CAPÍTULO X. UNA PROPUESTA INTERESANTE

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La noticia sobre el ataque al detective había sido difícil de contener; pero afortunadamente se evitó que todo lo relevante a la investigación saliera a la luz, y se quedara entre las personas autorizadas. El hombre de Jersey no dormía bien luego del secuestro, lo cual le pasaba factura en aquellos momentos en los que no estaba ocupado. Y Daniel estaba consiente que debía levantarse y recomponerse. También sabía que sus amigos estaban preocupados e incluso, siempre había alguien que pedía acompañarlo en una investigación, a la morgue o a dónde tuviera que ir; pero el rubio, siempre se negó y para su alivio los demás no insistieron, aunque era obvio que de alguna manera lo mantenían vigilado.

Chin le había llamado enterado de lo que había pasado y le ofreció su ayuda y apoyo para lo que necesitara, asegurándole que él había pasado por algo similar y que lo escucharía si lo que quería era hablar. Danny no quería hacerlo; pero lo necesitaba.

Luego de Navidad, no había recibido ninguna otra llamada de McGarrett y no quería ni imaginar si al idiota se le hubiera ocurrido comunicarse, mientras estaba sufriendo a manos de la viuda de Wo Fat, aquel maldito día de San Valentín. Eso sin duda le habría dado más ideas locas a esa mujer y él hubiera terminado siendo la burla de muchos. No fue extraño pensar que eso haya sido parte de lo que sus secuestradores esperaban. Eso y el asesinar al equipo, considerando que todo había sido demasiado fácil y no tardaron demasiado en encontrarlo, además de que había tiradores esperándoles. De haberlo querido, esa mujer, hábil en usar disfraces y teniendo medios para entrar y salir de la isla, hubiera podido llevárselo mínimamente al continente asiático.

Danny ya tenía bloqueado y borrado el número de Steve.

Estando solo, mientras preparaba sus cosas para el urgente viaje a Los Ángeles, la imagen de Grace apareció en su teléfono. Danny había llegado a preguntarse cómo es que su hija acertaba en el tiempo indicado para llamarle. Escucharla siempre le hacía sentir muy bien, sólo que le molestaba ya no poder ocultarle nada y únicamente minimizar lo que le sucedía. Grace, sin embargo, había aprendido más de una cosa de su padre detective y Danny se sorprendía y alegraba de poder tener una conversación adulta con su siempre, monito, y también escucharla expresarle todo su cariño y su apoyo para lo que sea.

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El detective Danny Williams esperó ya un poco impaciente, a que el director de la agencia federal de prisiones lo recibiera. La investigación sobre la fuga de Daiyu Mei aún estaba abierta, aunque esperaba que no fuera por mucho tiempo más, pues luego de un trabajo extenuante por un par de semanas, ya casi habían detenido a todos; pero en el caso de algunos, no fue tan sencillo hacerlo, no podrían encerrarlos, aunque sí pudo visitarlos y hacer evidente una fuerte advertencia sobre si se les ocurría volver a cruzarse en el camino del Five-O. A pesar de la rabia y frustración sobre el resultado de los hechos, el mensaje les quedó muy claro.

— ¿Detective Williams?

— Agente Hanna —estrechó su mano con una sonrisa.

— ¡Qué sorpresa verte aquí!

— Sí, bueno. Surgió un asunto importante y he tenido que venir a pedir algunas explicaciones.

— ¿Algo grave?

— Mucho.

— Ya veo. Si tuvieras tiempo, podríamos reunirnos con los demás esta noche. La vez anterior, no pudimos agradecerte como se debía, la hospitalidad que nos brindaron. Ya tuvimos la oportunidad de hacerlo con tu amigo que está en San Francisco.

— Claro, será un placer.

— De acuerdo entonces.

La secretaria le anunció al detective, que el director estaba listo para recibirlo, así que entró y luego de un formal saludo, el hombre a cargo lo invitó a tomar asiento y Williams procedió a explicar y cuestionar.

Corazón FragmentadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora