MI ALMA GEMELA

CAPITULO 18

Incluso con obstáculos aparentemente insalvables, el amor verdadero encontrará su camino.
No importa si toma años o días, las almas gemelas se encuentran en algún determinado momento y en algún determinado lugar para engancharse para siempre, aunque no todo el tiempo es un camino suave, pues hay que trabajar bien la tierra antes de obtener la cosecha.

Aquel día con su hijo llorando y abrazado a su pecho cambió por completo el rumbo de Piper, un rumbo que a penas comenzaba a tomar impulso dejando salir sus verdaderos sentimientos hacia la persona que la hacía feliz.
No había mucho que pensar, era terminar su matrimonio y de alguna manera empeñarse en mantener a Alex a su lado, quien por supuesto entendía lo que estaba sucediendo, pero comenzaba a impacientarse por las ausencias constantes de Piper.
No es que Alex se sintiera consumida por los celos, más bien, ella sabía que no había nacido para un amor a medias, tal y como Diane, su madre la había educado desde pequeña, y como también su mejor amiga le había estado diciendo constantemente, y sentía que solamente tenía una parte de Piper, que le hacía recordar precisamente lo que había sucedido con Sylvie.
Tal vez ella también le había dado un amor a medias a su ex esposa, y por ello mismo se había decidido a encontrar en otro sitio el amor que le faltaba, de la forma que fuera.
Los días dejaron de ser buenos, para hundirlas a ambas poco a poco en la desesperación y la incertidumbre sobre sus vidas y sobre lo que había aún de su relación que ni siquiera tenía nombre aún.

Contrario a Nicky y Lorna, quienes después de llamarse un par de veces y conversar toda la noche, ahora habían comenzado a salir.
Muchas veces era la propia Nicky quien iba hasta el despacho de Red a recoger a Lorna, y a penas la veía, los ojos de ambas se iluminaban con entusiasmo.
Puede ser que la pelirroja no había notado a Lorna la primera vez que se encontraron, pero Lorna siempre había sabido que Nicky era todo lo que ella quería, pues a penas la vio su corazón se lo dijo, y ahora incluso Red lo corroboraba.
El camino era mucho más fácil para ellas, puesto que ambas eran solteras y abiertamente lesbianas, así que no había duda de que en al menos unos meses más, seguramente se estarían mudando juntas.
Se amaban aunque no se lo habían dicho, lo que sin duda era algo que le estaba cambiando por completo los días a Nicky que ahora parecía bastante animada, contrario a Alex quien parecía llevar de un lado a otro una nube gris sobre su cabeza.

La escritora estaba volviéndose loca sin saber de Piper, llevaba días llamándola una y otra vez, pero desde que se habían visto por última ocasión, cuando el problema de Charlie había surgido, ella no se había vuelto a aparecer por su departamento, y tampoco se había dignado a responder mensajes o llamadas.
Alex al menos quería saber si Charlie estaba bien, si las cosas habían mejorado con él y también, si la rubia estaba pasando tan siquiera un tiempo tranquilo.
Ella no soportaba el hecho de tener que aguardar todo el tiempo separaciones así, aunque en algún determinado momento al inicio de todo, pensó que eso podía funcionar para alejar a Piper y así no caer en ella tan profundo como ahora estaba, la verdad es que esos avances del amor son y siempre serán inevitables.

Uno de los únicos días que Piper pudo salir de casa, puesto que ahora las cosas estaban siendo mucho más complicadas, decidió que necesitaba el consejo de su amiga, quería que al menos la consolara y le dijera que la entendía.
Por supuesto que moría por ver a Alex, pero aún no tenía claro que decirle, así que condujo directo al despacho de Red con quién había estado hablando respecto a la situación y quien de hecho la recibió cabizbaja abrazándola con fuerza, justamente como la rubia desconsolada lo necesitaba en ese momento.

— Ven aquí, cariño... — dijo enroscando sus brazos al rededor de ella. — Sé que suena a cliché, pero es cierto: el amor puede lograrlo todo ahí afuera.

— ¿De verdad lo crees?

— Absolutamente, solo debes luchar por el y tener paciencia.

— Creo que es el amor quien va a destruir todo lo que tengo y todo lo que sé. — sollozó Piper separándose un poco para ver a su amiga a los ojos. —¿Qué estoy haciendo?