四十九

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maratón 1/3

— ¡¿Dentro de dos semanas?! — exclamó poco después de haber escuchado la gran noticia por la que su madre las reunió

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— ¡¿Dentro de dos semanas?! — exclamó poco después de haber escuchado la gran noticia por la que su madre las reunió.

— Así es, cariño. La reina me llamó esta mañana y al llegar me dijo que su boda ya tenía fecha exacta.

Hyoyeon aún no salía de su sorpresa, mientras que sus hermanas, SunMi y Samantha, se quejaban por no haber sido elegidas por el príncipe.

— La reina me aseguró que los preparativos iniciarían apenas el rey aceptara nuestra propuesta. — dijo un poco más emocionada su madre. — Además tu vestido será hecho por la costurera de la realeza. ¡Será un gran honor, hija!

— Al parecer no le agrada la idea, mamá. — dijo SunMi, mientras reía al ver la cara pasmada de su hermana mayor.

— Tan solo mira su expresión destrozada. — secundó Samantha, metiendo cizaña al asunto.

La señora Shin salió de su pequeña burbuja de felicidad al escuchar a sus mellizas y finalmente se percató de la expresión derrotada de su hija mayor.

— ¿Por qué tienes esa cara? — preguntó en un tono de voz grave. Ya estaba cansada de lidiar con la negativa de su hija, pues a pesar de llevarse bien con el príncipe, esta insistía en que no le gustaba la idea de casarse con él. — Deberías agradecer que te conseguí un príncipe y no un don nadie que lo único que hubiera hecho sería llenarte de hijos en vez de riquezas.

— P-pero yo no quiero riquezas, mamá. — susurró la jovencita, bajando la cabeza.

— ¡Yo sí quiero! — gritó Samantha, alzando la mano. — Estoy dispuesta a casarme con el príncipe, mamá.

— ¡Yo también, mamá! ¡Elígeme a mí, mamá! — habló esta vez SunMi. Ambas niñas recibiendo una mirada de advertencia de su madre.

— Tú quieres lo mismo que yo quiero, Hyoyeon y no importa si tienes que sacrificarte. — se acercó a su hija, su voz haciéndose cada vez más sombría. — Así que no me hagas perder el tiempo, niña. — habló, esta vez, más cerca de su hija.

— P-pero es muy pronto, mamá. — volvió a excusarse, recibiendo esta vez una bofetada de parte de su madre.

— ¡A mí no me importa si es demasiado pronto, mocosa! — gritó, totalmente irritada de los pero de su hija. — ¡Te vas a casar con el príncipe Taehyung aunque él no te quiera y le darás un heredero antes del año!

La joven asintió entre lágrimas, sintiendo su mejilla arder con violencia y el miedo crecer en su interior.

— Todo lo que hago es por tu bien, hija. Cuando tengas tus propios hijos entenderás lo que es capaz de hacer una madre. — susurró. — Lo único que te pido es que seas comprensiva y enamores al príncipe Taehyung.

El chico de ricitos de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora