16. Siempre estaré para ti.

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El día amaneció más rápido de lo que me esperaba

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El día amaneció más rápido de lo que me esperaba. No miento al decir que me costó levantarme de la cama. Tenía más agujetas que de costumbre y era un asco. Aunque cuando Tetsurou saltó sobre mí, me llevé el susto del año que quitó toda traza restante de sueño de mi organismo.

—Lo siento pequeño, me asustaste —dije entre risas suaves, extendiendo mi mano hacia él para que volviera conmigo.

Lo tomé en brazos y volví a tumbarme en la cama con él encima. Mi dedos se deslizaron por su pelo, disfrutando de la suavidad de este. El animal había crecido un poco desde que lo traje y eso en parte me ponía algo triste porque me hacía darme cuenta de lo rápido que crecía.

Acaricié con delicadeza su cabeza, consiguiendo que su mirada avellanada cayera sobre mí.

Me perdí en el color de sus ojos. Su mirada se veía mansa, serena, nada comparada con la provocadora diversión que tenía siempre. La presencia de su habitual sonrisa ladina era nula. Todas las expresiones de su cara se encontraban relajadas. Se mostraba como si estuviera disfrutando de mis caricias.

Mis dedos se enterraron entre los mechones despeinados de su pelo, llegando hasta su nuca y volviendo a subir en un movimiento repetitivo y constante.

Su respiración era suave y pausada. Lo pude sentir cuando giró su cara, dejó de mirarme y se acomodó sobre mi vientre. Esta chocaba contra mi ropa, pero debido a lo fina que era podía sentir el aire colándose entre la tela y erizando mi piel.

Aunque por un momento me detuve. Se volvió a mover y me miró de nuevo. Sus labios gesticularon palabras que no pude llegar a entender cuando me di cuenta de lo que estaba pasando.

Sacudí la cabeza varias veces, quitándome esa imagen de la cabeza. De un impulso me senté. Mi respiración se había acelerado y mis mejillas ardían.

¿Qué había sido eso? ¿Por qué me imaginaba eso? ¿Por qué tenía que pensar en él de esa forma?

»Solo somos amigos, ¿no?

La puerta de la habitación se abrió de golpe por culpa de mi tío.

—Ka- —no llegó a terminar de pronunciar mi nombre—, ¿te encuentras bien?

Llegó hasta mí y puso su mano sobre mi frente.

La aparté con cuidado y asentí, —Sí, no te preocupes, no es nada.

—Pero estás muy roja —insistió preocupado.

—No te preocupes, se pasará. Solo... pensé algo que no debía —mi voz se consumió conforme terminaba la frase, en un gesto que me hacía sentir vergüenza.

Me miró con curiosidad, tratando de comprender cómo había podido hacer eso. Su ceja se arqueó y se cruzó de brazos mientras sonreía de forma genuina.

—¡Nada! —dejé al gato en la cama y me levanté de un salto para ponerme a buscar mi uniforme de la escuela.

—Bueno, si no es nada, será —dijo entre risas con un tono burlón—. Venía a ver porqué no te habías despertado, pero te dejo prepararte para que no llegues tarde.

La mánager ━━Haikyuu!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora