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P.O.V Sarah

No tengo ni la menor idea de lo que acaba de pasar. ¿Esto fue una pelea?

No me gusto para nada como saco el tema Neville, era evidente que estaba celoso, pero no puede ser posible porque no habría una razón creíble.

Además, no lo miro como uña acosadora. Solo, miro.

Mientras avanzaba hacia el chico, quien en su cabello tenía un poco de nieve, y con sus mano sacudía su melena con tanto cuidado como podía.
Después noto que me acercaba, y me miro de alguna manera que movía mis entrañas, hacia qué ya me sonrojara sin siquiera haber hablado.

-Chica Ravenclaw, a la cual le molesta que le diga de esa manera pero aún así lo hago porque la última vez no quiso decirme su nombre, ¿qué tal?-Dijo con una voz graciosa, después estiró su mano derecha, para estrecharla supuse. Pero en realidad, la tomo como en esas películas en las que suben a princesas a carruajes. ¿Pudría ser más de ensueño?

-Theodore Nott, chico con el que por primera vez no choco. Un gusto, soy Sarah Bell-Respondí de la misma manera que el.

-Y dime Sarah Bell, ¿que te hizo querer venir?-Preguntó sin soltar mi mano. Eso me incomodaba pero no quería soltarla.

De todos modos lo hice, la peña ganaba mi deseo de seguir tomando su mano.
Y ahora no sé qué responder a su pregunta, no tenía ninguna otra razón más que hacer lo que Neville dijo para no quedar como boba con el, y ahora quedaré así con Theodore.

-Venía a saludar, y a disculparme...-Respondí al fin.
Estaba improvisando, claramente no me disculparía por nada.

-¿Disculparte?-preguntó confuso.

-La ultima vez fue grosero de mi parte irme de ese modo. Y lo siento-Titubeé antes de haber concluido. Aunque es creíble, y Justo.

-Descuida Bell, dio un toque misterioso.-Dijo después de reír un poco-¿Y puedo decirte Sarah ahora o únicamente por tu apellido?

Recordé que la última vez le dije que que me llamara por mi apellido, pero solo fue en ese momento.

-Será justo que me llames Sarah, porque yo no pensaba llamarte Nott.-Reímos juntos, aunque estaba helada de tanto frío permanecía ahí. A mitad de la calle, charlando con el.

-Oye! Bueno, mi apellido no es "campana" al menos.-Se burlo un poco, y yo seguí el juego

-Si, quizás. Pero suena mejor que el tuyo, admítelo!-Repróche muy divertida.

-Bien, Sarah. Tú ganas, pero debo advertirte que no te dejaré ganar en alguna otra ocasión.-Comentó mientras peinaba su cabello hacia atrás con su mano.

-¿Ahora competiremos todo el tiempo, Theodore?-pregunte con un tono calmado y sarcástico

-Espero que no, Sarah-respondió el

-Bien, ahora debo irme. Un gusto hablar contigo, Theodore-le dije al chico despidiéndome.

-El gusto fue mío, Sarah-Y se fue.

Di la vuelta, y Neville ya no estaba ahí. Era obvio que no lo estaría.
Después de suspirar un poco por el dulce, apuesto y cortes chico la preocupación llego a mi.

No quiero pelear con Neville, ni siquiera sé si fue una pelea, me gusta mucho estar con él y si esta molesto conmigo, quizás solo me quiera lejos.

Paseo por ahí, tratando de buscarlo. Mientras pienso si yo debería disculparme, al final de cuentas él empezó todo, ¿no? ¿Lo volví a arruinar yo? Solo no lo sé.

Honey Dukes, aparece en grande un letrero cruzando la calle, con colores pasteles que resaltan muy lindo entre toda la nieve. Un verde aqua y un rosa pastel verdaderamente lindos combinados entre sí. Por la ventana veo a Seamus y Dean, ahí debe estar Neville.

Cruzó hacia la acera de enfrente, y cuando estoy apunto de abrir la puerta ¡Paaaas! Caigo realmente fuerte en la nieve. No vi que nadie fuera salir, ni siquiera que alguien haya salido de la dulcería.

-Oye!-exclame buscando a el causante.

No había muchas personas, ni siquiera estudiantes.
La mayoría debía estar en algún establecimiento, y los pocos que pasaban no lo habían notado.

-Lo siento-susurra una cerca de mi.

Me arrodillo buscando a alguien, esto comenzaba a asustarme.

Y de la nada sale Harry Potter, desalineado y en el piso. Iba a soltar un gran grito del susto, pero el chico ya había saltado casi sobre mi para tapar mi boca.

Instantáneamente lo mordí. Quizás fue grosero de mi parte, pero me había tirado muy fuerte, me asusto y luego quiere callarme con su mano. No era algo que dejaría pasar.

-Auuh! Sarah!-Reclamó el chico agitando su mano del dolor.-Oh no!

-¿Que?-Pregunte exaltada. Puesto que el chico puso una cara de susto, y no decía nada-Harry Potter, ¿Que es ahora?

-Sarah, no me mates..-Pidió aún con los ojos en grande y sin apartar la mirada de mi cabello.

Después lo señalo, y ¡Por Melin Harry Potter! Si el innombrable no lo mato, yo lo haré!
Santo cielo, eso sonó cruel. Pero el chico tiro una ¡Enorme! Paleta en mi cabello, y se enredó en el.

-Yo lo siento, no fue mi intención Sarah, lo juro!-Exclamó aún asustado.

-Más vale que corras, porque juro que te mato Potter!-Respondí alterada

-Lo arreglaremos, ¿De acuerdo? Más tarde podrás matarme, pero ahora deja que te ayude.

Aún estaba verdaderamente furiosa, la única solución sería cortar un gran pedazo de mi largo y cuidado cabello.

Nunca he sido de las que se preocupan mucho por su apariencia, pero estamos de acuerdo en que cualquier persona se molestaría si alguien descuidado deja caer una paleta y ahora debes cortarlo sin opción alguna.

-Bien! Más vale que sepas cortar cabello Potter-Respondí al fin. Me levante y lo levante a el.

Harry tuvo que cubrirse con la capa de invisibilidad, para la poca suerte que tenía ese día, Madam Rosberta estaba afuera, ¡con tijeras!. Parecía estar cortando listones o algo así, pero ya no me interesaba.

-Hola! Buen día!-Salude cortésmente

-Hola. ¡Por Merlin! ¿que sucedió?-Exclamó notando la evidente y enorme paleta enroscada en mi cabello.-Querida...Tendrás que cortarlo-Señaló

-Si, me temo que si. De casualidad, podría, prestármelas-pedí señalando las tijeras que tenía en su mano.

-¿Sabes cortarte el cabello tu sola? No creo que sea buena idea querida-Comentó la señora con seriedad

-No tengo otra opción, ¿cierto?-respondí-A menos que usted sepa hacerlo

-Ummp...Devuélvelas cuando termines, y ten, esta bolsa es para que tires tu cabello en ella.-Dijo sacando una bolsa de su el bolsillo de su abrigo.-Pobre chica, te quedará corto..

-Si, gracias Madam...-tome ambas cosas y giré.

Harry me dirigió cerca de donde estaba la casa de los sustos, donde se podía admirar no había establecimientos, ni nadie en general.

Nos acercamos para verla, pero solo unos segundos. Después me fue a sentar a un troncó que estaba un poco arriba de la colina.

-Más te vale que quede derecho-le dije al chico que me miraba con pena.

Muy nervioso lo tomo. Y con calma y tiempo comenzó a cortar mi cabello.
Solo espero que no quede tan corto.
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Gracias por leer!

Hoy no revisé mucho la ortografía, así que disculpen si hay algún error. Más tarde checare eso.

Me ayudarían mucho si votaran, también si compartieran la historia.

Este amor aturde como mandragora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora