Tamborileaba sus dedos en el borde del escritorio mientras leía una y otra vez los papeles que tenía frente a ella, pues aunque había estado deseando mucho que sucediera, en realidad ahora los nervios le consumían la poca cordura que le quedaba.
Hacía meses que se había alejado de Piper, y ahora es que a Alex le estaban dando la oportunidad por fin de adoptar a un niño, lo cual era uno de los sueños que se había planteado incluso antes de conocer a la rubia que, a pesar de la distancia y el tiempo, aún era parte de ella misma.
Tal y como al remover un tatuaje por medio de un láser, así mismo había quedado la cicatriz que siempre le recordaría que había dejado marchar al amor de su vida.— ¿Está lista para firmar? — preguntó ansiosa una de las encargadas que estaba sentada frente a Alex.
— S-si... Lo siento... — tomó la pluma del escritorio y pasó saliva. Ese era el primer paso del resto de su vida, el primer escalón para decir adiós a su soledad, aunque no era ese el único motivo por el que estaba adoptando al pequeño Jeremy.
Apoyó la punta contra el papel y realizó los trazos necesarios en cada una de las hojas que la empleada le señaló.Ella había conocido a varios niños y niñas en aquel centro de adopciones, sin embargo, sabía bien que los de edad más avanzada les es más difícil encontrar un hogar dónde puedan recibirlos, y Jeremy era uno de los mayores, aunque a penas tenía seis años.
Lo había encontrado tocando el piano en uno de los extremos de la habitación de juegos, y aunque la directora le había mostrado bebés incluso de meses, a Alex le conmovió la mirada melancólica de aquel niño, cuyos cabellos rubios le habían recordado precisamente los de alguien más, y qué decir de esos ojos azules.
Habían conversado un poco, y la escritora terminó fascinada con lo listo que era, y aunque era también bastante tímido, ella pensó que era algo normal en aquellos niños.
Ni siquiera quiso terminar el recorrido, y en seguida supo que su corazón lo había elegido a él, así que no había más dudas.La encargada le contó la desafortunada historia del chico, sus padres habían sufrido un accidente cuando él estaba por cumplir cuatro años, y desde entonces había estado yendo de un sitio a otro, primero con sus familiares cercanos, y después, con diferentes familias que no podían congeniar con él.
No era un niño problema, más bien era introspectivo y un poco callado, pero cuando encontraba algo que le gustaba no paraba de hablar ni un segundo; tenía también una serie de alergias, aunque nada grave, y además de todo, había desarrollado un gusto especial por la lectura y el piano, cosa que prefería a toda costa antes que salir al patio a jugar como el resto de los niños de aquel lugar.
Alex pensó que solamente necesitaba un poco de comprensión y a ella incluso le parecía muy agradable saber que esos eran los intereses del pequeño, puesto que podía apoyarlo y encaminarlo muy bien hacia las artes por las que parecía tener cierta predilección.— Muy bien, todo está en regla, recuerde que esta ha sido la entrevista final, y en un par de semanas podrá llevar a Jeremy con usted para la semana de prueba. — la mujer le sonrió aunque a la pelinegra no le gustó mucho la forma en que se expresaba. Eso de "semana de prueba" no era nada considerado de su parte, pues era un niño, no un servicio de streaming.
— Bien, pero le garantizo que seremos muy felices juntos, así que no considere eso de "la semana de prueba."
— Solo son legalidades, señorita Vause, así que no se preocupe. ¿Quiere pasar a saludar a Jeremy?
— Claro. — Alex se levantó con una sonrisa y caminó tras la mujer que la condujo hasta la sala de visitas donde la hizo aguardar un momento.
Ella se sentó mirando hacia el patio de juegos donde seguramente, el chico no se encontraba, y pudo notar cómo los demás niños jugaban en el pasto o en la caja de arena sin importarles llenarse de tierra o estar bajo el sol.
Sin duda alguna, Alex jamás había pertenecido tampoco a ese grupo de niños, ella era un poco más solitaria antes de conocer a Nicky, y a penas congeniaron al mudarse de casa ella con su madre, la pelirroja le había enseñado muchas cosas que eran divertidas al aire libre, como trepar árboles o catalogar personas que caminaban por la acera, coleccionar bichos e incluso buscar monedas en las rendijas para ir a la tienda de cómics o por caramelos, sin duda, su amistad había sido algo que le había salvado su infancia.

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MI ALMA GEMELA
Fanfiction*Esta historia es una ADAPTACIÓN de la PELÍCULA "Elena Undone"* Alex y Piper son dos mujeres que aparentemente no tienen nada en común. Una es escritora de éxito muy conocida por las obras que publica, la otra, se caracteriza por ser la típica espos...