CAPÍTULO 5

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Era domingo al fin.
El anhelado y brillante domingo que tanta ansiedad les había causado a ambas.
Y después de que el sábado Alex se quedó dormida hasta tarde porque estaba cansada pues se propuso a limpiar como loca cada rincón de su enorme casa, de arriba a abajo.
Mil veces se regañó a sí misma diciéndose que Piper no era una especie de detective de la limpieza, y mucho menos iba a husmear su casa, es más, podía casi jurar que no pasaría de la sala o quizá la cocina, pero nada más.
Piper desde luego no iba a ir escaleras arriba hacia su alcoba, ni a ningún otro sitio de la casa de Alex, y no porque ella no quisiera o no fuera a permitírselo, si no más bien, porque la timidez de la rubia era más que evidente, así que en su interior ella sabía que Piper no iba a querer siquiera concebir la idea de subir las escaleras.

La escritora se paró de un salto al escuchar la alarma de su celular moliendo una y otra vez, indicándole que el día había llegado, y sin más pensárselo en seguida fue a tomar una ducha pensando en que el agua tibia le ayudaría a relajarse un poco, pero aunque permaneció un buen rato recibiendo el chorro de agua sobre sus hombros y espalda, no tuvo el resultado que esperaba.
Estaba ansiosa y nerviosa, Piper llegaría al medio día, así que debía estar lista, arreglada, peinada y también tener listos algunos aperitivos y café.
Café... ¡Café! Había olvidado comprar un poco más de ese café orgánico que amaba, y no iba a atreverse a darle café instantáneo soluble.
Oh no, Piper Chapman se merecía mucho más que eso. Es cierto que Alex era descuidada en algunos aspectos, pero no con visitas tan especiales como esa rubia que no había salido de su mente, y al parecer tampoco de su entorno, desde la primera vez que se topó con ella en el centro de adopciones.
Ya no tenía tiempo de ir al supermercado a comprar más café, así que llamó a la única persona que sabía que podía salvarla de cualquier situación, y que sin duda, tenía el mismo buen gusto en café que ella.

Minutos después, Alex aguardaba caminando de un lado a otro frente a la acera de su casa, casi mordiéndose las uñas de la angustia porque Nicky no fuera a llegar a tiempo, y pensando en la pequeña variedad de té que tenía en existencia, porque tampoco había comprado la última vez que surtió su despensa, y eso la exasperaba aún más.
Sabía que solo debía cruzar la calle y traerle la maldita bolsa de café, incluso llegó a pensar que habría sido mejor idea ir hasta allá por ella, pero no quería dejar sola la casa pensando en que Piper podría llegar en cualquier momento y no encontrarla.
Su cabeza estaba a punto de explotar, cuando vio a su amiga correr por el asfalto con un cigarrillo en los labios y la melena tan alborotada que parecía un león, pero con la bolsa nueva de café en las manos, lo cual le pareció la más bizarra representación de un ángel o un hada madrina, lo que sea que le fuera mejor a su amiga.

— ¿Cómo es que consigues acabarte todo tu café orgánico tan rápido? — dijo Nicky lanzándole la bolsa de papel directo al pecho.

— Muchas gracias, Nicky. — Alex se dio la vuelta de inmediato para avanzar por el camino empedrado entre el césped de su propiedad. — Ya puedes irte. 

— ¿Por qué rayos tienes tanta prisa? — La miró de pies a cabeza con ojos dubitativos y curiosos.

— Tengo una reunión de negocios, así que... — respondió Alex cuyos ojos se enfocaban ya en la lujosa camioneta que aparcaba detrás de su auto justo a espaldas de Nicky, queriendo que su mejor amiga se esfumara de inmediato para no tener que soportarla después con sus conjeturas exageradas e ideas locas que solo a ella se le ocurrían.
Y menos podía permitir que avergonzara a la rubia, no quería ver esas mejillas sonrojadas por culpa de la boba de Nicky, si alguien las debía hacer adoptar ese bonito color rojo, era Alex misma con halagos, o eso quería pensar ella.

— ¿Aquí? Y... ¿En domingo? — Cuestionó la pelirroja acariciándose la barbilla al mero estilo detectivesco, con los ojos entrecerrados dejando notar que la estaba juzgando.

MI ALMA GEMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora