5. Emociones nuevas.

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Capítulo Cinco.

Emociones nuevas.

Mia Hobbs.

Han pasado exactamente dieciocho minutos y Alex no ha llegado y ni huellas que viene, puedo sentir mi pobre corazón latir desesperado en mi pecho.

Esto me tiene mal, esto no puede estar pasando es que... No entiendo, hace unas horas atrás estaba tan tranquila, tan... ¡Oh Dios mio!

Allá viene...

Allá viene mi chico misterio...

Ajá, y desde cuando tome posesión de él. Bueno eso no importa, huh

Corro hacia sus brazos, lo abrazo y el a mí, sin entender empiezo a llorar lo miro a los ojos. Puedo sentir una tensión y se que él también puede sentirla.

Puedo ver lo impaciente que esta, pero no se de que se trata.... Nunca me lo vi venir.

El beso de Alex me tomó por sorpresa.

No solo por el hecho que no me lo esperaba, sino que el momento que sus labios tocaron los míos, sensaciones agradables y nuevas invadieron mi cuerpo. Su beso es suave y lento, puedo sentir cada roce de nuestros labios con tanto detalle que aprieto mi manos a los lados. El sabe a menta y a algo dulce que no puedo descifrar pero me gusta. El chupa mi labio inferior, y luego me besa de nuevo, acelerando un poco más el beso.

La parte pensante de mi cerebro se va por e caño y las hormonas toman el volante.

Me permito disfrutar este beso, soy una chica joven siendo besada por un chico lindo, no hay nada malo en eso.

Alex me toma de la cintura, apretandome más a el y yo enrollo mis brazos en su cuello. Jamas imagine que alguien pudiera besar tan bien, nuestras respiración se aceleran, y su lengua acaricia la comisura de mis labios, haciéndome estremecer.

Es algo tan mágico que no quiero que termine, todo de él me hace hacer cosas que jamás en mi vida creí capaz de hacer, esto tan mágico.

Me separo sin despegar mis brazos de su cuello, sus ojos buscan los míos bajo mi cabeza llena de vergüenza puedo sentir lo roja que debo estar.

- Ah... ¿Llamaras a alguien para que nos vengan a buscar?

Subo mi vista rápidamente y la bajo de inmediato, Alex ríe.

- Ya avise, princesa.

¿Por que carajos no bajas las manos?

Oh, cierto, - Lo siento.

Bajo mis manos de inmediato y él no despega su vista de mí. Colocándome más nerviosa.

- No me molestaba, ya deben de estar por llegar po... - Su teléfono empieza a sonar y el contesta haciéndome una seña para que no me despegue de su lado.

Extiende la mano hacia a mí y la agarro apoyo mi cabeza en su pecho hundiéndola sin ningún tipo de miedo. Todo esto se me hace tan complicado y loco que pienso que es un sueño y luego me pellizco y me doy cuenta que no lo es.

Me siento cansada, cierro mis ojos mientras paso mis manos por él torso de Alex. Colocó mi mente en blando y dejo que mi cuerpo se relaje y de un momento a otro no me acuerdo de más nada.

***

Unos movimientos bruscos en mi brazo izquierdo me hace despertar de una manera abrupta, abro mis ojos lentamente y veo a una Amber con una cara de preocupación que en todos estos años había visto.

Ya va... ¿Amber?

Y es hay donde mi pequeño cerebrito hace click y me doy cuenta que estoy en su casa, acostada en su cama con una de sus pijamas. Y la pregunta de los cien millones es ¿Donde esta Alex?

Miro a mi alrededor y no lo veo, no sé porque me decepciona que no este aquí. Tal vez espera algo mas.

Sólo fue un beso...

Mi mente tiene razón no tengo porque decepcionarme además que eso que paso nunca más va a volver a pasar no puede y no debe y tampoco debo verlo, mi vida estuvo en peligro y ni siquiera se porque.

Amber me abraza bueno, no lo llamaría un abrazo lo llamaría un apretón nada sutil.

- ¡Estaba muy preocupada cuando llego Alex y te traía cargada pensé que te había pasado algo, soy una mala amiga no debí haberte dejado ir con él perdonadme solo lo vi como una oportunidad para que dejaras la timidez a un lado y...! - Amber empieza a hablar tan rápido que no logro entender algunas cosas. Veo como empiezan a salir las lágrimas de sus ojos y lo roja que esta, su voz es fina y esta entrecortada.

Me levantó y subo mis brazos para que se relaje, - Ey, tranquila Amber pudo haberle pasado a cualquier tal vez y no era a nosotros a quienes querían y solo nos querían asustar un poco.

Le sonrió tratando de tranquilizarla pero es inútil ella sigue llorando y me abraza fuerte puedo ver que no me quiere soltar.

- Amber deja de llorar, - Suplicó observándola.

No la había visto así desde que me golpeo porque estábamos peleando y luego se arrepintió y empezó a llorar porque siempre que pasan cosas así se dice a ella misma "Mala amiga" pero ella es todo lo contrario.

- No puedo parar, - limpia sus lágrimas y luego ríe.

Y hay es cuando entendemos que esta loca, - ¡Eres una pinche loca! - exclamó golpeándola con una de las almohadas.

- ¡Soy tú pinche loca, bebé!, - Grita de vuelta mientras nos golpeamos mutuamente con las almohadas.

Caemos al piso riendo a carcajadas como las propias locas, nuestro pecho sube y baja por falta de aire. Definitivamente estamos fuera de forma, necesitamos hacer unos ejercicios.

- Chicas podrían no gritar que estamos haciendo una cuenta aquí abajo, - Thomás grita desde la parte de abajo.

- ¡No estamos gritando!, - Amber se tira encima de mi aplastandome, literal.

— Lo sentimos Thomás, — grito de vuelta abrazando a Amber.

— A... Ya despertó la bella durmiente, — Esa voz, quedo paralizada cuando abren la puerta.

Alex junto a Thomás y el otro chico viéndonos con una sonrisa muy grande en el rostro, con tan solo verlo me recuerda el beso. Algo tan simple que para mi significa tanto.

- Mañana las quiero despiertas temprano hoy faltaron al instituto y es raro que no han llamado a tú mamá, - Me mira.

- Tranquilo no les van a llegar las llamadas cambie el número por el mío nadie tiene por que enterarse, - Amber sonríe.

— Esa es mi amiga, — Chocamos los cinco.

Amber se levanta y me da una mirada picara que ya se que significa. Camina hacia donde están los chicos y hablan un poco, pero no logro escuchar a lo último ríen y chocan el puño con Alex y Thomás.

La miro sin entender, Alex me da una ultima mirada y se retira junto a los otros.

Espera, ¿Debería preocuparme?

— ¡Te tengo un cuento!, — Grita Amber sonriendo.

Le sonrio, — ¡Chismoseame!

Tú eres mía, princesa© (Libro I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora