CAPÍTULO VIII
—¿Pero qué...? —mi voz salió más fuerte de lo que esperaba.
El chico alzó la mirada igual de sorprendido que yo, y sus ojos azules se abrieron al ver que me había empapado el abrigo.Tendría mi edad más o menos.
—¡Lo siento! —exclamó y miró detrás de mí, asustado y nervioso— ¡es que me están, me tengo que...
—¿Que qué? —no entendía nada de lo que decía. Su cabello rubio le tapó las cejas cuando se agachó ante mí para que nadie lo viese— ¿qué demonios...? Esto es muy raro, ¿quién eres y que haces?
El chico se escondió tratando de ocultarse tras mi pierna, sin tocarme pero mirando a mi espalda. Me sentía de lo más incómoda, con ganas de darle una patada en la cara.
La gente que pasaba a nuestro alrededor nos miraba como si fuésemos unos extraterrestres bailando desnudos en una plaza. Dábamos una imagen bastante rara.
—Se me han acercado con muchas excusas —no sabía cómo reaccionar—, pero esta es nueva.
—No es para ligar, no soy de un libro —susurró mientras se agachaba y miraba a ambos lados, aún bajo mí. Me crucé de brazos mientras hablaba. Esto era incómodo y raro—. Intento esconderme para que los amigos de mi novia no me pegan una paliza.
—¿Me estás llamando gorda?
Alzó la mirada boquiabierto al darse cuenta de su insinuación.
—No no, para nada, yo no..., no quería decir eso —se excusó. Escuché la explicación cruzada de brazos—. Eres delgada, y también muy guapa pero... espera, espera, no quería decir eso, es decir, no es para tanto pero —alcé una ceja—, bueno sí, a ver, ya me entiendes. Tampoco estoy diciendo que si pesases más fueses fea, también serías guapa, pero no mi tipo, ya sabes. No, no, no estoy diciendo que eres mi tipo y me parezca mi idea tampoco pero.... a ver, si lo eres pero no , además...
—¿Te importaría callarte de una vez? —sugerí y fingí el carácter falso de mi tía lejana—. Ya me has dejado muy claro que no soy tu tipo.
Tenía ganas de echar a reír por sus nervios, y pensé que él había notado el sarcasmo, hasta que volvió a mirarme asustado, temeroso por que me moviese y perdiese su "escondite".
—Sí, sí lo eres, de quién no si tienes un... —se dio cuenta de la insinuación y tartamudeó hablando a la velocidad de la luz—. Es decir, no es que me gustes sabes, pero no eres fea, eres guapa, solo que yo ya tengo otras cerca, no me voy a enamorar de una que no conozco de nada. Dios mío, acabo de parecer un fuck-boy sin cerebro, ¿verdad? —hizo un gesto exagerado con la mano. Este chico era increíble—. Olvida eso. Oh mierda, no se puede hacer eso. Perdóname, me vi "The vampire diares" ayer y me creo Damon Salvatore. ¿sabías que van a hacer una....
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Exhala
RomansaDanielle Evans. Una chica demasiado madura como para considerarse una niña pero demasiado inestable como para ser un adulto. A lo largo de su corta vida ha tenido que soportar tempestades desastrosas, muertes, gritos y dolor. Todo ello la llevó a...