Familia

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PRESENTE


Afueras de Muelle del Loto.



Partieron apenas hubieran terminado el desayuno, esperando con ello que Wei Wuxian ya se hubiera recuperado del todo. Dejando unas gracias a su benefactor anónimo por prestarles aquella casa de bambú, salieron rumbo a Yunping. Wen Ning iba al frente, inspeccionando el camino para ellos, Han Lien en el lomo de Manzanita con los dos dragones en cada lado cada uno distrayéndose con el paisaje que le correspondía para no tener que interactuar entre ellos con sus padres detrás observando esa escena poco alentadora.

—¿Estás bien, Wei Ying?

—Logra que nuestros hijos se lleven bien y estaré espléndido, Han guang-jun.

—Nos casaremos.

Wei Ying se detuvo, abriendo sus ojos. —¿Eh?

—Nos casaremos.

—¿Volvernos a casar?

—Sí.

—¿Con todo y esas larguísimas ceremonias?

—Sí.

—¿Quieres que sea un Lan de nuevo?

—Como A-Qiang.

—¿Quién fue el que se desmayó? ¿Tú o yo?

—¿No lo deseas?

El Patriarca chasqueó su lengua. —No me gusta cuando me acorralas así, Han guang-jun, pero la respuesta es sí, sí quiero. ¿Te han dicho que tienes un talento particular para soltar estas frases en los momentos menos oportunos? Dame un aviso al menos.

—Quiero casarme contigo.

—Mentiría si digo que yo no lo he pensado —Wei Ying suspiró, caminando de nuevo y haciendo girar su flauta de bambú entre sus dedos— ¿Si volvemos a ser esposos, ellos se llevarán bien?

Ambos padres se giraron para ver a sus dos dragones, el menor de pronto notando algo que lo hizo salirse del camino para ir a buscarlo con el General Fantasma ya persiguiéndolo mientras que el otro caminaba muy pensativo. Lan Tian notó que su hermano se alejaba, acercándose discretamente a Han Lien. La anciana lo notó, resistiendo el sonreír al darse cuenta que estaba buscando conversar, decir esas cosas que los hijos no pueden contar a sus padres.

—¿Qué le agobia, Amito Tian?

El joven apretó sus labios, callado por unos segundos. —Ya no sé cómo ser un buen dragón. Creí que lo era, que sabía hacerlo... pero fue mentira.

—¿Por qué dice que es mentira?

—Todos han sufrido sin que yo...

—Ah, alto ahí —Han Lien levantó una mano— Le he dicho que no soy instruida, amito, así que tardo un poco más en darme cuenta de las cosas. Y ahora me doy cuenta de su problema.

—¿Mi problema?

—Sí, ya sé que pasa con usted. No es grave, no lo hace mala persona o de paso, un mal dragón. Solo un niño despistado.

Lan Tian acarició a Manzanita, frunciendo su ceño. Han Lien alcanzó esa mano para estrecharla entre sus arrugadas manos.

—Ha estado esforzándose mucho por ser el Dragón del Cielo y se le ha olvidado algo más importante, Amito Tian.

Los Dos DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora