Aunque no puedas huir
de la oscuridad del pasado,
siempre llegará la luz
que ilumine el presente.
承| Donde Shiraiwa Kata deberá
aprender a soltarse de las
cadenas que la atrapan para
luc...
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Los días de vacaciones comenzaban a hacerse monótonos y aburridos. Normalmente estaba sola gran parte del tiempo ya que mi tío tenía que trabajar o aprovechaba su tiempo libre para entrenar siempre que tenía la oportunidad. Y casi siempre estaba leyendo, haciendon ejercicio o jugango con Tetsurou en el jardín.
No me importaba estar sola. Estaba más que acostumbrada a quedarme sola en casa. Mis padres tenían una vida muy ocupada y yo no estaba lo suficientemente preparada para seguirles el ritmo.
Al principio solían dejarme a cargo de una niñera, sobre todo cuando tenían que viajar. Cuando mi tío estaba libre, él cuidaba de mí. Y conforme crecía, o bien me quedaba en casa o bien se encargaban de buscar algún sitio donde pudiera permanecer durante su ausencia y, al mismo tiempo, pudiera entrenar. Aunque, una vez crecí lo suficiente, comencé a seguir los planes de su ajetreado estilo de vida, el cual concedía descansos muy escasos para la intensa agenda que tenían.
El trabajo de Kenji había aumentado considerablemente nada más comenzar la temporada de verano. Aunque ya no tenía que ocuparse tanto del equipo al que entrenaba, era el momento que la escuela de mis padres tenía más auge debido a que los padres aprovechaban las vacaciones para apuntar a sus hijos a las plazas de volley playa y volleyball que ofertaba la escuela. Era por eso mismo que tenía tanta incidencia. Él, junto a otros instructores, se encargaban de llevar al día todos los grupos que había inscritos.
Desde hace un año dejé de ir tan seguido, pero antes, cuando todo estaba bien, solía ser uno de los sitios que más frecuentaba para jugar con los equipos que se habían formado. Siempre que tenía un hueco libre solía pasarme por allí para terminar yéndome cuando cerraban. Ahora, no me sentía preparada para volver a ir.
Porque allí estaban todos los premios, medallas, pósters y fotos de mis padres y el equipo. Desde su inicio hasta su fin.
—Hey —me saludó al entrar a la cocina, revolviéndome el pelo al pasar por detrás de mí,— ¿qué haces?
—Nada.
—¿Saldrás hoy? —dijo mientras ponía a calentar la cafetera de espaldas a mí.
—No creo, ¿y tú?
—Lo dudo mucho, estoy muy liado con la administración del club —hizo una breve pausa para darse la vuelta y mirarme con una pequeña sonrisa aunque su cara se viera cansada—, ¿ves normal haber recibido inscripciones suficientes como para formar dos nuevos grupos de volley playa? Porque yo no.
Me reí sutilmente, —Debe ser difícil para muchos cuidar a sus hijos mientras trabajan ahora que están de vacaciones.
—Pienso lo mismo.
Observé en silencio cómo se servía el café en la taza con la intención de llevárselo arriba con él.
