La mánager ━━Haikyuu!!

28. Toda una vida juntos.

(Quédate hasta el final porque tengo algo importante que decir :))

La siguiente semana pasó bastante deprisa aunque un tanto complicada. Los primeros días las cosas estuvieron un poco frías y distantes, pero era más que razonable después de todo lo que había ocurrido. Unos días más tarde todo empezó a mejorar mucho mejor de lo que me imaginaba. Ambos pusimos un poco de nuestra parte y el pensamiento de que si no hacía algo al respecto podría terminar perdiéndolo solo me motivó más a que tratara de aportar mayores cosas a nuestra relación.

Kuroo me gustaba y no podía soltar a una persona tan rápido y sin apenas luchar por ella. Y mucho menos si lo único que hacía era ayudarme a que mi proceso de superación no fuera tan doloroso y difícil.

Porque por primera vez en mucho tiempo, el destino había sido bueno conmigo y había traído a la persona indicada a mi vida en el mejor momento posible.

Deslicé lentamente mi mano por el lomo del pequeño gatito que reposaba a mi lado en la cama como cada mañana. Lo miré con cariño y no pude reprimir una sonrisa. Tan solo unos días antes su dueño también había estado durmiendo justo donde se encontraba él y al igual que ahora, yo había sido la primera en despertarse y me tomado el placer de contemplarlo con una pequeña sonrisa.

Giré hasta quedarme mirando al techo y suspiré suavemente. Ese movimiento lo despertó y lo llevó a acercarse a mí para acostarse de nuevo cerca de mi cara. Su cabeza rozaba mi mejilla, lo que hizo que la moviera acariciándolo.

—Bajemos a desayunar, Tetsurou —murmuré antes de levantarme para ir a la cocina seguida del felino.

El intenso y profundo aroma del café recién hecho alcanzaba hasta la zona de las escaleras. Disfrutando de su aroma, me estiré al mismo tiempo que recorría el pasillo.

—Buenos días —dije nada más entrar.

—Buenos días —me recibió mi tío con su característica felicidad de siempre.

Me senté en el sitio que había delante de él y acepté la taza de café que me sirvió. Ojeé rápidamente la revista que estaba leyendo averiguando si merecía la pena leer algo en ella o mejor no. No vi nada que me llamara la atención.

—¿Harás algo hoy? Es por saber si puedo contar contigo o estarás ocupada —preguntó volviendo a sentarse.

—No, no tengo pensado hacer nada, ¿por qué? ¿Necesitas que te ayude con algo?

—Me ha surgido un inconveniente hoy y me va a ser imposible ir a Sendai en mi visita mensual para ver cómo están las cosas por allí, por si podrías ir tú en mi lugar.

Mis labios se cerraron al escuchar el final. Lo miré sin poder procesar muy bien sus últimas palabras.

Volver a Sendai después de tanto tiempo y justo al sitio donde más cosas había de la familia.