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Las lagrimas no han dejado de bajar por mi rostro desde que salio por la puerta. Tengo el corazon en un puño y la cabeza en mil sitios menos donde tiene que estar.
La gente me mira extrañada por la calle y yo lo unico que hago es ir mas deprisa aun. Gracias a dios llego a mi destino antes de lo que pensaba.
Apoyo mis manos en mis rodillas y suspiro cansada de lo rapido que he ido. Menos mal que estaba el portal abierto y solo tengo que subir sin avisar a nadie.
Frente a la puerta, las lagrimas vuelven a salir de mi y pego al timbre esperando a que me reciban.

- ¿Eva? ¿Que te ha pasado? - Sam me mira extrañada al abrirme la puerta. A mi no me sale otra cosa que llevarme las manos a la cara y seguir llorando. - Ay Eva - viene corriendo hacia mi y me envuelve en sus brazos tirando de mi para adetrarnos en su casa, la que antes era mia tambien.

Llevamos un rato en el sofa abrazadas, ella sigue dandome mi tiempo para contarle y no sabe cuanto se lo agradezco porque ahora mismo no sale ninguna palabra de mi.

- Cariño, ya... ¿que ha pasado? - consigue decir despues de un largo silencio, en el que solo se escuchaba mi respiración agitada y nerviosa. - contra antes lo sueltes mejor. - respiro hondo para poder empezar a contarle todo.

- Es... Hugo. - nada mas decir su nombre las lagrimas vuelven a salir rompiendome de nuevo la voz. Trago saliva intentando recomponerme mientras Sam me mira preocupada. - me ha dicho cosas, cosas que sentia sobre mi. Cosas que yo me estaba autoconvenciendo de que no sentia, pero ahora que me las ha dicho el...

- Te has dado cuenta de que sientes mas de lo que pensabas ¿no? - asiento con la cabeza. - yo esto ya lo sabía, Eva es normal, se os veía de lejos, los unicos que no lo veiais erais vosotros. Estabais encerrados en que era pura atracción cuando no lo era desde hace mucho tiempo. - la miro aún con lagrimas en los ojos.

- ¿ Y ahora que hago?

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