CAPÍTULO VII. FIN DE AÑO OCUPADO

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La ciudad ya estaba totalmente adornada con los clásicos adornos navideños y la frase Mele Kalikimaka, resplandeciendo en varios lugares y el palacio no era la excepción.

— ¡Aloha jojojo! —saludó Tani, quien llegó con un gorro rojo puesto y era toda sonrisa.

— Definitivamente la Navidad ha llegado al palacio —dijo Adam, riendo junto al detective, quien estaba dejando una caja de malasadas en la mesa para el que quisiera. Eddie también estaba ahí.

— ¡Por supuesto! Los colores, la música... ¡Todo es hermoso!

— ¡Es una pesadilla! —dijo Lou, llegando con evidente cansancio y mal humor— Toda la ciudad es un caos todo el año y en estas fechas, ¡es peor! Y con todo este calor del demonio.

— Todos se están preparando para el encendido del alumbrado de los adornos navideños, así que, los músicos están afinando los instrumentos, y otros buscan tener listos sus disfraces para pasado mañana —contó Adam.

— Junior y yo iremos a la playa a ver el desfile, ¿vendrán con nosotros?

— No, Tani, yo..., lo veré con Charlie desde algún lugar menos concurrido.

— Buena suerte con eso —dijo Quinn.

— Gracias. Mi sofá será el perfecto lugar.

— Charlie seguramente disfrutaría verlo en vivo —dijo Lincoln.

— Sí; pero todo el mes hay desfiles y las luces seguirán encendidas. Y la verdad, a mi hijo no le gusta demasiado los lugares repletos de gente.

— Eso no es bueno.

— Lo sé, Lou. Estoy tratando de convencerlo para entrar a un taller de teatro para que aprenda a expresarse de otras formas. También quiero que pase clases de defensa personal, eso le dará disciplina y le ayudará a tener seguridad.

— Son muy buenas ideas. Puedo ayudarte con lo de defensa personal, —dijo Adam— conozco una buena escuela y hay maestros personales. El pequeño D podría empezar con uno, y cuando sienta más confianza, podrá unirse a un grupo.

— Te lo agradezco, eso sería perfecto.

— Bien, gran D, ahora dinos que tienes entre manos, ¿un caso? —preguntó el capitán.

— Ah... No. Sólo es el plan de contingencia para este fin de año. Como saben, existe la posibilidad de que se presente algún problema en alguno de los eventos navideños. El DPH se encargará de patrullar las calles y playas y donde haya un espectáculo. Si hay un suceso grande, obviamente tendremos que intervenir, aunque también tendremos que hacerlo si la policía no se da abasto, lo cual es muy probable y como las comunicaciones suelen saturarse, tenemos que tener a mano radios satelitales.

— Entonces, básicamente dices que estaremos de guardia este fin de año.

— Eso es exactamente lo que estoy diciendo, Junior. Según la oficina de turismo, las aerolíneas y hoteles han confirmado que este año la isla tendrá más visitantes que otros y claro, no todos los turistas vendrán a surfear o tomar Mai Tais. Sin embargo, no todo será trabajo aburrido. Ustedes, —señaló a todos menos a Lou— se dividirán desde mañana y rotarán por las distintas playas, mientras vigilan a la multitud; así que, preparen sus trajes de baño y mucho protector solar.

— ¿Y tú no irás? —protestó Tani— No me molesta hacer el trabajo; pero creo que nunca te he visto sobre una tabla o siquiera mojándote en el mar.

— Y muy probablemente no lo harás.

— ¿Sabes nadar? —preguntó Lincoln, Danny lo miró ofendido.

Corazón FragmentadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora