— No... Alex... — Piper intentó frenar las cosas saliendo de las caricias de Alex, pero su respiración solo respondió hiperventilando y el rostro, si no es que todo el cuerpo, caliente.
— Quiero demostrarte lo mucho que te amo... — Alex le besó la espada mientras sus manos degustaban con suavidad los pechos expuestos de su rubia.
— Sé que me amas... — jadeó. — Pero justo ahora estoy muy molesta.
— Y esa molestia se irá haciendo el amor, lo sabes, ¿no?
— No, y no sé sí... — las manos de Alex fueron gentiles bajando por su abdomen abultado, mientras sus labios besaban el espacio justo tras de la oreja de Piper.
Y es que de verdad ella no lo sabía, lo había visto en películas y telenovelas, donde todo problema entre los amantes se solucionaba con besos y caricias, pero ella jamás había pensando en que en la vida real las cosas podrían ser así.— Soy tuya, Pipes... Todo mi ser te pertenece y te desea todo el tiempo... Déjame hacerte el amor... — ella ronroneó con el aliento cálido haciendo a la rubia apretar los ojos.
— Por supuesto que eres solo mía. Joder. — Piper gruñó. — ¿Qué esa mujer no lo sabía? Ni siquiera sé cómo pudo coquetearte de esa forma tan estúpida.
— De verdad estás molesta, ¿eh? — la escritora se rió haciéndola poner las palmas de las manos en el tocador y mirándola a través del espejo frente a ellas. — Debo reconocer que eres muy buena lidiando con los celos, cualquiera habría montado una escena. — beso su espalda, justo en la espina dorsal. — Pero no tú, oh no, tú eres simplemente perfecta. — su lengua acarició siguiendo el camino de su columna hasta estar de rodillas frente a su culo perfecto que había anhelado tener así a penas la vio con el lindo vestido que llevaba.
Mordisqueó los bordes de sus bragas deslizando la lengua húmeda por todas partes y luego, con lentitud las enganchó con sus dedos y las hizo bajar, haciendo que la piel de la rubia ardiera de anticipación.
Su pecho subía y bajaba anunciando lo agitada que estaba, y una vez que las bragas estuvieron en los tobillos de Piper, Alex la hizo salir de ellas y le besó ambos glúteos con una enorme sonrisa en sus labios, solo imaginando lo sonrojada que Piper debía estar.
Se tomó su tiempo para masajear la carne suave y encajar sus dientes con gentileza, esparciendo sensaciones nunca antes sentidas por la rubia que comenzó a temblar de forma inesperada sin saber lo que le sucedía a su cuerpo.
Las manos de Alex le rasguñaron la espalda, mientras sus labios continuaron besando cada centímetro de su piel desde sus glúteos hasta sus muslos, y luego subiendo con la lengua húmeda hasta su espalda y su cuello de nuevo.— ¿Cómo se sintió eso? — Alex preguntó con altanería acariciando los hombros de su rubia.
— Jodidamente bien... — una sonrisa por fin se dibujó en los labios de Piper.
— ¿Alguna vez..? — Alex se reprendió a sí misma sin terminar la pregunta, y la rubia se giró para mirarla a los ojos.
— ¿Qué ibas a decir?
— Olvídalo. ¿Vamos a la ducha?
— Dime... — su dedo índice paseó por los labios de Alex mirándola con dulzura y quizá algo más.
— Iba a preguntar si alguna vez te habían estimulado ahí atrás... Pero no tienes que responder, ¿de acuerdo? No quiero hacerte sentir incómoda.
— Jamás lo permití, hasta donde sé eso es raro y dicen que es doloroso, así que no... Pero contigo dudaría sobre mantenerme en esa postura, porque siempre sabes hacer magia conmigo. — sus mejillas se sonrojaron de forma adorable y Alex las acarició para besarla en los labios.
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MI ALMA GEMELA
Fanfiction*Esta historia es una ADAPTACIÓN de la PELÍCULA "Elena Undone"* Alex y Piper son dos mujeres que aparentemente no tienen nada en común. Una es escritora de éxito muy conocida por las obras que publica, la otra, se caracteriza por ser la típica espos...