MI ALMA GEMELA

CAPÍTULO 15

Cuando tu alma gemela se encuentra a tu lado, no puedes dejar de pensar en ella, pero cuando se encuentra ausente no puedes sacártela de la cabeza ni siquiera al dormir.
Es tan imposible como ver la bioluminiscencia del cuerpo humano a simple vista, y no puedes solamente intentar distraerte, porque ni siquiera es una posibilidad para nadie.
Esa persona especial se clava en tus huesos como aferrándose a cada gota de tu ser para no alejarse nunca más, incluso cuando parece que todo está perdido.

Piper había llamado tres veces al celular de Alex, y un par más a su teléfono fijo y aunque inicialmente se dijo que no iba a ser insistente, ahora sí que lo estaba siendo.
Tenía a penas un par de días de haber aterrizado en Hawai, pero desde el primer minuto sin ella la añoraba como nunca.
Seguramente la preocupación de haber terminado mal la última vez que pasaron juntas ese mágico tiempo en casa de Alex le había dejado un mal sabor de boca y era lo que, aunado con su falta de interés por responderle las llamadas, la tenía loca yendo de un lado a otro revisando cada dos segundos su celular, pero no había señales de la escritora.
Cuando se despidió de ella para ir a las vacaciones familiares el rostro de Alex era irreconocible, estaba serio y apagado, como si no hubiera dormido en días, y sin embargo se tomó la molestia de escribirle una hermosa carta a la rubia, que ahora era lo único que la mantenía cuerda, y pensando en ello acarició el anillo que también Alex se había quitado de su propio dedo para ponerlo en la mano de Piper, pidiéndole que no se lo quitara y que no dejara de pensar en ella, pero Piper sabía bien que con o sin anillo, Alex difícilmente saldría de su mente.

Se sentó frente a la piscina del hotel mirando hacia el horizonte donde el sol parecía unirse con el mar en una mágica puesta de sol, y aunque el paisaje era hermoso, ella habría preferido estar allí con Alex y no con su esposo Larry, cuya ocupación los últimos días era solamente llenarlos de actividades desde la primera hora de la mañana y después, beber cerveza mientras descansaban.
Piper suspiró, y aunque ahora tenía bastante claro lo que sentía por Alex, seguía existiendo esa barrera que la condenaba a estar en su matrimonio infeliz aparentando que era el mayor logro de su vida y lo máximo a lo que podía aspirar, aunque dentro de ella la idea de terminar con eso comenzaba a tomar fuerza.

Por su parte, y a miles de kilómetros de distancia, Alex también estaba sentada frente a su piscina con gafas de sol y un libro en las manos que ni siquiera leía.
Nicky estaba con ella, y aunque Alex le había pedido no comer cuando estuviera dentro del agua, la pelirroja se llenaba la boca con papas fritas sin dejar de mirar a la escritora que trataba de no entrar en otra discusión con ella, porque últimamente esa era una de las actividades que más hacían cuando estaban juntas, lo cual era bastante raro para ambas, pero sin embargo, también parecía que ahora era el pan de cada día en su amistad.
Nicky se dirigió a la cocina por un par de cervezas más, cuando de pronto el celular de la pelinegra comenzó a sonar en la barra de la cocina por cuarta vez en la tarde, y a penas vio la pantalla, su amiga suspiró y rodó los ojos.

— No es que quiera joderte, pero... ¿Por qué no aceptas ya de una vez que mientras ella siga con su esposo tiene que coger con él?

— Ni siquiera lo menciones. Piper es mía aunque él no lo sepa, ni siquiera le dice palabras dulces cuando lo hacen, solamente hace lo que le da la gana sin importar lo que ella sienta. — la mandíbula de Alex se apretó con fuerza y con más brusquedad de la necesaria, arrebató la cerveza que Nicky le ofrecía.

— Tienes que responderle algún día...— Nicky la miró con pesar. — Sé que no quieres escuchar que ya lo hicieron, pero... Bueno, solo no se lo preguntes.

— No puedo, simplemente estoy pasando un maldito infierno desde que se fue, y no en el buen sentido.

— No quisiera decir que te lo dije, pero yo te lo dije... Piper no es una mujer libre, Vause, y tú lo has sabido desde el principio... — incluso la misma Nicky sintió pesar por aquello.