十六

1.1K 207 23
                                    

— Jimin

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

— Jimin... — su voz salió un poco más grave que de costumbre, avergonzándolo al instante por aquello.

El rubio solo miró a Taehyung por unos cuantos segundos antes de colocarse de pie y tratar de huir, tal y como parecía estar acostumbrado a hacer.

— ¡No, no te vayas! — aunque Taehyung no quería asustar a Jimin eso mismo parecía estar haciendo, por lo que sin dudarlo corrió hacia este, deteniendo su huida al colocarse delante suyo e impidiendo que pudiera seguir su camino — No te vayas por favor... — susurró, abrazando al rubio.

Jimin abrió sus ojos en par al ser apresado por los fuertes brazos del pelinegro, que ahora le susurraba que todo andaría bien. Prácticamente lo estaba consolando y aquello fue lo que más sorprendió al ojiverde, quien tras salir de su shock trató de alejarse.

Taehyung solo se separó unos cuantos centímetros, quedando cara a cara con el pequeño doncel, quien no solo tenía las mejillas rojas por el llanto, también por la cercanía que mantenían.

— Tal vez no seremos amigos, pero puedes confiar en mí, Jimin. — las palabras de Taehyung sonaron muy convincentes, pero bien sabía el rubio que no podía confiar en cualquiera, mucho menos en una persona que había huido apenas le dijo que pertenecía a la servidumbre.

— S-suéltame... por favor. — Jimin se encontraba nervioso por la cercanía con aquel hombre y su nerviosismo era válido, pues jamás había estado tan cerca de un extraño como en ese momento lo estaba.

— Confía en mí, Jimin. — insistió Taehyung, sonriéndole al final.

Jimin no quería caer, no quería ser amigo del pelinegro, pero su sonrisa lo confundía tanto... lo tentaba a perderse en esta por largos segundos.

— P-pero suéltame por favor... — susurró el ojiverde, alejándose de a poco cuando fue liberado.

Taehyung no podía estar más feliz, pues no solo tendría la compañía de Jimin en aquel día, también su completa confianza.

— ¿Por qué estabas llorando? — se atrevió a preguntar el pelinegro, una vez que se sentó junto a Jimin a orillas del riachuelo.

El rubio limpiaba sus lágrimas con el agua que corría por el riachuelo, cuando se detuvo y miró a Taehyung. No quería contárselo, en realidad no quería contarle a nadie que por culpa de SunMi y Samantha había sido regañado y recibido un castigo que consistía en lavar todas las sábanas, alfombras, cortinas y manteles de la casa. Jimin odiaba los días que lavaba las sábanas, pues ese era el día en el que su cuerpo dolía más, por lo que no quería imaginar cómo quedaría tras lavar todos los manteles de la casa sin descanso alguno, como le había dicho la señora cuando le asignó aquella "tarea".

— No es nada... — dijo tras tranquilizarse. — P-pero me tengo que ir. — y cuando trató de colocarse de pie, Taehyung se lo impidió.

— Jimin, por favor, no te vayas, habíamos quedado en que depositarías tu confianza en mí o por lo menos te tomarías el tiempo de conocerme. — Aquello sonó más como una súplica, no solo para Jimin, también para Taehyung, a quien poco le importó escucharse de esa manera.

— Un sirviente no cuenta con tiempo para tener amigos. — Jimin se sintió muy apenado al decir aquello, mucho más al saber que no estaba mintiendo.

— Entonces buscaremos el tiempo. — Taehyung parecía muy desesperado, incluso para su consejero, quien veía todo desde lejos. — Y-yo estaré aquí a la hora que tú me digas, no importa lo tan temprano o tarde que sea, yo estaré aquí. Solo no te niegues... por favor.

Jimin dudó, quería irse, realmente quería hacerlo, pero una parte muy pequeña dentro de él le decía que se quedara al lado de la única persona que había mostrado interés en su estado anímico y que lo había consolado.

— En verdad me tengo que ir... — susurró el rubio, colocándose por fin de pie, viendo la tristeza instalarse en el rostro del contrario. — pero mañana estaré aquí al amanecer.

El príncipe sonrió de inmediato, colocándose de pie por igual y abrazando al rubio, como si lo conociera de muchos años atrás y no de hace algunas semanas atrás.

— Nos vemos mañana. — fue lo último que dijo Jimin antes de retirarse.

Aquel día Taehyung regresó al castillo con una gran sonrisa en su rostro... una sonrisa que no pasó desapercibida para la reina, quien lo vio de lejos.

 una sonrisa que no pasó desapercibida para la reina, quien lo vio de lejos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El chico de ricitos de oroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora