CAPÍTULO 8

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Alex lo había pensado mucho, y la situación era difícil, pues aunque su corazón vibraba de felicidad cada que estaba de cualquier forma en contacto con Piper, también sentía cómo estaba avanzando directo a una catástrofe sin retorno.

— Estoy contenta de que todo vaya tan asombrosamente bien, y al mismo tiempo estoy aterrorizada, ¿sabes? — dijo Alex al teléfono sentada en el porche de su casa.

— Suena un poco tenebroso, siendo honesta. — respondió Nicky del otro lado de la línea y apareciéndose para sentarse junto a Alex aún con el celular en su oído haciendo que Alex rodara los ojos.

— Me matas con tu forma de aparecerte, eres una tonta.

— Lo sé, pero me amas. — Nicky sonrió. — Pero hablando en serio, creo que se está saliendo de control, ¿no? — Alex suspiró hondo rodando los ojos otra vez y volteando el rostro. — Ya sabes, esa blusa desabrochada mostrando las tetas que usabas aquel día, ¿y que hay de todas esas miraditas que se hacen entre ustedes? — la pelinegra se río. 
— Vamos, ¿quién mierda hace eso sí no está coqueteando?

— ¿Miraditas? ¿En serio? — aunque trataba de burlarse, Alex sabía bien de lo que su amiga hablaba.

— Bueno, tu eres la puta escritora estudiada en literatura, llámalo como quieras. - se encogió de hombros para adoptar una postura más recta. — En serio, esta es la historia más vieja y trágica contada en el libro de la vida: "ama de casa aburrida y solitaria conoce a lesbiana fascinante y sexy para dar un paseo por el lado salvaje." — Alex bajó la mirada.
— Vas a volverte loca si sigues así, tienes que decirle lo que está pasando.

— No. — dijo la pelinegra de forma terminante. — No, de ninguna manera... Yo no puedo.

— Vause, ella es heterosexual... ¡Y está casada! — dijo con obviedad.
— Y peor aún, con uno de esos benefactores grandes de la iglesia, sin mencionar que ella tiene dos hijos... Está bastante reprimida y es cobarde para enfrentar a todos los que la someten. Es casi retorcido lo mucho que tienes en tu contra.

— Okay. Te estás excediendo. Tengo esa convención fuera de la ciudad esta semana, y cuando vuelva ya lo he decidido, voy a hacerme menos disponible para ella. — Nicky la miraba con un gesto de incredulidad. — De hecho, cero disponible.

— Oh... — la pelirroja se río. — El clásico "estoy muy ocupada y muy asustada para decirte lo que está pasando y prefiero desaparecer del mapa."

— Sí. — la seriedad de su voz era palpable. Ella no quería hacer eso, desde luego que aborrecía cada parte de la idea, pero no podía solo seguir fingiendo que todo estaba bien cuando era claro que tenía muchos sentimientos por la rubia que jamás iba a dejar nada de su vida por alguien como ella.
Los pocos acercamientos físicos que tenían, aunque inocentes por parte de Piper, descolocaban por completo a Alex, y ella no podía lidiar con aquello, no sin siquiera saber si Piper sentía al menos una pizca de la electricidad en su cuerpo al tocar mínimamente a Alex.

— Bueno, espero que puedas hacerlo y que funcione... — incluso Nicky estaba pensativa al respecto, pues en primer lugar, ni siquiera creía que Alex fuera capaz de hacer eso, no con Piper.

— ¿Viniste hasta aquí solo para decirme eso? — Alex bufó.

— Sí, definitivamente.

— Solo podrías haberme llamado.

— Si te llamé, idiota. — Nicky le dio un codazo y a pesar de la situación y de la decisión que Alex se había pasado noches enteras pensando, se soltaron a reír como siempre que estaban juntas.

Alex puso su plan en marcha, cuando se fue a la convención el jueves por la tarde, advirtió a Piper que ese fin de semana no tendría mucho tiempo disponible para charlar con ella, e incluso, tenía sus dudas respecto a los mensajes, así que le pidió no enviar muchos porque iba a estar tan cansada que seguramente terminaría ignorándolos.
Para la rubia fue bastante extraña la petición, después de haber estado hablando días y noches sin ninguna especie de inconvenientes o limitantes, ahora Alex estaba pidiéndole que dejara de escribirle, ¿cómo es que eso era posible? A pesar de que fue rara la petición, ella entendió y decidió que iba a darle su espacio.
Tal vez como Larry, ella también tenía momentos en que necesitaba enfocarse al cien por ciento en su trabajo y no tuvo más opción que respetar eso sin poner la más mínima objeción.
Después de todo, ella estaba acostumbrada a eso.

MI ALMA GEMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora