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P.O.V Hermione

Había sido un largo día, la puesta de sol había comenzado, sentía ampollas en mis pobres pies cansados. Todos estaban entusiasmados con el Quidditch, así que su cansancio pareció no importarles mucho.
Ron y yo, fuimos los únicos que no jugaron Quidditch en el lugar, lo que nos permitió charlar un poco. Y habría sido mucho si el pelirrojo prestara más atención a lo que le decía, pero, como era de esperarse quería jugar a eso, como sus hermanos.
Estaba un poco desanimada por su falta de atención, pero, realmente no sabía porque.

-¿Tú crees que algún día podría jugar como ellos?-preguntó sin despegar la mirada de sus hermanos mayores.-Hasta Ginny es buena!-exclamó con voz desanimada.

-Por supuesto que si, Ron!-le alenté tocando su brazo. Inmediatamente me sonrojo, pero no lo noto.

De camino a la carpa, sentí una mirada clavada en mi. Fuera de una carpa, estaba un chico alto y musculoso, con su mirada fija en mi. Le reste importancia, abrace mi libro a mi y seguí avanzando, escondida detrás de Ginny.

Quería llegar y tumbarme en la cama, y así hubiera sido, de no ser por los alborotados gemelos llamándonos a mi y a su hermana pequeña.
Estaba tirada en mi cama correspondiente, cuando sentí a dos personas moverlas alborotadamente, tal como sus personalidades.

-¿¡Que!?-exclamé levantándome de mi cómoda posición.-¿Que sucede?

-Tienen que ver esto!-dijeron al unísono, corriendo disparados hacia la habitación de chicos, que estaba justo al lado de la de chicas.

Katie al igual que yo, se levantó de mala gana. Ginny ya les habría golpeado si la curiosidad no le llamara.

-Oh, falta Sarah!-dije tratando de retroceder para buscar a mi amiga, pero, no me dejaron seguir, en silencio me guiaron.

Me guiaron a la dulce escena de el par de chicos que no estuvo todo el día con nosotros. Sarah y Neville estaban dormidos, abrazados, y vaya que estaban cerca.

-Y siguen diciendo que no se gustan.-dijo Ron, quien se veía divertido mirando todo.

-Tú sabes mucho de eso, ¿cierto Ron?-pregunté impulsivamente, haciendo que todos me miraran.-Me refiero a que, no puedes saberlo.-explique rápidamente lo anterior dicho, ¡caracoles hervidos! No sé porque lo dije si quiera.

-¿Deberíamos despertarlos?-preguntó Katie, a quien no le pareció conmovedor todo eso.-Vamos, es tu amiga, despiértala.-me dijo a mi, señalando a su hermana quien se veía realmente cómoda.

-Es tu hermana.-señaló Ginny, acusadoramente, claro está.

En silencio me dirigí hacia ella, sentándome a en el pequeño espacio que había en la cama, a su lado.

-Sarah...-susurre un par de veces sacudiéndola con cuidado.-Sarah, vamos...

-¡DESPIERTEN!-Gritaron los gemelos de tal manera que algunos nos tapamos los oídos, y otros dimos un brinco del susto, o ambos opciones. Incluyendo a Neville y a Sarah, quien parecían desconcertados.-¿Que? Al menos funcionó.-se justificaron con las miradas acusadoras de todos.

-¿Que sucede?-preguntó Sarah con expresión y voz soñolienta.

-Vamos a que duermas a tu cama, anda!-anime levantándola sutilmente, pero de la nada dio brinco y corrió hacia los gemelos.-Sarah!-exclamé

-Donde vuelvan a hacer eso comadrejas!-exclamó furiosa, dándoles empujones y golpecitos.-Descansen!-exclamó juguetona mente tomándome a mi y a Ginny por las muñecas, sacándonos del lugar.-Vamos, Kate!

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P.O.V Sarah

No quería despertar, me sentía tan bien estando a su lado, pero lo bueno acaba.
Sin duda alguna, las palabras de Neville quedaron marcadas en mi, por siempre. ¿Realmente sería eterno? Por supuesto que lo será, tiene que ser así.

Este amor aturde como mandragora Donde viven las historias. Descúbrelo ahora