Amigos

882 132 12
                                    

LOS DOS DRAGONES

Autora: Clumsykitty

Fandom: Mo Dao Zu Shi (Grandmaster of Demonic Cultivation)

Parejas: Wangxian.

Derechos: solo a fantasear con esto.

Advertencias: este tipo de historias es un What If...? Inspirando principalmente en la hermosa videonovela titulada "Cultivando Amor" en Facebook. Eso sumado a mis fantasías personales que ya deseaba ver en forma de fanfic, con un cambio en la historia principal. Aquí no se sigue el canon al pie de la letra, disculpen ustedes. Peleas, angustia, algo de mpreg y mi cariño a los personajes.

Gracias por leerme.


***


AMIGOS

PRESENTE


Aldea de Mo.



—Eres de lo más extraño —comentó Jin Ling cuando se cansó de jugar con Wei Qiang en lo que probablemente había sido el día más divertido de su vida— Nunca había tenido a un tío loco como tú más o menos inteligente ni tampoco... tener un hijo. Solo he sabido de un solo Núcleo Binario que tuvo hijos, y está bien muerto.

—Los locos tenemos suerte —replicó Wei Ying— ¿Qué hace el Señorito Jin tan lejos de la Torre Koi?

—Te buscaba.

—¿Y eso por qué?

—Quería saber qué hacías en el Monte Dafan esa vez.

—Mi burro me llevó hasta ahí, es la verdad.

—Sabías lo que hacías. Como invocar al General Fantasma. Y mi tío cree que eres Wei Wuxian.

—¿Tú qué piensas de eso?

—Que no. Eres torpe y poco inteligente. Además, no tienes ese poder, por si fuera poco, Su Señoría te hubiera reconocido como su madre.

De no ser porque este cuerpo no es mi cuerpo original, pensó Wei Ying para sus adentros.

—Excelente observación. Bueno, solo soy un admirador del Patriarca de Yiling, pero no soy ni la sombra de lo que él fue.

—Mejor para ti, tendría que matarte si intentas usar cultivo demoniaco.

—Que buena advertencia. Lo tendré en cuenta —Wei Ying miró fijamente al Joven Jin, quien arrugó su nariz al notarlo.

—¿Qué?

—Hay dos frases que lo son todo en esta vida. Lo siento y gracias. Pequeñas y cortas, con un impacto profundo en las personas.

Jin Ling creyó que estaba desvariando de nuevo, encogiendo apenas un hombro como respuesta.

—Lo siento, Jin Ling.

—¿Ah? ¿Por qué?

—Por lo que te dije en el Monte Dafan. Lo siento. Lo siento mucho.

—Bah, no eres el primero en decirlo y no me importa. Sé que no tengo una madre, está bien.

—Lo siento —insistió Wei Wuxian con una voz más baja y adolorida. Perdóname por ser el causante de tu soledad.

Los Dos DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora