El chico de ricitos de oro

二十五

— ¿Te gustó el lugar que visitamos el día de ayer?

— Sabes que sí. — Jimin se sintió más que feliz con la respuesta, pues aunque había dudado mucho en si llevar a Taehyung a su "lugar secreto", terminó haciéndolo y pasándolo muy bien con su compañía. — Me puedes decir cómo llegaste a descubrir ese lugar.

Jimin negó entre pequeñas risas.

— ¿Por qué no? Pensé que ya teníamos la suficiente confianza para contarnos cualquier secreto.

— Este es un secreto muy especial. — la sonrisa traviesa en el rostro de Jimin era igual a la de un niño, por lo que a Taehyung le parecía muy tierno.

— ¿Quieres que te de algo a cambio?

El rubio se hizo el pensativo por unos segundos y posteriormente asintió.

— Muy bien, dime lo que quieres y yo te lo daré.

— Tráeme la flor más bonita que encuentres en el palacio para el día de mañana y te contaré cómo encontré ese lugar. — Jimin no dudó ningún segundo en hacer su pedido y Taehyung no tardó nada en mostrar una expresión llena de confusión.

— ¿Solo quieres eso? ¿Una flor?

— La flor más bonita del palacio. — corrigió el doncel.

— Pensé que pedirías algo más significativo. — y a decir verdad, eso es lo que realmente pensaba el príncipe. Creía que Jimin iba a pedir algo más grande y con mucho más valor que una flor.

— No creo que haya algo más significativo que tomarse el tiempo para buscar la flor perfecta para una persona.

— Mi madre dice que las joyas son más significativas para cualquier persona. Pensé que me pedirías una joya.

Jimin rio, como si lo que realmente hubiera dicho el príncipe fuera un chiste.

— ¿Q-qué te parece tan gracioso? — preguntó el pelinegro, soltando una que otra risa.

— Taehyung, las joyas no son importantes para mí, siento que no valen nada a comparación de los pequeños, pero bonitos gestos de las personas que te importan.

— ¿Y-yo te importo? — la pregunta de Taehyung estuvo acompañada de un ligero sonrojo en sus mejillas y de un nerviosismo, que ya parecía algo común en él.

— Claro que sí, eres mi único amigo después de todo. — aunque Jimin sonrió en grande al decir lo último, Taehyung no lo hizo.

— ¿Crees que esta le guste? — preguntó por décima vez el príncipe, enseñándole una de las flores que había encontrado en los jardines del palacio.

— Joven príncipe, ya le dije que hable con el jardinero del palacio y le pregunte sobre la flor más bella que tenemos en el-

— No me estás ayudando, JiHong. — interrumpió el príncipe, mirando con algo de decepción a su consejero.

JiHong rodó los ojos y negó. — No me parece la más bella, joven príncipe, pero creo que puedo ayudarlo a buscar una que esté a la altura de ese doncel bello.

Taehyung sonrió, acompañando a su consejero cuando este le dijo que había cierta parte de los jardines que tenía una de las flores más bella que había visto en toda su vida.

Al llegar al lugar que se le fue indicado descubrió que ese era parte del espacio en donde la reina mandaba a sembrar flores y rosas especialmente para ella.

— No, no podemos estar aquí y mucho menos arrancar una de las flores de la reina.

— No está cometiendo un crimen, joven príncipe, solo tomaremos unas flores prestadas.

— No las tomaré prestadas, JiHong.

— Está bien, lo sé, pero mientras ella no se entere todo irá bien.

— ¿Que yo no me enteré de qué, consejero Kang?

Tanto Taehyung como el consejero quedaron petrificados al escuchar a la mujer detrás suyo y voltearon tan pronto como salieron de su sorpresa, arrodillándose delante de la mujer.

— ¿A qué se refería el consejero Kang, joven príncipe? ¿Me está ocultando algo?

Taehyung frunció su ceño, maldiciendo por lo bajo la boca suelta de su consejero.

— No es nada, mi reina.

— Colóquese de pie, joven príncipe y usted también consejero Kang.

Ambos hombres hicieron caso a la reina, sintiéndose de repente nerviosos ante la mirada de la mujer.

— ¿Que hacían por mis jardines, joven príncipe? ¿Acaso le llama la atención alguna de mis flores?

Taehyung miró a su consejero, tratando de encontrar algo de ayuda en este. Sin embargo, JiHong solo mantenía la mirada baja.

— Estoy hablando con usted, joven príncipe.

— Y-yo... lo siento mucho mi reina, no era mi intención irrumpir en sus jardines. — se disculpó, bajando la mirada por igual y ganándose una mirada llena de enojo de parte de su madre.

— Joven príncipe, dígame la razón por la que se encontraba en mis jardines y posiblemente considere aceptar sus disculpas. — Taehyung de inmediato levantó la mirada, sin poder creer que su madre no haya aceptado sus disculpas y peor aún, que lo mire con algo parecido a desprecio o enojo, quizás. — Hable ahora mismo, joven príncipe.

— Yo quiero que me oriente mi reina. — dijo después de pensarlo mucho. La mujer se sorprendió. — Necesito saber cuál es la flor que usted considera más bella.

La reina miró a su doncella, Sujin, esta se encontraba algo confundida y su expresión lo demostraba.

— ¿Acaso está cortejando a una bella doncella, joven príncipe? — aunque su tono de voz denotaba burla, el joven príncipe no se percató de aquello.

Taehyung se sonrojó al instante y entonces eso fue suficiente para la reina.

— Sígame, joven príncipe, lo voy a instruir. — trató de fingir que se sentía cómoda con la compañía del príncipe, pero no fue suficiente, pues el consejero Kang, quien iba detrás de Taehyung y al lado de las doncellas se percató de la muy clara molestia de la reina.