Conflicto

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PASADO



Receso de las Nubes.



Un gorrión se posó sobre una ramita que se agitó por su peso, soportándole mientras miraba de un lado a otro agitando sus alas antes de echar a volar hacia el techo y de ahí al árbol más cercano donde trinó alegre. Los pájaros se acercaban más a Receso de las Nubes. Como otros animales. Lan Wuxian suspiró, mirando sus manos descansando sobre la mesita de té, sentado en la sala de descanso. Su bebé estaba tranquilo, sin moverse como disfrutando del canto de las aves que le visitaban. Él, por otro lado, estaba terriblemente agobiado.

Ser madre del Dragón del Cielo era todo menos espectacular.

Afuera había cultivadores, guardias custodiando la barrera de protección, tenía sirvientes personales que se acercaban apenas movía un solo dedo. No esfuerzos, no sustos, no nada. Los médicos habían ordenado tranquilidad absoluta, mente relajada, ambiente equilibrado, alimentos purificados. Hasta vestía unas túnicas que el Clan Jin había enviado, tejidas con hilos dorados con un dragón entre nubes azules bordado en un hombro. Ropas especiales, tenía que estar rodeado de objetos, personas y energía positiva. Era vital para mantener sus núcleos estables, puesto que de ellos dependía el éxito de su embarazo.

Wei Ying giró un poco su rostro, mirando su espada descansar en la otra sala. Ya no pudo sostenerla desde que se enterara de las buenas nuevas. Era como si toda su energía y poder se hubieran apagado. Una medida de su cuerpo para proteger a su bebé dragón, cuya gloria prometía ser impresionante. Había atestiguado ya las consultas hechas a los espíritus y ancestros sobre su hijo, recibiendo la respuesta que le dijera anteriormente su esposo. Llevaba en el vientre al Dragón del Cielo, uno de los Dos Dragones de Jade del que se conocía solo en leyenda, solo que ahora resultaba ser cierta.

Bajó una mano a su vientre que ya comenzaba a ser redondo, acariciándolo distraídamente mientras volvía su mirada hacia el jardín que había florecido pese a ser otoño. Signos inequívocos de que eran bendecidos con la presencia de un ser divino. A veces, Lan Wuxian deseaba que nada de eso sucediera, tan solo quería un embarazo tranquilo, lo más ordinario que se pudiera. Pero incluso algo tan banal como levantarse de la cama era todo un rito ya. Solo la presencia de Han guang-jun con su soporte y cariño hacían pasajeras todas las etiquetas y ceremonias que ya había sufrido en silencio resignado.

—Madre del dragón, ¿necesita algo? —un sirviente se acercó discretamente.

Wei Ying negó, sonriéndole cortés. Esas cosas querían sacarlo de quicio, ya extrañaba los tiempos cuando le ignoraban por ser un Núcleo Binario, ahora era toda una celebridad que no podía dar un paso sin que una corte de gente le rodeara preguntando qué necesitaba. Contaba las horas y minutos en los que tardaba Lan Wangji para volver a su lado, solamente con él es que podían dejarlo tranquilo. Entendía que, sin poder tomar a Suibian o usar propio cultivo, era vulnerable, pero a veces lo hacían sentir inútil. Los Líderes de las Sectas quienes ya estaban informados de su estado, junto a su gente de confianza, habían estado de acuerdo con Lan Qiren en que lo mejor era mantenerlo en oculto de Wen Ruohan. Si había quemado Receso de las Nubes por una mentira, barrería con todo por hacerse del dragón.

Por ello estaban ahora en la parte más oculta y sagrada de Gusu, donde los ancestros Lan descansaran, la morada del fundador de la Secta, Lan An. La barrera de protección era tan poderosa, que aparentemente nada podría destruirla. Y los clanes hermanos habían ayudado a fortalecerla, además de enviar constantemente obsequios para los bendecidos padres. Su hijo nacería como con mil cunas, un millón de túnicas y muchas otras cosas más que apenas si usaría una vez en su vida de tantos regalos que eran. Lo que entristecía a Wei Ying era que en Yunmeng posiblemente ya estaban enterados. Hubiera querido ser él quien se lo dijera frente a frente a su familia, reírse con su Shijie. Presumirle a Jiang Cheng.

Los Dos DragonesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora