CAPÍTULO XVII. BUSCANDO EXPLICACIONES - PARTE II.

488 37 198
                                    

Danny iba conduciendo por el carril derecho de una de las carreteras principales de la isla a baja velocidad, aunque yendo en un Camaro, el término resultaba un poco contradictorio, ya que esos autos estaban hechos para correr. Al cabo de unos kilómetros, escuchó la bocina de un auto que se le iba acercando.

— ¿Por qué no puedes dejarme tranquilo? —refunfuñó al reconocer la camioneta.

Un poco más adelante del auto deportivo, se encontraba una vagoneta, que tampoco tenía prisa por avanzar. Del lado izquierdo y mucho más atrás, estaba un camión de alto tonelaje.

— No huyas, Danny —masculló, viendo que su excompañero no tenía intenciones de detenerse.

Y claro, ahora también usaba las malditas luces, pidiéndole que se detuviera y Danny estuvo a punto de llamar a una patrulla para que detuviera al maldito loco maniático; pero lo más probable era que el idiota, ni siquiera recibiera una infracción por ser quien era.

El Camaro empezó a disminuir la velocidad y Steve dejó la bocina en paz, así como las luces; pero tan pronto el anteriormente nombrado camión pasó por su lado, el auto deportivo volvió a acelerar, alcanzando pronto al automóvil delante de él, y cambió de carril inesperadamente, antes que el camión se acercara más. Steve trató de imitar aquella acción; pero el vehículo pesado le cerró el paso, quedando atascado y sin poder seguir al Camaro que aceleró al máximo. Steve vio el deportivo virar a la izquierda y apenas pudo ver al rubio de perfil. El detective ni siquiera le había dirigido una mirada.

Desafortunadamente, el trabajo no daba descanso y si bien, Adam había tratado de convencer a Danny que reposara unos días, el detective no lo había aceptado y a pesar que todavía debería tener cuidado luego de su cirugía, él estaba ahí, dirigiendo un nuevo operativo para rescatar a la familia de un empresario que había sido extorsionado para pagar una cuantiosa suma por su regreso; pero a pesar que lo hizo, alguien encontró el cuerpo de la esposa en el sendero de un área forestal. Sólo entonces, el empresario dejó que la policía se hiciera cargo.

La casa era de una planta. Un terreno extenso y aparentemente sin nada sospechoso, aunque bastante más apartada de la casa más próxima. Al parecer, la vivienda era habitada por una pareja y dos hijos; aunque el informe de la vigilancia hecha por la policía, indicaba que había varios otros hombres que habitaban el lugar y que ya habían sido identificados como individuos peligrosos, que habían cumplido condena en distintas cárceles del continente o que eran prófugos acusados de los delitos de secuestro y extorción, además de asesinato.

Y por la razón de tratarse de personas con un gran prontuario, es que intentarían hacer el rescate de forma más cauta y por ello es que sólo el Five-O intervendría. El SWAT y la Policía; sin embargo, estaban presentes y atentos para apoyarlos de ser necesario.

— Hay tres hombres al frente, en la sala muy atentos al televisor al parecer. Otros dos parecen estar en la cocina, están con alguien, parece una mujer. Quizás haya más; pero no están a la vista —dijo Danny. Adam cautelosamente, le había sugerido que les guiara con las cámaras infrarrojas y el rubio lo entendió y aceptó— No hay señales de los rehenes, así que, probablemente, los tengan encerrados en un sótano o en otra habitación, hasta podrían no estar aquí —dijo Danny analizando lo que podía distinguir. Su equipo ya había tomado posiciones.

— Si están en un sótano, no será bueno, —dijo Quinn— no tendrían ni dónde esconderse en caso de que alguien note nuestra presencia, o lo haría entre ellos, o incluso, los use para huir.

— Hay un espacio que las cámaras no atraviesan. Las paredes parecen ser más gruesas en el fondo del lado derecho, podría tratarse de una especie de cuarto secreto —informó el rubio.

Corazón FragmentadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora