedirse de él.

— Christian amor, te vi aquí en el hospital, desde ese momento supe HASTA QUE TE CONOCÌ que si existía el amor a primera vista, te cuidé como a cualquiera de mis pacientes, HASTA QUE TE CONOCI y sin buscar nada, terminé queriéndote como a nadie, encontrándolo todo, CUANDO TE CONOCÌ, entendí todo aquello de lo que las personas hablan, entendí lo que eran las mariposas en el estómago, lo que era el amor.

Despierta amor, tus hijos y yo te necesitamos, no me voy por que quiera dejarte, quedas en buenas manos, pero te recuerdo que en casa hay cuatro angelitos que tengo que cuidar, espero mañana poder verte despierto, te amo.

— La doctora Steele le diò un beso en la boca a su esposo, sus lágrimas recorrieron el rostro de Christian, ella las limpió con sus manos y le dijo hasta mañana. Por ende no tenía auto en el hospital, José la llevó hasta su casa, al llegar, ya estaban sus angelitos en la estancia jugando, no podía llorar delante de ellos, secó sus lágrimas, inhaló y exhaló varias veces hasta estar más tranquila, corrió abrazar a sus hijos, su mamá todavía no llegaba, la persona que les ayudaba a cuidarlos estaba con ellos, se sorprendió al ver a su jefa, pero no hizo preguntas, no era necesario, a excepción si quería comer, Ana le dijo que le sirviera más tarde.

Jugó con sus hijos, cuando llegó Carla le ayudó a bañarlos y en la recámara de Ana y Christian se quedarían, no querida dormir sola, dos niños de cada lado, acondicionó todo para que no se fueran a caer en la noche, aunque en realidad no se movían mucho, pudo observar que su bolso estaba colgado en el perchero, antes de meterse a la cama con los niños, tomó su celular, no tenía batería, lo puso a cargar toda la noche, sobre todo para que sonara la alarma, tenía que arreglar a los niños, la chica que le ayudaba vivía ahí con ellos, mientras Ana se bañaba y arreglaba, ella cuidaba de los peques.

HASTA QUE TE CONOCIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora