31: Sin pruebas.

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Capítulo Treinta y uno.

Sin pruebas.

Mia hobbs.

Un rayo de sol en mi rostro me hace despertar lentamente, me estiró bozteciando mientras me estremezco, mi cerebro automáticamente me hace recordar lo que ha pasado ayer y me hace levantar en un grito ahogado mirando a mí al rededor. Me levanto exasperada al ver que estoy en mi habitación acostada en mi cama y todo parece lucir normal.

Esto no puede estar pasando.

— No, no, no… yo me quede en el ático.

Susurro para correr hacia el pasillo donde se encuentran las escaleras del sótano, todo está normal como si nada hubiera pasado.

¿Acaso me estoy volviendo loca?

No, no, porque yo lo vi y hasta me habló.

— ¡El golpe! ¡Si, el golpe!.

Grito mirándome en el espejo del baño comprobando que no estoy loca, tengo el golpe, tengo la marca del golpe y todavía estoy en toalla. Pero ¿Cómo llegue aquí? Mis padres no tienen cámara en la casa así que esa no seria una opción, todos aquí sabemos que esto me lo busque cuando acepte salir con un mafioso pero ¿Por qué intentan volverme loca?.

No estoy loca.

Yo no estoy loca.

— Estás perdida.

-

— Mia, por Dios no te molestes.

Grita Amber a mis espalda mientras camino adelante dejándola atrás, veo como llegan tres autos y se de quienes son. Sigo molesta con Alex y decido que debo darle un poco de su propio chocolate recuperando mi dignidad por delante. Carlos y Olivia pasan a mi lado y me hacen seña para que me valla con ellos, habíamos quedado en que íbamos a comer helado, al fin y al cabo no tengo novio.

¿Estoy siendo muy drástica?

Me volteo quedando frente a Amber con un semblante molesto, — ¿Cómo quieres que este? ¿Feliz? ¡No puedo! ¡Entraron a mi casa, me amenazaron y hasta me golpearon! ¡Y tú! — golpeo su pecho empujándola hacía atrás, — ¡Me decís que estoy alucinando...!

Suspira pesada, — ¡Mia, entiende..!

Interrumpo tenaz, — ¡No! ¡Yo no estoy loca ¿Ok? Entiende eso tú!.

Sin más me volteo para seguir caminando alcanzando a los Olivia, está ríe al verme molesta, sí, le gusta como supuestamente me veo molesta. Pero ¿Cómo no estarlo? Primero mi novio me niega frente a una chica extremadamente linda, segundo se meten a mi casa me golpean e intentan volverme loca y por último mi mejor amiga no me cree y piensa que solo estoy alucinando todo y el golpe me lo di yo misma.

¡Que lindo, lo lindo!

— ¿A donde vas? — me sostiene Alex del brazo al ver que paso a su lado ignorandolos completamente.

Sonrió cínica enarcando una ceja, — ¿Qué a donde voy? — mi tono de voz es cortante y el dirige sus ojos al golpe de mi labio roto, — Voy a salir con mis amigos.

— ¿Qué te pasa?.

—  ¡Total soy la amiga de Amber! ¿Oh no? — lo miro rápidamente para luego soltar su agarre y correr a montarme en la parte de atrás del auto de Carlos.

Qué no me siga, por favor.

Suspiro recostandome al asiento, — Maldición, eso fue difícil.

— Sabes que debiste hacerlo, no puedes permitir que él te humille ¿Ok?. — Carlos habla mirando por el retrovisor — y… creo que viene hacia acá.

— ¿¡Qué!? — grito mirando hacia atrás y veo como se está acercando pero no con la intención de venir por mí sino porque está hablando con otra chica.

Maldita sea.

— No le pares, solo quiere que te pongas celosa.

Respiro pesado — ¡Arranca ya!.

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora