Encuentros

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PRESENTE


Cresta Xinglu.


Luego de migrar la maldición a su propio cuerpo, Wei Wuxian esperó a que su hijo pudiera ayudar a la mente de Jin Ling para sanarlo, consciente de que eso podría revelar cosas que su pasado que bien pudieran ser desagradables para Wei Qiang. Por los gestos que aparecieron en su rostro al concentrarse con una mano sobre la frente del joven cultivador, se dio cuenta que estaba mirando en su alma. Su dragón le soltó, mirándole con tristeza y luego hacia Wei Ying, confundido y adolorido por igual.

—/Despertará/

—Gracias, hijo.

—/Mamá.../

—Debemos irnos, Hada lo cuidará.

—/ ¡Las piernas! /

—Las encontrarán, ¿puedes dejarles unas pistas?

Podía sentir la presencia de más cultivadores aproximándose seguramente porque Hada los había buscado en auxilio, tenían que ocultarse por su propio bien. Wei Qiang aceptó de mala gana dejar un rastro de energía donde estaban esas piernas ocultas, volviendo con su madre y Wen Ning quien se adelantó para indicarles el camino a seguir. No anduvieron muy lejos cuando se toparon con quien Wei Wuxian no esperaba ver.

—Nie Huaisang...

Este se detuvo al escuchar que le llamaban, agitando su abanico al ver un hombre joven con un chico a su lado usando unos vendajes en la cara y un báculo. Frunció su ceño, mirando a todos lados como esperando ver algún ataque sorpresivo, acercándose a ellos cruzando la maleza que rodeaba todo aquel territorio.

—¿Q-Qué hacen ustedes aquí? Esta es una zona prohibida. No debe estar la gente del pueblo aquí.

Wei Wuxian le saludó, igual que su pequeño. —Líder de la Secta Nie, venimos a ti por auxilio.

—¿V-Vinieron aquí? ¿A buscarme aquí? —cuando Nie Huaisang estuvo más cerca, se dio cuenta de quien le hablaba, agitando su abanico con fuerza— Mo Xuan Yu... ¿qué haces tú aquí?

—Necesitamos su ayuda, Maestro Nie.

—¿M-Mi ayuda? Pero yo no sé nada. Yo no sé nada.

Hubiera reído de buena gana si no fue porque la presencia cercana de los cultivadores lo puso tenso, no quería que los encontraran. Mejor dicho, no quería que vieran a su hijo y lo relacionaran con las pistas dejadas. Wei Ying hizo otra reverencia, más inclinada esta vez.

—Mi hijo y yo necesitamos protección. Por favor, Maestro Nie, no tenemos a nadie más para ayudarnos. He viajado con mi hijo desde la Aldea de Mo para encontrar refugio en sus tierras. Prometemos ser trabajadores, sin dejarnos ver por nadie más, si quiere puede encerrarnos. Solo ayúdenos.

Nie Huaisang abrió su boca francamente sorprendido, mirando a Wei Qiang, quien le sonrió inclinando ligeramente su cabeza sin quitarle la vista de encima.

—Y-Yo... esto es inusual, muy inusual. No sé...

—Como puede ver, mi hijo ha nacido con deformidades, señor —habló Wei Ying en tono de súplica— Y no es bienvenido en ninguna parte al igual que yo.

—Eso es horrible, es decir, no había visto que un Núcleo Binario tuviera hijos tan mayores desde el Patriarca de Yiling. La verdad es que no lo sé, yo no sé...

—Líder Nie, se lo suplico. Seremos sus más fieles sirvientes.

—No debe ser tan malo, ¿no es así? Es decir, solo son ustedes dos.

Los Dos DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora