Aunque no puedas huir
de la oscuridad del pasado,
siempre llegará la luz
que ilumine el presente.
承| Donde Shiraiwa Kata deberá
aprender a soltarse de las
cadenas que la atrapan para
luc...
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—Buenos días, Shiraiwa-san —me saludó la mánager del Fukurodani, Kaori, quien iba acompañada de la otra mánager de su equipo y la del Shinzen.
—Buenos días —las saludé de vuelta uniéndome a ellas.
—¿Vienes a desayunar con nosotras? —propuso la del Shinzen, Otaki.
—Está bien.
Cada una cogió lo que más le apetecía comer de todo lo que habían preparado los chicos y nos fuimos a una mesa del fondo. Alejada de todo el bullicio.
—Oye Shiraiwa-san —dijo la otra mánager del Fukurodani, Yukie, después de haberse comido una gran cucharada de cereales—: ¿eres nueva en Nekoma, verdad? Es la primera vez que te veo en los dos años que estoy en el Fukurodani.
—Sí, este es mi primer año aquí.
—Ya decía yo, por lo que sé, el Nekoma nunca antes había tenido mánager.
—¿Cómo es ser mánager de ese equipo? —preguntó en esta ocasión Otaki.
—¿Cómo es ser mánager del Nekoma? —murmuré pensativa buscándolos con la mirada. Los encontré a todos juntos, charlando mientras desayunaban. —Es increíble —dije sin pensar.
—¿En serio?
La curiosidad de las palabras de Kaori me hizo dejar de mirarlos para centrarme de nuevo en todas las chicas que había a mi alrededor:
—Sí, son muy buenos y muy graciosos, me gusta ser su mánager.
—¿Me cambias el equipo?
Miré un tanto sorprendida a Yukie. Que lo dijera con tanta simpleza me dejó perpleja:
—A veces Bokuto puede ser muy difícil, me compadezco del pobre Akaashi —se justificó después de darse cuenta de mi expresión.
Bueno, eso no se lo iba a negar, pero si fuera yo, no dejaría ese equipo nunca.
—Pero a parte de eso, tenéis mucha suerte de tener a un jugador como él en el equipo. A mí me encantaría poder entrenar cada día con él, su potencial es impresionante.
—En eso sí que tienes razón —afirmó la castaña con una nota orgullosa—. Parece que te gusta mucho el volleyball, ¿juegas?
—Jugaba, lo dejé hace un par de años.
—¿Una lesión o algo?
—No, asuntos personales.
—¡Ah, es verdad! Bokuto-san me mencionó una vez que Kuroo-san le dijo que tu familia era muy famosa en el mundo del volleyball —agregó de la nada Kaori, muy entusiasmada y con mucha curiosidad.
—¿Eso es cierto, Shiraiwa-san? —preguntó impresionada la mánager del Shinzen, la cual se ubicaba a mi lado.
—Sí bueno, lo éramos —musité dejando de mirarlas para agachar la cabeza y observar lo que había escogido para desayunar.
