CAPÍTULO 24

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Piper llevaba un poco más de una hora arreglándose, y Jane era la más desesperada pues Alex tenía ya un buen rato en la sala aguardando por ella con su vestido perfectamente plisado y su cabello muy bien peinado.
La niña subió corriendo por las escaleras por quinta ocasión y tocó a la puerta.

— ¿Mamá? Aquellos salvajes van a arruinar el vestido de Alex, la han llevado al jardín para que vea su partido de soccer. — Jane abrió despacio y se encontró con el puchero de su madre en el espejo.

— ¿Crees que me veo bien? — la rubia se había esmerado mucho y aunque tenía el maquillaje ya hecho, estaba tratando de no llorar.
Hacía mucho tiempo que ella ni siquiera salía a algún evento importante, y menos siendo la cita para alguien, y aunque Alex le había ayudado a elegir su vestido, no estaba segura del resto.

— ¿Bromeas? — Jane le acarició el brazo. — Te ves preciosa. Estoy segura que a Alex le va a encantar salir contigo más de lo que ya le gusta. —

— ¿Lo dices en serio?

— Totalmente. — asintió.

— ¿Puedes decirle a ella que suba? Necesito hablar de algo antes de irnos... — Piper pidió.

— Claro, se lo diré.

Jane bajó corriendo las escaleras para encontrarse con los demás en el patio, y precisamente Jeremy estaba por hacer un tiro a la portería dónde Charlie defendía el arco y Alex lo animaba con entusiasmo.
El niño tiró con todas sus fuerzas y el balón entró a la portería justo al lado izquierdo de Charlie que incluso lo animó aplaudiendo.

— ¿Cómo rayos fue que hiciste eso, cerebrito? — Charlie lo levantó en brazos celebrando la anotación y caminando hacia Alex que no quería hundir sus tacones en el césped.

— Bueno, — dijo Jeremy con propiedad. — David Lewis, un matemático británico de la Universidad de Liverpool, analizó miles de penales y llegó a la conclusión de que es posible para los pateadores reducir los fallos al mínimo. Me basé en sus principios para acertar el tiro. — Alex sonrió escuchándolo hablar.

— ¿Estás usando matemáticas para jugar fútbol? — Charlie preguntó con incredulidad.

— Por supuesto, ¿sabías que la carrera anterior al contacto con el balón debe ser de entre cuatro o seis pasos? — el chico solo negó con la cabeza colocando a Jeremy en el suelo junto a Alex. — Esto le permite al futbolista conseguir un impacto con la fuerza ideal que debe estar entre los 80 y los 100 kilómetros por hora. Si va más rápido, sufre la posibilidad de un fallo, porque el tiro pierde precisión. —

— Creo que voy a sugerir que le des clases a mi entrenador. — Charlie se soltó a reír al igual que Alex y Jane que presenciaba la plática, y él, al final y por primera vez en su vida, se había animado a ingresar en el equipo de su escuela.

— Alex, mamá está lista y parece que quiere que des el visto bueno porque te necesita arriba, en la habitación. — dijo Jane por fin.

— Seguro debe verse hermosa. — la pelinegra sonrió teniendo en mente lo que planeaba para esa noche.
— ¿Ya llegó Red? — preguntó.

— Aún no, pero está bien si nos quedamos solos un rato, cuidaremos bien a Jeremy. — aseguró Charlie pretendiendo entrar a la casa.

— Aguarden... — Alex titubeó y más aún siendo observada por tres pares de ojos azules en el porche trasero que la pusieron muy nerviosa. Pasó saliva y continuó. — Necesito decirles algo... Yo... Esta noche... Bueno, saben que no vamos a volver a casa hoy, porque quiero... Voy a pedirle matrimonio a Piper. — se le fue la respiración a penas soltó las palabras.

MI ALMA GEMELADonde viven las historias. Descúbrelo ahora