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Dia agotador el de hoy en el trabajo. Los niños despues del fin de semana siempre vienen revueltos y lo único que quiero en estos momentos es tumbarme en el sofa toda la tarde y no hacer absolutamente nada.

Distraida, salgo de aquel sitio repleto de niños para volver a casa y poder ingerir algo porque estoy muerta de hambre.

- Señorita - escucho una voz grave en mi espalda y un grito sale de mi pegando un salto del susto.

- Idiota, que susto - dije cuando me percate de que esa voz provenía del rubio que no me saco de la cabeza. Le pego flojo en el brazo y ambos reimos. - ¿que haces aqui? - pregunto.

- Darte una sorpresa, ¿no te ha gustado? - bromea
- Pues la verdad que los sustos no son muy de mi agrado - reimos.

- Es broma, ven conmigo - dice cojiendome del brazo y tirando de mi.

- ¿A donde? - no obtengo respuesta - Hugo, estoy cansada y tengo mucha hambre. - tire de su brazo para que parara y me dijera hacia donde vamos.

- Tranquila, vamos a ir a comer - dijo de nuevo tirando de mi - y no vamos a correr ninguna maraton, vas a poder descansar - bromeo.

- Que tonto eres - esta vez ya no dejo que tire de mi y me posiciono a su lado sin preguntar nada.

Ibamos andando mientras Hugo me guiaba a nose donde, hablabamos de temas sin importancia, riendonos de nuestros propios absurdos comentarios.

- Es aquí - me para cojiendome de la mano y entrando a un sitio que no conocia para nada.
Al entrar puedo observar pequeñas mesas con sofas, una barra al fondo y en el lateral izquierdo un escenario.

- ¿Y este sitio? - pregunte alucinando de lo guai que era.

- Lo descubri con un amigo y me gusto bastante, canta gente guai y pense en traerte. - traga saliba, algo nervioso diría yo, supongo por si habra acertado al traerme aqui - te gusta?

- Claro - observaba todo, esquina por esquina, detalle por detalle de aquel local. Era un sitio muy vintage, tambien por eso creo que Hugo pensó que me podría gustar.

- Vamos - me cogio de la mano entrelazando nuestros dedos y tiró de mi - hacen comidas riquísimas.

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