CAPÍTULO 19

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Alex estaba viviendo en un verdadero infierno, hacía ya una semana que había terminado con Piper y entendía el hecho de que ella no se hubiera vuelto a comunicar, pero también la extrañaba.
Pasaba días y noches sin ser consciente y si de alguna forma las personas dicen que los monstruos no existen, ella comprobó que en realidad si son bastante reales.
La tristeza había estado acechándola y a penas tuvo oportunidad se coló a su vida recordándole cada día que estaba sola, que no había más besos ni sonrisas que arreglaran su vida, y le devoraba las entrañas más fuerte cada vez.
Tenía trabajo pendiente, pues en un afán de dejar en paz el recuerdo de Piper y no evocarlo, o al menos no de forma consciente, ella había dejado de lado el proyecto con el libro para el que Piper estaba haciéndole las fotografías, y desde luego que se sentía bastante en deuda con su madre, y se juró nunca volver a intentar hacer colaboraciones con personas que tuvieran algún interés fuera de lo laboral con ella.
Así que ahora debía comenzar a escribir otro libro sobre algo más, y eso era lo que precisamente le estaba también carcomiendo centímetro a centímetro la cordura.

Nicky tenía días insistiéndole con llevar a Lorna a su departamento, quería que su mejor amiga la conociera porque al parecer, estaba bastante emocionada con la mujer, y aunque Alex sabía  bien que nunca antes había visto así a Nicky desde que la conocía, también estaba segura de que ella no era la mejor compañía en esos momentos, pero en un intento de obligar a su mejor amiga a cerrar la boca y dejar de insistir, aceptó tenerlas de invitadas.
No había limpiado su casa en no sé cuanto tiempo, pues a veces incluso olvidaba ducharse ella misma, el asunto de Piper la tenía tan jodida que no encontraba ni sus propios ánimos para salir de la cama algunos días, aunque se dijo a sí misma que si no fuera por Nicky, seguramente ya habría comenzado a volverse loca.
Hizo su mejor esfuerzo de recoger los empaques de la comida a medio terminar que había estado ordenando últimamente, así como las botellas vacías de vino que había bebido, y trató de al menos dejar presentable la parte de abajo de su departamento, pues también su habitación principal era todo un lío.

El timbre comenzó a sonar mientras Alex acicalaba un poco su cabello después de no haberlo siquiera desenredado en días, puso su mejor cara y con pensamientos desesperados porque Piper fuera quien la llamaba a la puerta, como antes, se topó con la sorpresa de una mujer bajita de cabello castaño y un labial bastante rojo que le sonrió con amabilidad.
Alex hizo una mueca tratando de corresponderle a la sonrisa, aunque se sentía un poco confundida al respecto.

— Hola, soy Lorna. — dijo la mujer extendiéndole una mano para saludar. — Nicky me pidió que me adelantara para ayudarte a preparar unos cuantos bocadillos, ella ha ido a conseguir vino.

— Hola, mucho gusto, yo soy Alex... Y aunque no era necesario te lo agradezco... — sacudieron sus manos por un rato que pareció eterno. 
— Pasa, bienvenida... — Alex se hizo a un lado manteniendo la puerta abierta para ella que en seguida entró colocando unas bolsas sobre la barra de la cocina.

— Tienes una casa hermosa, Alex...

— Gracias... ¿Te apetece algo de beber mientras aguardamos?

— Oh no, pero dime, ¿qué prefieres que hagamos de bocadillos?

— A decir verdad nada. — dijo la pelinegra con una mueca que trataba de ser amable. — Últimamente la comida y yo no nos llevamos muy bien, pero puedes prepararte lo que quieras para ti y Nicky, hay cosas en el refrigerador.

— Es por lo de... tu ex, ¿cierto? — dijo Lorna en un titubeo pero mirándola a los ojos. — Nicky me lo contó, y lo siento mucho... Piper es una mujer muy linda.

— ¿La conoces? — Alex se sobresaltó de inmediato ante la mención de aquel nombre que no había vuelto a escuchar fuera de su cabeza.

— Sí, yo trabajo con Red, su mejor amiga... Y la visita muy a menudo... — dijo Lorna sacando queso y jamón de la bolsa de comestibles. — Sé que últimamente sufría mucho por todo lo que... Bueno, ya sabes...

MI ALMA GEMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora