Terminé de acomodar las cosas en el salón para dejarlo todo listo antes de que llegaran.
Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina y ya les había advertido que debían aprobarlos todos si es que realmente querían ir al campamento de entrenamiento. Podían no sacar la mejor nota, pero lo único que no tenían que hacer era suspender, aunque eso supusiera aprobar con el puntaje más bajo y justo. Mientras no suspendieran ninguna me conformaba.
No había mejor momento en todo el día que este y no me quedaba otra que aprovecharlo. Me bajé del banco de un salto y me coloqué delante de ellos:
—Los exámenes son dentro de nada, quedemos una tarde para repasar. Entre todos podremos resolver las dudas que se tengan —propuse con un tono de voz seguro y convencido.
—Me parece bien, tengo algunos problemas con el japonés —añadió Lev apoyando mi idea.
—Yo puedo ayudarte —dijo esta vez Shibayama.
—Yo ayudaré a Yamamoto con el tema de historia, de seguro necesitarás ayuda —habló Yaku en un tono obvio y convencido.
El otro chico tan solo rió nervioso. Después asintió.
—Entonces perfecto. El domingo venís a mi casa por la tarde y estudiamos todos juntos.
—Iremos a la casa de Shiraiwa-san —exclamó Inuoka con una nota entusiasmada.
—¡Sí! Siento curiosidad por saber cómo es su casa, Shira-senpai.
—Una casa normal, Lev, como todas.
El timbre de casa resonó por todo el interior un par de veces. La primera vez que lo hizo, Tetsurou, quien estaba acostado en mis piernas, se asustó y saltó de mi regazo al suelo.
—No pasa nada pequeño, de seguro serán los chicos —le dije en un tono dulce.
Me agaché y lo acaricié antes de dejar atrás el salón. Por su parte, él me siguió y permaneció a mi lado en todo momento.
Abrí la puerta y me los encontré a todos allí fuera. Sus miradas se movieron automáticamente hacia mí y luego sonrieron.
Había que ver el gran cambio que daban cuando no vestían con el uniforme de la escuela o el deportivo.
Ahora que me fijaba y tenía la oportunidad de verlos de una forma diferente, debía admitir que esos chicos eran guapos. Todos tenían una esencia distinta que los hacía lucir increíbles de forma individual.
»Con más razón me tenían envidia. No cualquiera andaba siempre rodeada de 10 chicos tan atractivos.
El animal que se mantenía cerca de mis piernas divisó al pelinegro en la entrada, al lado de Kenma. Y sin más, salió de casa y se acercó a él para frotarse en su pantalón como gesto de cariño.
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La mánager ━━Haikyuu!!
FanficAunque no puedas huir de la oscuridad del pasado, siempre llegará la luz que ilumine el presente. 承| Donde Shiraiwa Kata deberá aprender a soltarse de las cadenas que la atrapan para luc...